Textos y contextos Nº 19
Noviembre 2019 - Abril 2020 • 137
Poder, memoria y trabajo intelectual: …
El Príncipe Posmoderno
Quito: CIESPAL • 146 páginas
Álvaro Cuadra • 2019
En su libro El Príncipe Posmoderno, Álvaro Cuadra plantea
cuáles son las especificidades del escenario virtual y cómo se con-
figura lo político en este espacio. Asimismo, se propone un análisis,
desde una visión crítica del poder, acerca de cómo la construcción
del discurso político se aproxima más a las reglas del marketing
que a un sistema razonado de ideas inscrito en una ideología.
El autor dice que es fundamental entender que en la cons-
trucción discursiva existe un desplazamiento de una textualidad
alfabética a una hipermedial, y a partir de ahí sugiere un cambio
en la forma en la que se consume información en el espacio digital
y que se manifiesta en una capacidad de lectura que incluye ele-
mentos sensoriales expresados en imágenes y formatos audiovi-
suales. Por otro lado, señala las particularidades que han permitido
el aparecimiento de prácticas sociales que se desarrollan exclusi-
vamente en el escenario de lo virtual.
En el texto se expresa que se ha inaugurado un nuevo régimen de significación con la inserción de
las nuevas tecnologías, a partir de la comprensión de un “lenguaje de equivalencia” que pasa de la lecto-es-
critura a la codificación digital. Y se llega a sugerir la configuración de un régimen de significación inscrito
como un producto, como una mercancía. Y es visible también en la comunicación política.
Ahora, si el consumo de la información se ha adaptado a las nuevas tecnologías y a los nuevos dispo-
sitivos, resulta lógico pensar que estos cambios también se generen en el espacio de la producción informa-
tiva. Son cambios evidentes desde el aparecimiento de las redes sociales y su repercusión en el espacio social.
Es por eso que el autor reflexiona a lo largo del texto sobre la interacción pensada desde la comunicación
mediada por computador (CMC).
Una de las particularidades fundamentales de la CMC es que agrega una nueva forma de memoria,
una tecno-memoria configurada a partir de las memorias tecnológicas que se incluyen en los dispositivos di-
gitales y que se articulan como un miembro extensor de los sentidos del usuario. En este contexto, el autor
se refiere a que una de las posibilidades de este usuario es convertirse en un “agente” de cambio político.
Es importante reflexionar en que las redes sociales no son un espacio neutro ni apolítico a pesar de
que en muchos casos se las ha defendido como un espacio de expresión libre. Cuadra expone que, al contrario,
individuos, movimientos, partidos y gobiernos escenifican en Internet sus particulares orientaciones e inte-
reses y asegura que el espacio virtual es un espacio político.
Vale recordar que Cuadra estudia la incidencia de las nuevas tecnologías y las comprende como cata-
lizadores y no precisamente como agentes en sí mismas (2019), es decir, que funcionan como transformadoras
DOI: https://doi.org/10.29166/tyc.v1i19.2078