Revista Cátedra, 7(1), pp. 152-169, enero-junio 2024. e-ISSN: 2631-2875
https://doi.org/10.29166/catedra.v7i1.5437
los sectores de salud, trabajo, cultura, bienestar social y educación. La educación solo recibe
el 2.53% del presupuesto destinado para inversión social. Gómez, (2020) menciona que “el
presupuesto y la inversión del Ecuador desde el 2017 al 2020 ha disminuido en los sectores
de salud y educación” (párr. 1). Un presupuesto reducido tiene un impacto negativo
significativo en la educación, debido la imposibilidad de acceder a una educación de calidad.
2.5 Estabilidad emocional en la procrastinación
Las diferentes emociones que experimenta el estudiante en clases son primordiales para un
correcto proceso de aprendizaje. Al existir estabilidad emocional los estudiantes pueden
realizar adecuadamente sus actividades académicas. Robayo, (2020) menciona que “los
estudiantes se encuentran actualmente en una etapa en donde su ambiente familiar, escolar
y laboral son inestables, y eventos inesperados a su alrededor pueden cambiar su estado de
ánimo y perjudicar su concentración en las actividades que debe realizar” (p. 7). Los
estudiantes adolescentes se encuentran en una etapa de vulnerabilidad. Sus emociones
cambien constantemente, de la alegría o motivación pasan fácilmente a la tristeza o la
ansiedad. Estos cambios afectan la estabilidad emocional de los estudiantes, las mismas
emociones que les impiden prestar atención en clase, y que procrastine en sus actividades.
Por lo mismo, el estudiante debe contar con un núcleo social y familiar estable que permita
regular las emociones que el estudiante presenta.
2.6 Dispositivos tecnológicos
Hoy en día, se menciona constantemente los dispositivos tecnológicos en la educación y su
impacto positivo. Cada recurso tecnológico presenta diferentes características que
permiten a los estudiantes acceder al aprendizaje de una manera más dinámica. Rodríguez
et al. (2021) señalan que “las herramientas tecnológicas han traído cambios al panorama
educativo, creando métodos de enseñanza innovadores que se pueden usar dentro y fuera
del aula para mejorar el conocimiento educativo” (p. 2). Durante la pandemia, los recursos
tecnológicos, permitieron un aprendizaje virtual, sin embargo, no todos los estudiantes
contaban con los recursos necesarios. Por lo tanto, sin los recursos tecnológicos adecuados,
los estudiantes no accedían de manera correcta a la educación, perjudicando su rendimiento
académico.
Por otro lado, el problema se agudiza cuando los dispositivos tecnológicos consumen
demasiado tiempo del usuario. Un estudiante en clase pasa más tiempo interactuando con
sus dispositivos tecnológicos que con sus compañeros o el docente, ignorando las
actividades que debe realizar. Carrillo y Valencia (2020) afirman que “alrededor del más
del 50% de los estudiantes tienen un dispositivo tecnológico, de manera, que siempre están
en constante comunicación” (p. 17). En la actualidad, la mayoría de los niños tiene acceso al
menos a un dispositivo tecnológico, de manera que siempre están en constante interacción
con éstos. Los dispositivos tecnológicos se convierten en distractores que pueden afectar a
la larga en el rendimiento académico.
2.7 La procrastinación y las redes sociales
En la actualidad las redes sociales asumen un papel importante en la sociedad, sin embargo,
por la pandemia del 2020 las redes sociales obtuvieron mayor relevancia gracias a la
facilidad de comunicarse. A su vez en el ámbito educativo los estudiantes y docentes
obtenían información educativa. Sin embargo, el problema recae en su mal uso. Muñoz et al.
(2023) argumentan que “los adolescentes crean cierta dependencia compatible con
patrones de adicción a diferentes plataformas o aplicaciones tales como las redes sociales,