dora, porque, a través de ella, reconoce
que él tampoco podría estar “completo de
la mente”. Nadie que haya vivido –o haya
leído– lo que se cuenta en ese informe po-
dría estarlo.
El fracaso en el intento por corregir
la Historia y la violencia contenida en ella,
resulta en una evasión: la huida hacia otro
país. Sin embargo, nunca logra huir de su
memoria. Persigue un olvido particular y
colectivo que cubra los recuerdos de la
violencia. En un fragmento de la novela,
el protagonista reflexiona:
y, por si eso fuera poco saqué del
bolsillo de mi chaqueta de cuero mi pe-
queña libreta de apuntes, que de ella ni de
mi pasaporte me desprendía nunca, para
buscar el fragmento de un testimonio co-
piado en los últimos días que en esa penum-
bra pestilente, tras el contenedor de basura,
logré descifrar para hacer leve mi espera, un
texto que decía que se borre el nombre de
los muertos para que queden libres y ya no
tengamos problemas, lo que ponía en evi-
dencia que hasta algunos indígenas sobre-
vivientes no querían recuperar la memoria
sino perpetuar el olvido. (p. 144)
La búsqueda del olvido lo obliga a
recaer en la memoria. Con la huida quiere
alejarse de la realidad, pero no la aban-
dona del todo porque lleva su libreta con-
sigo. La libreta es otra de las formas de
archivo en la novela. No solo el libro, los
testimonios o la carta donde se reporta la
muerte del cura. Quizás sea el archivo
más significativo en la novela de Castella-
nos Moya porque es un archivo persona-
lizado, ya que en ella el protagonista toma
nota del lenguaje poético que llama su
atención. Es decir, mantiene físicamente
la violencia en la escritura; y, al mismo
tiempo, mentalmente en la memoria. El
lenguaje de la libreta no le permite esca-
par de la escisión mental.
En la libreta está (re)escrito el len-
guaje que marcó al protagonista. El asom-
bro frente al material poético dentro del
informe acerca de las matanzas de comu-
nidades indígenas lo alienta a copiar lo
que lee. Martín Lombardo (2018) identi-
fica que hay una “aparente contradiccio´n
entre la violencia y lo poe´tico” y que ese,
precisamente, “es el elemento que ma´s lo
perturba al corrector y ma´s reflexiones le
impone” (p. 36). Esta contraposición
vuelve al personaje más vulnerable ante
la violencia del lenguaje.
El análisis del archivo es para Mi-
chel Foucault (1979) una interpretación
“próxima a nosotros, pero diferente de
nuestra actualidad, es la orla del tiempo
que rodea nuestro presente, que se cierne
sobre él y que lo indica en su alteridad; es
lo que, fuera de nosotros, nos delimita”
(p. 222). La importancia del archivo par-
ticular del protagonista sobresale en la
trama de la novela. En el libro de testimo-
nios puede leer ciertas frases, pero, al to-
marlas y reescribirlas en su libreta de
apuntes, está reapropiándose de ese con-
tenido. De esa forma, su transcripción no
es solamente un traslado de información
de un lugar a otro, sino una reinterpreta-
ción y codificación del mismo en su con-
texto.
Asimismo, Foucault (1979) resalta
cómo las diversas “posibilidades de reins-
cripción y de transcripción” (p. 173) de
los enunciados que conforman su idea del
archivo pueden ser utilizadas dentro de
una obra literaria. Estas posibilidades
son, en primera instancia, extraliterarias.
No obstante, su modus operandi es par-
ticular dentro de la novela de Castellanos
Moya. El archivo está, al mismo tiempo,
dentro y fuera del libro. Dentro, porque
toma hechos de la Historia, como el in-
forme REHMI, y fuera, porque el libro de
Textos y contextos Nº 21
18 • Noviembre 2020 - Abril 2021
JUAN ROMERO VINUEZA