tes construyen asambleas de cuño liberta-
rio, ajenas a los partidos de la izquierda
más tradicional. Cabe preguntarse qué
nuevos modos de pensar y sentir están
orientando este hacer. Lo que nos lleva a
una cuestión no menor: qué mediaciones
hacen posible las nuevas escenas de di-
senso” (Cuadra 2019).
2. Protesta social: percepción de los chilenos
Chile ha dejado de ser ese idílico
“oasis” que soñaba hasta ayer una dere-
cha soberbia. La realidad de Chile no es
muy diferente a la del resto de Latinoa-
mérica, caracterizada por la desigualdad,
la violencia y la corrupción. No nos enga-
ñemos, Chile todavía no ha salido del ciclo
liberal-autoritario inaugurado por un
cruento golpe de estado en 1973 y conso-
lidado en la Constitución de 1980. Basta
examinar el primer gabinete del actual
gobierno para reconocer, de inmediato,
los rostros de “Chacarillas”, los rostros de
los hijos de la dictadura. Una economía
neoliberal voraz ha generado uno de los
países más desiguales del mundo. Al
mismo tiempo, la actual mascarada de-
mocrática no puede disimular, después de
treinta años, ni sus arrugas ni su marcada
herencia pinochetista.
Una envejecida clase política, así au-
toproclamada “progresista”, que lleva más
de tres décadas al amparo de lo que fue la
Concertación y entregada al poder buro-
crático-militar del Estado, se muestra im-
potente frente a las demandas populares
que adquieren una fisonomía rizomática.
La protesta social con toda su carga de ira
y violencia, no posee todavía ni un lide-
razgo ni un contenido político claro, esto
torna el destino inmediato de esta protesta
en algo muy incierto. Esta carencia de li-
derazgo visible se explica, en parte, porque
la violencia diseminada en la sociedad res-
ponde más bien a una lógica reticular y
descentralizada, al igual que las RSO
(Redes Sociales on line), y a pulsiones que
se relacionan más con el consumo que con
las militancias o ideologías políticas.
Como una manera de aproximarnos
a la percepción que tienen los chilenos del
estallido social, utilizaremos los datos re-
cogidos por tres encuestas realizadas
entre diciembre de 2019 y enero de 2020.
La primera encuesta, “Barómetro del
Trabajo”, indaga sobre el plebiscito del pró-
ximo 26 de abril y sobre cuestiones de ca-
rácter económico; fue realizada por MORI
/ FIEL entre el 06 y el 15 de enero 2020,
con un tamaño muestral de 1000 casos y
una representación de toda la población
adulta de Chile con un error del 3%. La se-
gunda encuesta que nos interesa es el “Es-
tudio Nacional de Opinión Pública Nº 84”,
efectuada por CEP en diciembre 2019. Esta
encuesta fue realizada entre el 28 de no-
viembre 2019 y el 06 de enero 2020 sobre
una muestra estratificada, aleatoria y pro-
babilística de 1496 personas entrevistadas
en sus hogares en 117 comunas del país. El
error muestral se estima en un 3%, consi-
derando varianza máxima y un 95% de con-
fianza. Por último, utilizaremos algunos
datos de la encuesta Plaza Pública. Estudio
Nº 317, primera semana de febrero 2020/
CADEM. En este caso se trata de una en-
cuesta telefónica aplicada a 709 casos,
según el sistema Cati, mediante un mues-
treo probabilístico y aleatorio, con un mar-
gen de error de 3.7 % y 95% de confianza.
Lo primero que podemos constatar
es un profundo apoyo a la democracia de
parte de la población: el 68% apoya la de-
mocracia, frente a un 16% que apoya for-
mas autoritarias de gobierno y un 14%
que es indiferente.
Textos y contextos Nº 20
Mayo 2020 - Octubre 2020 • 39
Protesta Social en Chile, 2019-2020: fracaso de un modelo económico