Revista Cátedra, 8(2), pp. 181-195, julio-diciembre 2025. e-ISSN:2631-2875
https://doi.org/10.29166/catedra.v8i2.8011
las dimensiones del estudio, y finalmente, en la sección 6 se formulan las conclusiones con
base en los resultados obtenidos.
2. Fundamentación Teórica
Las metodologías activas se fundamentan en la premisa de que el aprendizaje es más
efectivo cuando los estudiantes participan activamente en su propio proceso de
aprendizaje, transformándose en protagonistas de la construcción de su conocimiento. Ruiz
(2013) sostiene que el pensamiento constituye un instrumento destinado a resolver
situaciones problemáticas que surgen en el curso de las actividades (p. 106). Estas
metodologías, entre las que destaca el ABP, buscan romper con el modelo unidireccional de
enseñanza al promover la integración de teoría y práctica mediante la resolución de
problemas reales y significativos, lo cual fomenta un aprendizaje más significativo y
contextualizado (Cosquillo-Chida, et al., 2025, p. 273).
El ABP tiene sus bases en el constructivismo pedagógico, una corriente que concibe al
estudiante como un agente activo en su proceso formativo. López (2020) sostiene que este
enfoque facilita la adquisición de competencias clave mediante la investigación, el diseño,
la ejecución y la evaluación de proyectos que responden a necesidades concretas (Cosquillo-
Chida, et al., 2025, p. 273)En el ámbito de la enseñanza de las matemáticas, diversas
investigaciones han evidenciado que esta metodología favorece el desarrollo de
competencias como el pensamiento lógico, la capacidad analítica y el trabajo en equipo, al
involucrar al estudiante en situaciones reales que exigen la aplicación integrada y
colaborativa de conocimientos. Por ejemplo, García y Martínez (2019) reportan que la
implementación del ABP en clases de matemáticas permitió mejorar significativamente la
resolución de problemas y el razonamiento lógico en los estudiantes (García y Martínez,
2019, p. 78).
El Ministerio de Educación del Ecuador (2016) establece que el currículo nacional se basa
en un enfoque por competencias que privilegia habilidades prácticas y contextualizadas,
promoviendo así una formación integral adaptada a las necesidades reales del estudiante
(Ministerio de Educación del Ecuador, 2016, p. 23).Según este organismo, "la educación
debe priorizar la aplicación del conocimiento en escenarios reales, fomentando la
autonomía del estudiante" (Ministerio de Educación del Ecuador, 2016, p. 32).
Según Aznar, García y Rodríguez (2020), la implementación del ABP "incluye seleccionar el
tema y plantear la pregunta guía, formar los equipos, definir el producto final, planificar,
investigar, analizar y sintetizar información, elaborar el producto, presentarlo, dar una
respuesta colectiva a la pregunta inicial, y finalmente evaluar y autoevaluar" (p. 16). Esta
estructura permite al docente guiar y acompañar el proceso de aprendizaje, garantizando
la pertinencia y el logro de los objetivos educativos. Sin embargo, la implementación
adecuada del ABP exige enfrentar obstáculos como la limitada formación del profesorado,
la carencia de materiales pedagógicos y la oposición frente a la innovación metodológica.
Por ello, resulta fundamental diseñar estrategias y guías que faciliten su incorporación en
el aula, adaptándose a los contextos educativos específicos.
2.1 Metodologías activas
Los desafíos del mundo moderno exigen que los estudiantes desarrollen habilidades
críticas, creativas y colaborativas para enfrentar los retos del siglo XXI. En este contexto, la
educación tradicional basada en la memorización de contenidos ha mostrado limitaciones,
especialmente en asignaturas como Matemática, donde la comprensión conceptual es
fundamental. "las metodologías activas comprenden aquellos enfoques pedagógicos que