Revista Cátedra, 7(2), pp. 103-121, julio-diciembre 2024. e-ISSN: 2631-2875
https://doi.org/10.29166/catedra.v7i2.6084
intervenciones educativas están logrando los resultados deseados y si están teniendo un
impacto positivo en los estudiantes, en la comunidad universitaria y en la sociedad en
general (Denegri, 2023, párr. 1). La evaluación de impacto debe ser planteada y gestionada
como un proceso de gestión que determina en qué medida han sido alcanzados los
propósitos u objetivos inicialmente planteados. Consiste en identificar, obtener y propiciar
información útil y descriptiva sobre el valor y el mérito de las metas, la planificación, la
realización y el impacto de una intervención a una necesidad o problemática que se
identifica y se le pretende cambiar de condición (Aponte y Pérez, 2021, p. 16-19).
La comunidad educativa, según Bayona et al., por ser el eje principal en torno al cual giran
las instituciones de educación superior-IES, siempre debe ser la principal beneficiada de las
intervenciones que se realicen con el fin de mejorar el alcance de su misión y de sus
objetivos. Entre mejor sea la calidad de la IES, mejores serán las condiciones que pueden
ofrecer a toda la comunidad educativa; si algo beneficia a la institución, directa o
indirectamente beneficiará a sus integrantes (Bayona et al., 2022, p. 18). Las evaluaciones
de impacto siempre tienen la intención de beneficiar a los participantes, es posible decir que
en cuanto más esté expuesto un estudiante a las diferentes intervenciones que desarrolle la
IES, mayores beneficios podrá recibir de ellas. Así mismo, entre más se evalúe el impacto de
las intervenciones, ellas serán cada vez más eficientes y, por lo tanto, los beneficios para los
estudiantes también serán cada vez mayores (Cambridge Assessment International
Education, 2019).
Comúnmente, las intervenciones que propone una IES según Abdala están enfocadas en
implementar estrategias que mejoren algún aspecto identificado para convertirlo en una
fortaleza. En tal virtud, los esfuerzos y recursos que se destinan para su implementación y
evaluación suelen estar enfocados para atender las necesidades prioritarias de los
estudiantes al interior de las instituciones (Abdala, 2004, p. 32). Por lo general, los entes
orientadores de las IES, como profesores, directivos, administrativos, etc., plantean
intervenciones que, a pesar de lograr sus objetivos, no son valoradas de forma positiva por
los participantes de estas. Es importante resaltar que mientras más profundo sea el análisis
mejor serán los resultados y mayor las conclusiones de las intervenciones realizadas.
Es importante citar, que el Hospital General Docente de Calderón desde su creación tiene
un enfoque formativo y de investigación, ha incorporado varias promociones de internos
rotativos de enfermería, medicina, nutrición y obstetricia; sumado a ello, estudiantes de
varias carreras de pregrado que realizan las practicas preprofesionales de carreras como:
Estadística, Psicología, Trabajo Social, Química Farmacéutica, Química Clínica, Laboratorio
Clínico, Terapia Física, Ingeniería Ambiental, Psiquiatría, Nutrición, Comunicación, Ciencias
Administrativas, entre otras. Sin dejar de citar a los estudiantes de cuarto nivel de varias IES
que realizan la rotación de posgrado en el HGDC (UDI-HGDC, 2016-2022).
Bajo estas consideraciones, la Evaluación de Impacto Efectiva Global del proceso de
Docencia e Investigación del HGDC en el periodo 2016-2022 alcanzó una calificación del
87.39% de efectividad, lo que indica que las actividades asistenciales-docentes son
adecuadas y que hay que revisar ciertos aspectos puntuales del proceso académico, mismo
que es de competencia de las Instituciones de Educación Superior-IES que trabajan de forma
directa con el Hospital General Docente de Calderón.