Textos y contextos Nº 20
Mayo 2020 - Octubre 2020 25
Periodismo digital y paz: ensayo sobre La Silla Vacía, Colombia
¿Medios versus redes?
Posverdad en la lógica de la multitud
Media versus networks?
Post-truth in the logic of the crowd
Wilson Benavides Vásquez
Licenciado en Comunicación Social por la Universidad Central del Ecuador. Magíster en Ciencias Políticas por la Facultad Latinoame-
ricana de Ciencias Sociales (FLACSO). Fue becario de Unión Latina de UNESCO así como de Flacso-Ecuador. Ha sido periodista político
y de investigación en los principales diarios del país; asesor parlamentario en la Asamblea Nacional y analista político y editor de
contenidos en varias instituciones del Estado. Su línea de investigación se basa en temas de populismo y cultura política, medios de
comunicación y organizaciones partidistas.
Correo: wilsonr.benavides@gmail.com
Resumen
Desde el año 2000, cada lustro se ha producido en Ecuador una revuelta que a veces ha terminado en el derrocamiento del gobierno.
Hace 20 años, cayó Mahuad; en 2005, Gutiérrez; en 2010, se produjo una insubordinación contra Correa conocida como el 30S; en
2015, las “banderas negras” rechazaron en las redes y las calles al Ejecutivo y; en 2019, se registró un paro nacional sin precedentes
contra el gobierno de Lenín Moreno. Este trabajo compara la caída de Gutiérrez; el 30S y el paro nacional de octubre de 2019 desde
la lógica de la multitud, según lo que plantean Hardt & Negri, e intenta dar respuesta a la siguiente pregunta: ¿En cada una de las
revueltas, la llamada posverdad acerca de estos hechos, difundida por lo que conocemos como opinión pública, ha sido redefinida
por el poder político o por la acción colectiva de los manifestantes en las calles y en las redes sociales?
Palabras clave: revueltas, redes sociales, acción colectiva, verdad factual.
Abstract
Since 2000, every five years there has ocurred a rebellion in Ecuador that has sometimes ended in the government overthrow. Twenty
years ago, Mahuad goverment fell; in 2005, Gutiérrez; in 2010, there was insubordination against Correa known as the 30-S; in 2015,
the “black flags” rejected the Executive in the social networks and in the streets; In 2019, there was an unprecedented national strike
against the Lenín Moreno government. This work compares the fall of Gutiérrez; the 30-S and the national strike of October 2019
from the crowd logic, according to the propose of Hardt and Negri, and trying to answer the following question: In each of the revolts,
the post-truth call about these events, disseminated by what we know as public opinion, has it been redefined by political power or
by the collective action of protesters on the streets and on social media?
Keywords: rebellions, social networks, collective action, factual truth.
Recibido: 28-02-2020 • Aprobado: 30-03-2020
DOI: https://doi.org/10.29166/tyc.v1i20.2168
1. Puesta en escena:
Al igual que con el aparecimiento de
la cultura de masas (Eco, 1984) en el siglo
XX, el surgimiento de las redes sociales
en el XXI genera un debate con enfoques
que van desde la comunicación, hasta la
sociología y la cultura política
1
.
En 2009 las protestas por Twitter
en Irán (Morozov, 2012) y las elecciones
en EE.UU. de 2016 mostraron la inciden-
cia de las redes. Mientras la “primavera
árabe” (Gaussens, 2011) no logró consoli-
darse, la campaña de Trump fue un éxito
(Lobo, 2016).
Este texto busca superar el “lugar
común” que sostiene que la verdad es
monopolio de la opinión pública
2
(Hardt
& Negri, 2004) y la posverdad surge solo
con las redes. Sostengo que la posverdad
no necesariamente tiene que ver con
éstas, sino que es consustancial a la polí-
tica (Arendt, 2018).
Entiendo a las redes sociales desde
la perspectiva sociológica (Hardt & Negri,
2014) como una de las expresiones de
construcción de lo común característico
del paradigma del trabajo inmaterial
que hoy organiza la sociedad.
Comparar la caída de Gutiérrez en
2005, el 30S de 2010 y el paro nacional
de 2019 se sustenta en estas consideracio-
nes empíricas: 1) Se producen en diferen-
tes gobiernos con desenlaces distintos. 2)
La opinión pública cambia según cada
evento. 3) Los manifestantes producen
contenidos propios de las revueltas.
El texto, organizado en cuatro par-
tes: 1. Puesta en escena; 2. Debate con-
ceptual; 3. Análisis de casos; y 4.
Conclusiones, busca responder la si-
guiente interrogante: ¿En cada una de las
revueltas, la (pos) verdad (Arendt, 2018)
acerca de estos hechos difundida por la
opinión pública (Hardt & Negri, 2004) es
(re) definida por el gobierno o por la ac-
ción colectiva (Tarrow, 2004) de los ma-
nifestantes?
2. Debate conceptual
2.1. El trabajo inmaterial y la sociedad en red
Hardt & Negri (2004) explican que
en la era global hay un desplazamiento
del paradigma del trabajo industrial por
el del trabajo inmaterial, que define a la
sociedad.
La hegemonía del trabajo inmaterial
tiende a transformar la organización de la
producción pasando de las relaciones linea-
les de la cadena de montaje a las relaciones
innumerables e indeterminadas de las redes
distribuidas, donde la información, comu-
nicación y cooperación se convierten en
normas de producción y la red pasa a ser la
forma de organización dominante. (Hardt
& Negri, 2004: 142-143)
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1 Justamente se acaba de publicar el texto “Cultura política de la democracia en Ecuador y en las Américas, 2018/19: Tomándole el pulso
a la democracia”, elaborado por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), la Universidad San Francisco, la Universidad
de las Américas, y LAPOP, donde se analiza la relación entre las redes sociales y la democracia en la región, entre otros temas.
2 En este trabajo acojo la definición de opinión pública de Hardt y Negri (2004) para referirme a los medios de comunicación conven-
cionales (prensa, radio y TV) generalmente de propiedad privada-corporativa. Los autores sostienen que los medios y las encuestas
son los ingredientes esenciales de la opinión pública.
El trabajo inmaterial se caracteriza
por la indefinición entre el tiempo del tra-
bajo y del ocio y por relaciones laborales
flexibles, móviles y precarias; crea cono-
cimiento e información; funciona en red
y puede ser intelectual (produce ideas,
símbolos, códigos, textos, imágenes) o
afectivo (crea relaciones y afectos) (Hardt
& Negri, 2004)
La forma de red, característica de la
producción inmaterial, aparece en todas las
facetas de la vida social como la manera de
entender todo, desde las funciones neuro-
nales a las organizaciones terroristas. Esta
es la función de una forma hegemónica de
producción: transformar la sociedad a su
imagen y semejanza (Hardt & Negri, 2004:
145)
2.2. La construcción de lo común
Si el trabajo inmaterial define el
contexto global, es necesario, dicen los
autores, superar los conceptos de clase
obrera, masas y pueblo, porque reducen
a una “identidad única” la multiplicidad
de posiciones existentes en la red.
Hardt & Negri (2004) apuestan por
la multitud
3
, que surge de la “subjetivi-
dad producida en la interacción entre sin-
gularidad y comunalidad
4
. En la
multitud, “las singularidades que la inte-
gran, interactúan y se comunican sobre lo
común”, que se va construyendo y se ex-
presa a través de “lenguajes que interac-
cionan y se mezclan para formar un poder
de comunicación y cooperación”
5
(Ibid:
233-234), haciendo del lenguaje un “po-
deroso lugar de conflicto y resistencia”
(Hardt & Negri 2004: 169-170).
Pobres y emigrantes son sujetos de
la multitud, “inclusiones diferenciales, sin-
gularidades activas, cooperando en esta
construcción de lo común” (Hardt & Negri:
166-167). Al dejar de ser identidades con-
virtiéndose en singularidades, “incluyen a
otros sujetos activos de la producción bio-
política”; y mediante su movilidad y co-
munalidad amenazan al sistema global
6
(Hardt & Negri, 2004: 169-170).
Esta construcción de lo común se
concreta en hábitos que “se forman en co-
municación y colaboración con otros”,
pero en el contexto global, son reempla-
zados por performances, la “noción nu-
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3 Hardt y Negri sostienen que este concepto proporciona “un modelo en el que nuestras expresiones de singularidad no quedan reducidas
ni disminuidas en nuestra comunicación y colaboración con otros en la lucha” (Ibid: 255) La multitud para ellos está supeditada a la
existencia de un proyecto político donde los pobres y los emigrantes serán sus protagonistas debido a su inherente riqueza cultural, co-
municativa y colaborativa.
4 El término “comunidad” se aplica con frecuencia para aludir a una unidad moral colocada por encima de la población y sus interacciones
a modo de poder soberano. Lo común, en cambio, no es sinónimo de una definición tradicional de comunidad o de lo público, sino que
se basa en la comunicación entre singularidades y emerge gracias a los procesos sociales y colaborativos de la producción. El individuo
se disuelve en el marco unitario de la comunidad. En cambio, en lo común, las singularidades no sufren merma alguna, sino que se ex-
presan libremente a sí mismas. (Hardt & Negri, 2004: 241)
5 En la concepción polifónica del relato ya no hay un centro que dicte el sentido de los acontecimientos. Este surge del intercambio entre
todas las singularidades en diálogo (…) La narración polifónica plantea en términos lingüísticos una noción de la producción de lo
común en una estructura de red abierta y distribuida (…) En la organización política como en los relatos, se produce un diálogo constante
entre diversos sujetos singulares, una composición polifónica de los sujetos y un enriquecimiento general de cada uno a través de esta
constitución común (…) que produce nuevas subjetividades y nuevos lenguajes. (Hardt & Negri, 2004: 248)
6 Las luchas de estos grupos, aseguran Hardt & Negri (2004) son “(…) afirmaciones de poder biopolítico (…) Durante el siglo XX (…), los
movimientos de la gente pobre han superado la fragmentación, el desánimo, la resignación e incluso el pánico que puede crear la po-
breza, para plantear sus agravios a las autoridades nacionales y exigir una redistribución de la riqueza” (Ibid: 167)
clear de producción de lo común”
7
(Ibid:
234- 235).
Cada forma de trabajo que produce
un bien inmaterial, como una relación o un
afecto, la solución de problemas o la infor-
mación, desde el trabajo del representante
comercial hasta los servicios financieros,
son un performance donde el propio acto
es el producto (Hardt & Negri, 2004: 237)
2.3.3. La multitud en movimiento
El proyecto de la multitud se con-
creta en la movilización de lo común ex-
presado en la revuelta; que, en el plano
intensivo, ahonda la lucha local y; en el
extensivo, articula nuevas luchas en otros
lugares.
En el plano intensivo, el antago-
nismo compartido de cada lucha local se
forma en el diálogo con tradiciones y hábi-
tos locales y esa riqueza común de explota-
dos y expropiados se traduce en conductas,
hábitos y performatividad. En una re-
vuelta, lo que llama la atención son las for-
mas comunes de vestir y gesticular, los
modos de relación y comunicación (que
son) síntomas de sueños, deseos y maneras
de vivir comunes: el potencial común que
el movimiento ha puesto en marcha (Hardt
& Negri, 2004: 250)
En el plano extensivo, las revueltas
se propagan geográficamente en un
ciclo internacional de luchas, pasando
de un contexto local a otro por comuni-
cación de prácticas y deseos comunes”
8
(Ibid: 251)
En cada ciclo de lucha, lo común que
se moviliza extensivamente no es solo la
existencia de un enemigo común (…) sino
también los métodos comunes de vida y el
anhelo de alcanzar un mundo mejor. El
ciclo global de luchas adopta la forma de
una red distribuida, donde cada lucha local
funciona como un nodo que comunica con
todos los demás sin que exista un centro (…
). Cada lucha sigue siendo singular vincu-
lada a sus condiciones locales, pero está in-
mersa en una red común que organiza la
multitud y la moviliza. (Hardt & Negri,
2004: 251 y 254)
2.4 La opinión pública como campo de disputa
La opinión pública ha sido objeto
de reflexión, pero en la era global ad-
quiere centralidad. Hardt & Negri (2004)
exploran la emergencia de una opinión
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7 Paolo Virno, en Hardt & Negri (2004) compara el trabajo inmaterial con el performance de la producción lingüística. Este autor, asegura
que, en primer lugar, “el lenguaje siempre se produce en común y jamás es producto de un solo individuo, sino que lo crea una comu-
nidad lingüística en comunicación y colaboración”. En segundo lugar, dice, “la performance lingüística requiere la capacidad para in-
novar en un medio cambiante, sobre la base de las prácticas y los hábitos del pasado (…)”. La facultad del lenguaje, es decir, la capacidad
genérica del habla (…) es más que un componente del trabajo inmaterial” y según Virno, “constituye una de las claves para entender
todas las formas que éste adopta” (Ibid: 238)
8 Hardt y Negri (2004) recuerdan que hacia finales del siglo XX, los movimientos de protesta y las revueltas eran analizados desde dos
modelos principales; por un lado, “el que se basaba en la identidad de la lucha y su unidad se organizaba bajo un liderazgo central” Por
otro lado, el que sostenía que “cada grupo debía expresar su diferencia y conducir su lucha de manera autónoma” (Ibid: 255) Estos dos
modelos dominantes, aseguran los autores, “planteaban una elección clara: o lucha unitaria supeditada a la identidad central, o luchas
diversas que afirmen nuestras diferencias” (Ibid: 255), pero ahora: El nuevo modelo en red desplaza a ambos modelos ya que (…)
muchos grupos a los que se tenía anteriormente como antagonistas, actuaron juntos sin necesidad de una estructura central y unificadora
que subordinase o declarase temporalmente suspendidas sus diferencias. La multitud sustituye el par contradictorio identidad/dife-
rencia por el par complementario singularidad/comunalidad (Hardt & Negri, 2004: 255)
pública global
9
, donde medios y encues-
tadoras son sus factores esenciales.
La opinión pública (…) es un campo
de conflicto donde se expresan las relacio-
nes de poder en las que se interviene políti-
camente por medio de la comunicación, la
producción cultural y las formas de produc-
ción biopolítica. Es un terreno asimétrico,
puesto que los medios están controlados
por grandes corporaciones (…) (Ibid: 303)
A medida que las corporaciones
mediáticas van fundiéndose en grandes
conglomerados, “se homogeniza la infor-
mación que distribuyen” haciendo -a
veces- que “los medios funcionen como
portavoces gubernamentales (…)” (Hardt
& Negri, 2004:301-302)
2.5. La verdad factual como posverdad
Luego de un debate sobre la ver-
dad, Arendt (2018) hace alusión al mito
de la caverna
10
y se pregunta si una socie-
dad puede vivir sin libertad, sin justicia,
sin paz o sin verdad.
Explica que existen diferentes “ver-
dades”: científica, racional, filosófica y
factual, definida como:
La verdad (que) está relacionada con
otros, referida a acontecimientos y circuns-
tancias en las que muchos están implicados;
se establece al ser presenciada y depende de
los testimonios; existe solo si se habla de
ella y es política (Arendt, 2018: 34-35)
Los hechos, asegura, “precisan de
un testimonio y de testigos fiables que los
confirmen”, por lo que hay una “tenden-
cia a transformarlos en opiniones, desdi-
bujando la frontera entre ambos”
(Arendt, 2018: 33)
Los hechos dan forma a las opinio-
nes y éstas, “inspiradas por pasiones e in-
tereses diversos” pueden divergir
ampliamente, pero ser legítimas si respe-
tan la verdad factual.
Si no se aceptan los juicios objetivos
del narrador de la verdad factual -presen-
ciada y vista con los ojos y no con la mente-
surge la sospecha que el negarla o tergiver-
sarla, es natural al campo político (Arendt,
2017: 90)
Aunque la verdad factual nunca
contradice a la razón porque “las cosas
podrían haber ocurrido según sostiene el
observador” (Ibid: 90), su fragilidad pro-
voca que:
Las mentiras resultan más verosími-
les para la razón que la realidad misma,
porque quien miente tiene la ventaja de co-
nocer lo que su audiencia desea escuchar (y)
ha preparado su relato esmerándose en que
resulte creíble, mientras que la realidad
tiene la costumbre de enfrentarnos con lo
inesperado (Arendt, 2018: 90)
La negación deliberada de la verdad
factual -habilidad para mentir- y la capa-
cidad de cambiar los hechos -capacidad de
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¿Medios versus redes? Posverdad en la lógica de la multitud
9 Definida por los autores como “una nueva superpotencia que se extiende más allá de las instituciones políticas de representación, y su
aparición es un síntoma de la crisis general de representación democrática de la sociedad global”. Actúa mediante la “expansión de una
visión utópica que sostiene que los medios presentan informaciones objetivas que permiten a los ciudadanos formarse sus propias opi-
niones, las que, a su vez, les son ratificadas fielmente por las encuestas de opinión de dichos medios” (Hardt y Negri, 2004: 301 y 303)
9 10 Recuperado de: http://www.unsam.edu.ar/escuelas/ciencia/docs/Platon%20El%20mito%20de%20la%20caverna%20-
%20Admis-i%C3%B3n%20IEU.pdf
actuar- se hallan interconectadas, afirma
Arendt (2018), ya que “deben su existencia
a la misma fuente: la imaginación y se de-
sarrollan en el mismo campo: la política”,
donde el arte de la mentira, se sustenta en
los “profesionales de las relaciones públi-
cas y de resolución de problemas
11
(Ibid:
93-96)
2.6. Los repertorios de movilización
Tarrow (2004) explica que uno de
los modelos clásicos de la acción colec-
tiva
12
son las huelgas y manifestaciones.
La huelga es expresión de la clase obrera
y actúa dentro de canales normados jurí-
dicamente. Las manifestaciones, en cam-
bio, pueden extenderse de un lugar a otro
y combinar muchos actores y temas
13
. En
la era global (Hardt & Negri, 2004), asis-
timos al declive de los movimientos sin-
dicales y al surgimiento de nuevos
repertorios de movilización: innovación
en los márgenes, cambio paradigmático y
movimientos multiformes.
14
(Tarrow,
2004: 147, 148-151)
3. Análisis de casos
3.1. La caída de Gutiérrez
La caída de Gutiérrez (2005) repre-
senta un punto de inflexión en el ciclo de
inestabilidad que vivió Ecuador desde fi-
nales de los 90 hasta mediados de los
2000
15
.
La diferencia con las revueltas que
derrocaron a Bucaram (1997) y Mahuad
(2000) es que no fue consecuencia de una
crisis, sino una expresión de indignación
moral contra la clase política, plasmada
en la consigna “fuera todos” (Hurtado,
2005)
16
.
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11 Para los relacionistas públicos, “la mitad de la política es la creación de imágenes y la otra mitad, el arte de hacer creer a la gente en
dichas imágenes”, mientras que para los profesionales de la resolución de problemas -que han llegado al gobierno desde las universi-
dades, los laboratorios de ideas, etc.- a pesar de su puesto, de su educación y de su obra, “creyeron que la política era una variante de
las relaciones públicas aceptando las premisas psicológicas subyacentes a esta creencia” Estos últimos, dice Arendt, ansiaban encontrar
fórmulas, preferiblemente expresadas en lenguaje pseudo matemático que unificaran los fenómenos más dispares con los que les en-
frentaba la realidad; es decir, ansiaban (…) explicar y predecir los hechos políticos e históricos como si fueran necesarios y fiables como
los físicos creyeron que eran los fenómenos naturales. A diferencia del científico de la naturaleza, el historiador y el político, abordan
los asuntos humanos que deben su existencia a la capacidad del hombre para la acción (…). Si tienen apetito de acción y están a la vez
enamorados de las teorías apenas tendrán la paciencia del científico de la naturaleza para esperar a que las teorías y explicaciones hi-
potéticas sean verificadas o negadas por los hechos. En lugar de esto, experimentarán la tentación de hacer que su realidad encaje en
la teoría, y así se desprenderán de la contingencia de la realidad, la cual ha sido creada por el hombre y por consiguiente, podría haber
sido de otra manera. (Arendt, 2018: 93-96)
12 Según Tarrow (2004) la acción colectiva puede ser breve o mantenida, institucionalizada o subversiva, monótona o dramática. Y en su
mayor parte se produce en el marco de las instituciones por parte de grupos constituidos con objetivos específicos (Tarrow, 2004: 24)
13 Como apoyo a una reivindicación, contra un oponente, para expresar la existencia de un grupo o su solidaridad con otro, para celebrar
una victoria (…) Las manifestaciones se convirtieron en la forma modular clásica de la acción colectiva. De un desplazamiento incon-
trolado de descontentos de un lado para otro, la manifestación de protesta ha terminado convirtiéndose en la principal expresión no
electoral de la política civil moderna (Tarrow, 2004: 147)
14La innovación en los márgenes a corto plazo puede limitarse a animar una forma convencional de acción colectiva añadiéndole elementos
lúdicos y carnavalescos o feroces y amenazantes, pero con el tiempo pueden transformarse en formas nuevas. El cambio paradigmático
se produce en los picos de los ciclos de protesta en los que surgen nuevos actores y nuevos marcos de significados y sobre la marcha se
inventan nuevas formas de acción colectiva. Los movimientos multiformes tienen acceso a una variedad de formas de acción colectiva
ya sea por sí solos o en combinación. Esta flexibilidad les permite combinar las exigencias con la participación de amplias coaliciones
de actores, en las mismas campañas de acción colectiva y centrarse tanto en el interior del proceso político como en el exterior. (Tarrow,
2004: 148-151)
15 Entre 1997 y 2007, Ecuador tuvo siete presidentes; hubo un feriado bancario, se dolarizó la economía, y se aprobó una constitución
(1998)
16 Recuperado de: https://www.eluniverso.com/2006/04/20/0001/8/1AEE624927BE44A5A9343F6F294041ED.html
Los forajidos (apelativo con el que
Gutiérrez calificó a los manifestantes) no
eran parte de una organización sindical o
indígena, sino que integraban una multi-
tud (Hardt & Negri, 2004) conformada
por sectores académicos, colectivos urba-
nos, estudiantiles y ciudadanos, que
buscó sanear todo el sistema.
Este objetivo común se canalizó
mediante el uso alternativo de un medio
tradicional como radio La Luna
17
que
abrió sus micrófonos y cada ciudadano,
cada singularidad activa, fue constru-
yendo lo común (Hardt & Negri, 2004)
invisibilizado -en un primer momento-
por la opinión pública
18
.
“Estoy dolido de que vivamos en una
dictadura”; “Rechazamos la Corte de facto,
a Abdalá y a Gutiérrez”; “Me arrepiento de
haber votado por ti”; “Ya no te creemos, Pi-
nocho”, fueron algunos de los reclamos que
se hicieron a través de los micrófonos de
dicha radio -como lo recoge la prensa de la
época-, los cuales estaban acompañados de
un número de cédula y del ‘soy el forajido’
o ‘soy la forajida’ (El Telégrafo, 2015: “Fo-
rajidos”, el insulto de Lucio pasó a ser el
emblema)
El hecho que los ciudadanos dieran
su nombre y número de cédula permitió
neutralizar la respuesta del gobierno de
minimizar el descontento homogeni-
zando la audiencia (Hardt & Negri,
2004).
Una señora llamó por teléfono a las
19h00 del 13 de abril de 2005. Se decía in-
dignada porque el ministro de Gobierno del
gutierrato se había burlado de las marchas
de ese día: “dijo que había gente que prefe-
ría trabajar” (…) Dicha señora negó que no
quisieran trabajar, sino que después de sus
labores y de servir la merienda a su familia,
salía a protestar. (El Telégrafo (2015) “Fo-
rajidos”, el insulto de Lucio pasó a ser el
emblema)
Si en la era global, la opinión pú-
blica reemplaza a la representación de-
mocrática (Hardt & Negri, 2004), en
2005 ambas fueron interpeladas desde
una innovación en los márgenes (Tarrow,
2004) expresada en una radio.
3.2. 30S: la posverdad en acción
Esta revuelta se produjo en un con-
texto de confrontación entre el gobierno
de Correa y la opinión pública práctica-
mente desde el inicio de su mandato
(2007), acentuada con la aprobación de la
nueva Constitución (2008)
19
El gobierno concebía a los medios
como “aparatos ideológicos” de las clases
dominantes (Altusser, 2005) a los que res-
pondió con un aparato de propaganda que
definía la agenda y contrarrestaba la infor-
mación “errónea y mal intencionada” de
los medios, definidos como “actores polí-
ticos sin legitimidad democrática”.
Esta visión se acentuó durante el
30S, cuando el gobierno los acusó de par-
ticipar como “partido medial de derecha”
(Quintero y Sylva, 2010: 68) al conocer de
antemano una supuesta conspiración
para dar un golpe de Estado.
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¿Medios versus redes? Posverdad en la lógica de la multitud
17 El Telégrafo. Recuperado de: https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/politica/3/forajidos-el-insulto-de-lucio-paso-a-ser-el-emblema
18 El Universo. Recuperado de: https://www.eluniverso.com/2005/05/09/0001/1065/48AF361B53C440849B24EBF1D41585E9.html
19 Que estableció expedir una Ley de Comunicación, así como la separación de la banca de la propiedad mayoritaria de los medios, que se
concretaría tres años después en la consulta popular del 2011.
Los medios han reemplazado a los
partidos como vehículos de representación
de intereses de los grandes grupos económi-
cos (Quintero y Sylva, 2010: 80) (Ibid: 68)
Esta revuelta se definió en el len-
guaje como campo de conflicto y resisten-
cia (Hardt & Negri, 2004). Mientras para
la opinión pública, el 30S fue un “motín
policial” provocado por la “imprudencia”
de Correa, para el gobierno se trató de un
“intento de golpe de Estado, secuestro y
magnicidio”. Estas dos tesis entraron en
disputa.
El 30S no se perderá en la memoria
porque siempre estaremos sedientos de ver-
dad, y la verdad, en estos casos tiende a ser
escamoteada por los interesados en ocultar
sus siniestros propósitos (…). (Correa, 2011)
El 30S desplegó las operaciones de
la verdad factual (Arendt, 2018). Por un
lado, la negación deliberada de los he-
chos que hicieron los medios
20
; y por otro,
la capacidad del gobierno de cambiar-
los
21
a través de varios argumentos
22
:
Ahora resulta que no hay hechos
sino versiones de los mismos (…) Ese dis-
curso (de la opinión pública) se sustenta en
tres ideas: 1. No hubo intento de golpe de
Estado sino una rebelión provocada por la
“prepotencia” del Presidente; 2. No hubo
secuestro: el Presidente estuvo voluntaria-
mente en el hospital de la Policía y podía
salir en cualquier momento, y 3. No hubo
intento de magnicidio: es una invención, un
show mediático inventado por el gobierno.
(Quintero y Sylva, 2010: 83)
En el 30S, el narrador de la verdad
factual (Arendt, 2018) no fue la opinión
pública ni las singularidades que cons-
truyen lo común (Hardt & Negri, 2004)
como en 2005, sino la versión del go-
bierno que decantó incluso en acciones
judiciales contra el diario El Universo por
un artículo que la desmentía
24
.
Lo que ocurre en realidad es que el
Dictador (Rafael Correa) por fin compren-
dió que no tiene cómo demostrar el su-
puesto crimen del 30S, ya que todo fue
producto de un guion improvisado, para
ocultar su irresponsabilidad de irse a meter
en un cuartel sublevado, abrirse la camisa y
gritar que lo maten, como todo un luchador
de cachascán que se esfuerza en su show en
una carpa de circo de un pueblito olvidado.
(El Universo, 2011: No a las mentiras)
Desde su capacidad de cambiar los
hechos (Arendt, 2018), el oficialismo res-
pondió en dos arenas. Desde la comunica-
ción, con los enlaces sabatinos, la
publicación de un libro y un documental
25
.
En lo político, integrando una comisión de
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WILSON BENAVIDES VÁSQUEZ
20 El Universo. Recuperado de: https://www.eluniverso.com/2011/03/10/1/1380/muchedumbre-30s-version-oficial-ratificada-aumen-
tada.html
21 El gobierno decretó un estado de excepción bloqueando a la opinión pública y estableciendo la obligatoriedad de todos los medios de
enlazarse a una sola señal, la de la televisión gubernamental.
22 Estos argumentos enfatizan también que el 30S se enmarca en una conspiración regional promovida por los EE.UU. contra los gobiernos
“progresistas” de América Latina. Citan los fallidos golpes contra Hugo Chávez (2000) y Evo Morales (2008), así como el promovido
contra Manuel Zelaya (2009) que sí se concretó. Explican que el 30S es el resultado de una “coyuntura conspirativa” (Quintero y Sylva,
2010) gestada un año antes.
23 La irrupción de un grupo de manifestantes en las instalaciones de Ecuador TV fue justificada totalmente por la opinión pública. Recu-
perado de https://www.eluniverso.com/2010/09/30/1/1447/manifestantes-reclamaron-espacio-television-publica.html
24 El director de Opinión de Diario El Universo, Emilio Palacio, escribió el artículo “No a las mentiras”. Recuperado de: https://www.elu-
niverso.com/2011/02/06/1/1363/mentiras.html
25 “30S.La Contrarrevolución” publicado por el Ministerio Coordinador de la Política y el documental “Muchedumbre” del periodista Ro-
dolfo Muñoz, funcionario de medios públicos para la época
investigación parajudicial
26
. Posterior-
mente, el 30S fue enaltecido por los pro-
fesionales del arte de la mentira (Arendt,
2018) al servicio de ese gobierno
27
.
3.3. Paro nacional de octubre de 2019 y activa-
ción digital
El Decreto 883 de octubre 2019 eli-
minó los subsidios a los combustibles ac-
tivando una protesta nacional, que inició
con un paro del transporte público que se
desactivó a los pocos días, pero luego fue
reemplazado por un levantamiento indí-
gena protagonizado por la CONAIE a tra-
vés de un nuevo repertorio (Tarrow,
2004).
La respuesta oficial fue la represión
que dejó, según la Defensoría del Pueblo,
11 fallecidos, más de 1000 heridos y dete-
nidos
29
.
La opinión pública (Hardt &
Negri, 2004) actuó diferente al 2010 y al
2005, convirtiendo la protesta en van-
dalismo y ocultando, minimizando o
justificando la represión. Los medios
funcionaron como “portavoces guber-
namentales” (Hardt & Negri, 2004:
301-302)
Esto provocó una indignación ciu-
dadana que descartó convocarse por radio
Pichincha optando por plataformas digi-
tales, grupos de Whatsapp, Facebook y
Twitter, acusadas por el gobierno de di-
fundir fake news
32
.
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¿Medios versus redes? Posverdad en la lógica de la multitud
26 Integrada por Oscar Bonilla, Carlos Baca y Diego Guzmán, los tres militantes confesos del correísmo, desarrollaron en ese documento
la tesis de que el 30S se trató de un “golpe blando” promovido por el ex Presidente Lucio Gutiérrez que utilizó el malestar policial contra
el gobierno debido a tres factores 1) La creación de la Comisión de la Verdad que investigó violaciones a los DDHH entre 1984 y 1988.
2) El desmantelamiento de los aparatos de inteligencia policial ligados a la CIA y la eliminación de los tribunales especiales. 3) El retiro
de las competencias sobre la expedición de matrículas y licencias de conducir que era exclusivo de la Policía Nacional. El detonante de
la revuelta del 30S fue la aprobación de la Ley del Servicio Público (Losep) que homologaba a los policías y militares con el resto de ser-
vidores del Estado, suprimiendo o modificando bonificaciones y condecoraciones, entre otros. Hasta 2014, esos procesos dejaron 109
sentenciados, en su mayoría policías. Recuperado de: https://www.elcomercio.com/actualidad/investigacion-30s-109-
sentenciados.html
27 Cada 30 de septiembre al menos hasta el 2015 se realizaron eventos masivos o conmemorativos con este motivo.
28 El “cambio de paradigma” aparece en los picos de los ciclos de protesta, a través de nuevos actores y nuevos marcos de significados,
que sobre la marcha, inventan nuevas formas de acción colectiva (Tarrow, 2004: 148-151). La Confederación de Nacionalidades Indí-
genas del Ecuador (Conaie) cerró carreteras en las provincias de la sierra centro y norte; se tomó gobernaciones y promovió una masiva
movilización hacia Quito.
29 Tanto la Defensoría del Pueblo como la Comisión Multipartidista para investigar el Paro Nacional creada en la Asamblea han ratificado
este dato, que sin embargo, no coincide con el proporcionado por otras instituciones oficiales. El Ministerio de Gobierno reconoce 9 fa-
llecidos (solo 3 por muerte violenta); la Fiscalía General 8 y el Ministerio de Salud, 7. Actualmente, otra Comisión Especial promovida
por la Defensoría del Pueblo está terminando otro informe sobre el mismo tema.
30 Este hecho provocó que la dirigencia indígena retenga a periodistas y policías en la Casa de la Cultura de Quito, exigiendo “transmitir
en vivo” ese evento, y días después esa exigencia fue la misma para entablar el diálogo con el Ejecutivo el 13 de octubre de 2019 luego
del cual se derogó el Decreto 883 poniendo fin a la revuelta.
31 Es la radio de la Prefectura de Pichincha que durante las protestas fue clausurada por el gobierno. A diferencia de lo que ocurrió con
radio La Luna en 2005, donde varios medios incluso se enlazaron a su señal; en 2019, ningún medio se adhirió a esa emisora.
32 En términos generales, Lobo (2016) define a las noticias falsas como un “rumor producido técnicamente y difundido de forma masiva”.
Según la ministra Romo, el primer día de protestas, el gobierno identificó 20 noticias falsas, pero el 12 de octubre, ascendieron a 3 600.
El régimen señaló que las IP de origen de estas noticias en casos esporádicos fue Rusia, Irán y España, pero la mayor parte se produjeron
en Venezuela. Para contrarrestar esta información, el gobierno emitió 20 mil mensajes. Recuperado de:
https://www.elcomercio.com/actualidad/romo-informe-comision-asamblea-protestas.html Para obtener datos cuantitativos más de-
tallados, se recomienda revisar: www.ecuadorchequea.com.
Este cambio de paradigma (Ta-
rrow, 2004) configuró una red distribuida
que se expresó en las calles y en las redes,
donde “la información y las imágenes fue-
ron omnipresentes y sobreabundantes,
pero sus fuentes escazas” (Hardt & Negri,
2004: 301). La opinión pública minimizó
la represión, pero las plataformas digita-
les la denunciaron
33
.
4. Conclusiones
4.1 Comprender las redes sociales
desde la perspectiva sociológica busca
desmitificar su influencia (Morozov,
2011) pasando del análisis de las platafor-
mas digitales al de los procesos que están
detrás, en un contexto donde su alcance
es todavía incipiente
34
. Según un reciente
estudio, apenas 2% de usuarios habla de
política en Twitter, 22,3% en Facebook y
16,5% en WhatsApp
35
.
4.2 La posverdad es un concepto
anterior a las redes sociales, que surgió a
la luz del manejo informativo en Vietnam,
donde Arendt (2018) la definió como ver-
dad factual, que al parecer no es mono-
polio de los medios ni de las redes sino del
poder político.
4.3 Durante las revueltas, la opinión
pública “se aproxima a las víctimas llamán-
dolas por sus nombres y a los victimarios
los denomina en plural como una masa in-
diferenciada”
36
(Hurtado, 2005: 72). Sin
embargo, en 2019 las víctimas no fueron
los manifestantes fallecidos, sino los poli-
cías heridos violentamente por aquéllos
37
.
4.4. Según la tabla elaborada, en
2005 y 2019, la incidencia de los medios
fue alta, pero con sentidos distintos. En
2005 dieron amplia cobertura a los oposi-
tores a Gutiérrez y posteriormente a los fo-
rajidos
38
. En 2019, los medios fueron
portavoces del gobierno enfatizando el
vandalismo de la protesta y reiterando el
respeto al status quo. La censura fue a las
plataformas digitales
39
. El 30S, en cambio
impuso una alta censura a los medios silen-
ciándolos. Las redes alcanzaron incidencia
media, pero en apoyo de la versión oficial.
4.5 Durante las revueltas de octubre
de 2019 la posverdad fue cuestionada por
la acción colectiva de los manifestantes.
En 2005 con el uso alternativo de un
medio tradicional (La Luna). En 2019,
con la ebullición de las plataformas digi-
tales. Por el contrario, en 2010, la versión
oficial se impuso sobre los medios y la ac-
ción colectiva, sacrificando su significado.
Textos y contextos Nº 20
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WILSON BENAVIDES VÁSQUEZ
33 De forma similar al 30S, el gobierno de Moreno también denunció un supuesto intento de golpe de Estado en su contra orquestado,
esta vez, por autoridades y militantes del movimiento Revolución Ciudadana del ex presidente Correa. La prefecta de Pichincha, Paola
Pavón, el ex asambleísta Virgilio Hernández y el activista político Christian González, fueron detenidos acusados del delito de rebelión,
posteriormente modificado al de instigación. Los asambleístas Gabriela Rivadeneira, Soledad Buendía, Carlos Viteri y Luis Molina (al-
terno) pidieron asilo en la embajada de México en Quito y actualmente ya se encuentran en ese país. Los detenidos fueron liberados
con medidas sustitutivas a la prisión preventiva como usar grillete electrónico y presentarse periódicamente ante un juez. Ningún di-
rigente de la CONAIE ha sido detenido, pero se han abierto investigaciones en su contra.
34 De acuerdo con la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV)-2014 del INEC, 41,4% de ecuatorianos mayores de 12 años tenía una cuenta
en redes sociales. De este porcentaje, 97,9% en Facebook; 33,1% en WhatsApp y 20,4% en Twitter.
35 Cultura Política de la Democracia en Ecuador y las Américas 2018/19 publicado en 2020. Para este dato, se basó en una encuesta del
Barómetro de las Américas LAPOP 2019, realizada a 1.533 ciudadanos mayores de 16 años.
36 En 2005 la figura de Julio García, fotógrafo chileno fallecido por asfixia durante las protestas contra Gutiérrez se convirtió en un ícono
de los forajidos. En 2010, el gobierno exaltó la imagen de Juan Pablo Bolaños, el único civil fallecido en las manifestaciones de respaldo
al oficialismo, así como del policía del GIR, Froilán Jiménez, quien murió durante el operativo de “rescate” al presidente. En 2019, se
intentó posicionar la figura del periodista Freddy Paredes, herido por una pedrada en la cabeza, como muestra del vandalismo de los
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¿Medios versus redes? Posverdad en la lógica de la multitud
manifestantes; sin embargo, la opinión pública no actuó de la misma manera sobre los 11 fallecidos civiles durante el paro, y sobre quie-
nes el gobierno enfatizó que murieron por accidentes y no por disparos como denunciaron las organizaciones de derechos humanos y
los medios alternativos.
37 Hasta la actualidad (marzo 2020) no existe confirmación oficial del número exacto y la causa de muerte de los fallecidos durante el
paro de octubre. La versión de que los policías fueron las “victimas” de la protesta y no los “victimarios” de la represión, incluso ha in-
tentado apalancarse en una reinterpretación de los derechos humanos que se fundamenta en la pregunta si los policías también son
sujetos de estos derechos universales.
38 El entonces alcalde capitalino, Paco Moncayo, y el Prefecto de Pichincha, Ramiro González, ambos de la ID para la época, promovieron
la denominada “marcha de Quito”, mientras que Jaime Nebot hizo lo propio en Guayaquil.
39 Entre las que se incluyeron radio La Calle, Voces, Wambra Radio, entre otras, que denunciaron represión y censura por parte del go-
bierno a través de la inhibición de la señal de celulares en los sitios de conflicto como la Casa de la Cultura Ecuatoriana, en Quito.
Medios Alta Media
Nivel de incidencia
BajaRevueltas
Caída de Gutiérrez
(2005)
Plataformas digitales
Medios tradicionales
Censura gubernamental
X
X
X
30S
(2010)
Paro Octubre
(2010)
Plataformas digitales
Medios tradicionales
Censura gubernamental
Plataformas digitales
Medios tradicionales
Censura gubernamental
X
X
X
X
X
X
Tabla No. 1
Incidencia de medios según cada revuelta
Fuente: Elaboración propia. La tipología de medios y censura en “medios alternativos” y “medios tradicionales” corresponden, en su orden, a la lógica
de “producción de lo común” y al papel de la “opinión pública” (Hardt & Negri, 2004); mientras que la “censura gubernamental”, tiene relación con la
“verdad factual” (Arendt, 2018)
Textos y contextos Nº 20
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WILSON BENAVIDES VÁSQUEZ
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