movemos, para completarnos” (Ricoeur,
op. cit. p.31)
Citando a MB Hester en The Mea-
ning of Poetic Metaphor, Ricoeur asigna
a la poesía el lugar de lo que se dedica a
“figurar, a colorear su lenguaje, a ponerlo
en imágenes, en cuadros, a hacer de él
una pintura animada y elocuente” ( Ri-
coeur, op. cit. p. 88) La metáfora es por
eminencia proteica, próxima a la magia
de lo que muda de forma
12
. Uno puede re-
conocer esa cualidad proteica del lenguaje
y de la imaginación, por ejemplo, en obras
como Macunaima, aquella obra magna
de la literatura brasileña, que data de
1928, cuyo autor es Mario de Andrade. En
esta obra propia del modernismo brasi-
leño, el lector disfruta de un universo
plástico, que muda a cada instante, lúdi-
camente, reforzando la magia inextingui-
ble de un universo creador y procreador
de imágenes. En ese sentido, se puede
decir que el lenguaje del mito se hermana
con el de la poesía, en cuanto ambos po-
tencian la imaginación y el trastroca-
miento de realidades rígidas,
suplantándolas por otras más dúctiles, y
“espiritualmente relevantes” o si se
quiere, que son procesos interiores tras-
cendentes conducidos por el arte de la pa-
labra que busca restituir un sentido
perdido o ausente en el universo de la
convención, las apariencias fijas y las ver-
dades inmutables.
Ricoeur prosigue enunciando un
asunto vital para la comprensión de qué
manera las metáforas que generamos son
vehículos para la migración ontológica y
para esos aprendizajes y tensiones que se
generan como fruto de dicha migración.
Luego, empodera el concepto de la metá-
fora, le dota de vida sosteniendo clara-
mente que “ el poder de la metáfora
consistiría en destruir una categorización
anterior para establecer nuevas fronteras
lógicas sobre las ruinas de las preceden-
tes” ( p.264) ¿Qué más instrumento po-
dríamos hallar que la metáfora para
discutir la continua migración y búsqueda
de adaptación frente a la realidad?
De otra parte y dirigiéndonos a la
metáfora del corazón, James Hillman en
su obra El pensamiento del corazón, cita
a Henry Corbin en su estudio sobre Ibn
Àrabi restituyendo el lugar del corazón
como aquel del conocimiento posible. La
capacidad de tener un corazón fuerte y sa-
ludable consiste en comprender, dice él,
lo que encierra la palabra enthymesis o
“acción de meditar, concebir, imaginar,
proyectar, desear ardientemente; dicho
de otro modo, de tener algo presente en el
thymos, que es fuerza vital, alma, cora-
zón, intención, pensamiento, deseo” (Hi-
llman, op cit. p.18) Ambos, enthymesis y
thymos, crean la cuerda tensa del apren-
dizaje humano, en su interacción.
Gastón Bachelard en Poetique de
la Reverie, sostiene que la metáfora ge-
nera un cambio en nosotros. La imagen
poética viste el alma con su propia esen-
cia, que es la de mudar constantemente,
desembocando en un cambio cualitativo
del ser
13
. El autor francés hace clara la mi-
Textos y contextos Nº 19
Noviembre 2019 - Abril 2020 • 33
La migración como metáfora de la existencia
12 “Metaphor is a device for seeing something in terms of something else…” Paul Henle citando a Kenneth Burke en Metaphor” en Lan-
guage, Thought and Culture, 1958 (obra citada, a su vez por Ricoeur, op. cit)
13 Podemos relacionar esto con el estado de asombro en donde se produce el cambio de conciencia. Cito: “el poeta le devuelve al lenguaje
su irrupción como imagen fulgurante que se enciende y apaga como el destello de una luciérnaga. El poeta no hace ni más, ni menos,
que devolver la palabra a su fuente primordial, dejando intacto el milagro, es decir, el asombro del mundo.(Ramos, Francisco José.
(2013) en ¿Cómo pensar la poesía? (poema, imagen y escritura) en Escritura e imagen. Vol. 9: 339-357. Universidad de Puerto Rico.
p. 11)