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Mercedes juega su
destino en el ecuavoley
dwin Alcaras*
Fecha entrega: 2014-01-23 • Fecha aprobaci6n: 2014-02-20
edro, el Rocky, esta retando al Puyoso. Lo mira con
complicidad. Quemando el aire con sus ojos. Los
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demas a su alrededor esperamos en silencio una
groseria ingeniosa, un insulto elegante, o al menos una
mueca divertida. Pero solo dice: "Muevete, no seas maricon.
0 to les vas a ahuevar a unas damas". Los demas silban -sil-
bamos- y al Puyoso no le queda otra. Esa resignacion aver-
gonzada, esa humildad falsa, significa que el pacto esta sellado.
El Rocky va a colocar, el Puyoso servird y el Chuqui sera volador.
Edwin Alcards, nacio en Quito, en 1981. Es periodista y escritor. Publica critica de cine en la revista Zoom. Ha sido profesor invitado de literatura extranjera en la Universidad
Andina Simon Bolivar, sede Quito. Ha realizado sendos talleres de periodismo narrativo en Colombia, con Julio Villanueva Chang y Alberto Salcedo Ramos, ambos organizados
por la Fundacion para un Nuevo Periodismo Iberoamericano.
Mercedes juega su destino en el ecuavoley
En estos dias
Los apostadores aplauden —aplaudi-
me enoje. Tenia que seguir concentrada
mos- con autentica exaltacion, como si
en el juego. Despues de que gane,
fueramos el coro de una antigua come-
recien me di cuenta de lo que habia
dia (o tragedia, nunca se sabe) y como
pasado". Pero para entonces era tarde.
si 'el hueco' de La Marin fuera algo mas
Su primo, un ecuavoleyvolista de la
que solo una cancha de ecuavoley de las
escuela clasica, ya estaba corrigiendo al
cientos que, en las burocraticas tardes
chistoso con una tormenta de pufietes.
quiterias, se Henan de almas hambrien-
Entonces Mercedes entendio —como se
tas de emociones. Y esta tarde de sep-
entienden esas cosas, con el sentimien-
tiembre, con el sol ahogandose entre
to palpitando en la piel, mezclandose
tonos melon y nubes sucias, 'el hueco'
con el sudor- que en el ecuavoley una
si parece mas que solo 'el hueco'.
mujer no solo se juega la plata sino
tambien el respeto por su genero.
Las dos damas sonrien con las mans
en los bolsillos de sus calentadores de
Karina Hernandez, la servidora de
tela sintetica. Estan acostumbradas a
Mercedes desde hace 13 arios, calienta
las escenas que genera la testosterona
en el centro de la cancha. Da trotecitos
cuando ellas Regan a sacudir esos galli-
y salta midiendo el alto de la red. Esta
neros primitivamente masculinos.
contenta de volver, a los tiempos, al
Saben que pueden ganar. Sonrien asi
voley de barrio, a esa alegria brusca que
porque lo saben. Y el Pedro, que al
es enfrentarse al prejuicio masculino.
principio se mostraba canchero y fanfa-
Aca no importa que ambas hayan sido
nem, de pronto se ha puesto serio. Los
vicecampeonas sudamericanas de voley
USD 6o que meti6 en el juego empie-
de playa en 2007, como tampoco
zan a quemarle en el rine& de su cons-
importa que hayan ganado el titulo
ciencia donde guarda el miedo.
nacional de ecuavoley femenino duran-
Mientras el enjambre de apostadores
te 10 arios. Adentro de la cancha, la rea-
abandona lentamente la cancha,
lidad es mas sencilla y mas sincera:
Mercedes Mena —mujer de edad indefi-
solo existe el momento presente. El
nible, facciones finas y angostas (como
pasado es un artefacto mental secunda-
dibujadas con lapiz 4H) y mirada recia-
rio que solo se usa para guiarse en la
recuerda la primera vez que le gang a
apuesta o, a veces, para poner apodos a
un hombre en el ecuavoley. El sol mori-
la gente. Y el futuro solo es admitido en
bundo riza los hellos dorados de sus
forma de expectativa: un sudor frio en
brazos fibrosos. Cuando aprieta los
el alma, un vertigo en el est6mago, que
purios con ira los Imisculos del antebra-
dura generalmente entre una hora y
zo se mueven como los hilos de un telar
una hora y media.
artesanal.
Son un equipo de dos. Las voladoras
Era el tercer quince y le faltaba un
oficiales estan cumpliendo otros com-
punto para ganar, se acuerda. Estaba
promisos, la una en Cuba preparandose
parada en su esquina a punto de batir
para los Juegos Panamericanos de
cuando un patan, mas desesperado que
voley de playa, y la otra en Pallatanga
morboso, se acerco por detras y le halo
atendiendo las faenas amatorias de un
el pantalem hacia abajo. "Ese rato no
matrimonio recien formado. Asi que el
En estos dias
Edwin Alcards
tercer miembro ha tenido que venir de las mismas huestes del Puyoso y el Pedro.
El Tobi es un cincuenton robusto de bigote ralo y vampiricas entradas en la frente,
rigurosamente vestido para la ocasiOn: zapatillas negras de pescador, pantaloneta
amarilla de poliester y camiseta de una conocida marca de pintura. Sabe bien a lo
que se ha metido, por eso soporta con filosofia los silbidos que el respetable le
lanza desde los graderios y las perlas con que lo adornan: "Esa voladora se parece
a mi suegra" o "Le han puesto a volar a la senora del morocho".
El Tobi solo sonrie sereno, seguro de si mismo, como si supiera algo que los demas
ignoramos, Grita: i ibolaaaa!! y el partido comienza.
***
Sentado entre el public°, fumando con avidez, esta Hugo Bermeo, conocido de este
lado de la cancha como el 'Llaverito'. El ha sido el autor intelectual de este partido
mixto y mi contacto en el mundo del ecuavoley. Hace tiempo, cuando le pregunte
cual era la mejor jugadora de la ciudad, me clay() la vista con el cello fruncido, con
una expresion caracteristica suya, entre feroz e incredula, como si le hubiera pre-
guntado si la pelota es redonda o cuadrada. Toma un tiempo darse cuenta de que
esa es una beligerancia meramente teatral, bastante comen entre los ecuavoleyvo-
listas. Un advenedizo distraido podria confundir facilmente los gritos y las menta-
das de madre (que en la cancha son como golpes inofensivos de confianza entre
amigos, muestras asperas de camaraderia) y sacar la conclusion apresurada (y
falsa) de que este es un deporte agresivo.
Luego de pensar detenidamente, el 'Llaverito' dijo con una sonrisa de nifio: "La
Mercedes. Hay varias que van a las canchas, pero, asi de elite: la Mercedes".
Estabamos en la madre de todas las canchas quitefias, Chimbacalle, corazOn histo-
ric° de este deporte popular y amateur. Hasta hace unos aiios cuando alguien se
sentia lo suficientemente temerario y queria entrar al valhala del ecuavoley tenia
que it a fajarse alla, con los duros de verdad. Alli se repartian los certificados de
honorabilidad y las licencias para apostar en serio. Pero la ciudad se desbord6 vio-
lentamente en las altimas decadas y se disolvio la geopolitica de este juego con la
proliferacion de nuevos nucleos pequerios y dispersos. Sin embargo, Chimbacalle
aim conserva un aire de su antigua condici6n de centro politico y economic° del
voley. Muchos de las decenas de feligreses de esta cancha alguna vez fueron tam-
bien figuras prestantes con gallada y barra incondicionales, aunque hoy sus destre-
zas deportivas se limiten al naipe, la lengua y la memoria.
Cuando el 'Llaverito' nombre a Mercedes, estos doctores de la ley se masajearon
las barbillas con solemnidad, juzgando antes de asentar un veredicto. En el ecua-
voley, como en toda actividad del espiritu que todavia no ha sido normada por la
participaciOn del Estado, la tradiciOn funciona como la maxima ley, la leyenda es la
Unica jurisprudencia. Los partidos memorables -esos sucesos epicos- se transmiten
oralmente de vos a vos, como si fueran mitos o poemas anOnimos. Mercedes Mena
Mercedes juega su destino en el ecuavoley
En estos dias
ha entrado, con argumentos categori-
municipal. El uniforme correctamente
cos, en esa fabula popular y espontanea
planchado, el maquillaje austero, la
del voley quitefio. Los doctores confir-
mirada invariablemente fuerte, y las
man el juicio del 'Llaverito'. Esa mujer
manos tersas y distinguidas... todo
delgada y fibrosa es una de las pocas
indicaria que nunca en su vida bati6 un
admitidas en la historia que todos los
bal6n framed° y terroso. Con intacha-
dias se escribe en las canchas. En el dia
ble sonrisa profesional, la funcionaria
a dia, son escasas las jugadoras de esti-
ayuda a resolver los problemas de los
lo clasico: o sea las que pueden pasarse
clientes, da indicaciones, los despacha
todo el dia jugando o apostando, con
con sutileza. Mientras, la Mercedes que
sol o con lluvia, arrastradas por una
grita, y que pasa la bola con violencia
pasion mas fuerte que ellas. Pero exis-
sobre los 2,85 metros de la red oficial, y
ten.
que hace retorcerse a los mas puestos,
esa ecuavoleyvolista de elite, palpita en
En la Federacion de Ligas Barriales y
silencio, al filo de la realidad, calentan-
Parroquiales de Pichincha, Fedebip, no
do incansablemente en lo oscuro de la
existe una estadistica de la cantidad de
consciencia. Y del recuerdo.
mujeres que se dedican habitualmente
a este deporte, aunque en los hechos se
Ella y Karina se retiraron de la activi-
admite que son suficientes para organi-
dad continua hace tres afios, a los 4o y
zar un campeonato anual de ecuavoley
3o respectivamente, luego de una
femenino que lleva 12 alms, aunque
carrera brillante de logros en alineacio-
aim no ha logrado fijar una fecha esta-
nes de dos, tres y seis jugadoras. La
ble. Con 10 titulos, las campeonas his-
realidad pudo mas. En 2007 Karina
t6ricas e invictas de esa competencia
tuvo que renunciar a un puesto en una
son Mercedes y Karina. Entre 1998 y
empresa grande y prestigiosa que le dio
2008, cuando se retiraron, no hubo trio
a escoger entre los juegos panamerica-
que les hiciera frente.
nos (a los que el Ecuador, con ellas, cla-
sific6 por primera vez en voley de
La ausencia de informaci6n oficial
playa) y su trabajo. No habia mucho
sobre este deporte popular, es total-
que pensar. Renunci6. Ecuador quedo
mente comprensible si se sabe que el
quinto, nada mal para ser primera vez.
ecuavoley aim no ha podido elevarse a
Pero a Ecuador no le import6. Cuando
la categoria profesional, pese a los
volvio, Karina tuvo que buscar empleo
esfuerzos de varias generaciones de
de nuevo y se vio forzada a dejar las
deportistas. Eso, por supuesto, no quie-
canchas. Sin su compafiera oficial,
re decir que no existan profesionales.
Mercedes tambien abandon6 las ruti-
Los hay y espectaculares (en el sentido
nas de entrenamiento y se refugiO en el
literal del termino), unos medallistas
confiable y familiar ecuavoley. Ahora
olimpicos en potencia (si es que alguien
las dos mujeres se reimen cada dos o
lograra convencer algan dia a la
tres semanas, cuando tienen ganas de
Comision Olimpica de las ventajas, fisi-
entretenerse un poco, recordar otros
cas y competitivas, de jugar en equipos
tiempos y someter a los hombres.
de a tres y con el bal6n mimero cinco,
reglamentario del filtbol). Pero como a
***
la realidad no le importan ni las leyen-
das ni los suelios, a los profesionales de
El Tobi intenta salvar una bola que no
este deporte les toca andar de incogni-
era mala sino pesima y la manda afuera
tos, fungiendo de taxistas, medicos,
de la cancha. El primer doce (los juegos
profesores, albaffiles, administradores
en serio abrevian los tres filtimos pun-
de empresas o, como Mercedes, emple-
tos) ha sido una feria de regalos para el
ados pnblicos.
Pedro y el Puyoso. La confianza ha
vuelto a regar sus rostros. Estan lucran-
De lunes a viernes ella rige la ventanilla
do de la veta de oro que encontraron
de Atencion al Publico en una empresa
atras, mientras el Tobi no termina de
En estos dias
Edwin Alcards
hallarse en la cancha. Mercedes no muestra emociones. Tiene el ceflo fruncido y no
festeja cuando marca algim punto, solo cierra los pulios, baja brevemente la cabeza
y corre al puesto de batida. Es un trabajo laborioso —y la mayoria de veces iniltil-
tratar de revertir la compleja maquinaria psicologica de la derrota. En efecto, el
primer tiempo termina 12 a 7.
En el segundo tiempo, Mercedes, Karina y el Tobi saltan al vacio. Tienen todo que
perder (o sea noventa Mares) y todo el pfiblico en contra, incluido el juez de la
contienda que, desde lo alto de la red (parece un querubin cimarron y fumador)
proclama su parcialidad con sinceridad pasmosa. El equipo ensaya a entenderse
con estrategias numericas que masculla la ponedora en cada nueva batida con la
boca tapada con el balon. La serie es infantilmente misteriosa: "Dos ahi mismo y
dos adelante", "Dos solo adelante" "Dos solo en los puestos". Asi se indican las
veces que se mantendran en los lugares clasicos del juego: todo el lado derecho
para Mercedes y el izquierdo dividido entre la servidora (parada al pie de la red) y
el volador (en el centro). Y las veces que rotaran para cubrir a la ponedora.
La estrategia funciona con una eficiencia que espanta. Pedro, el Rocky, cae repeti-
damente en la trampa de la bola bajita puesta con ternura en las comisuras delan-
teras de la cancha. El respetable se arrebata, pifia y muge, como un demonio
borracho. El Ilaverito' rie a carcajadas y, haciendo altavoz con la palma de la
mano, grita: "Hoy to pelan, Pedro". Un augurio muy adecuado para describir una
destruccion tan violenta: 12 a 2.
Los jugadores cruzan la cancha corriendo, ansiosos de llegar al final. Mercedes se
aferra al esquema que le ha ayudado a remontar el cerro de lo posible. Alterna
entre las bolas sutiles puestas en el medio y los bombazos vigorosos sobre el fondo.
El Pedro esta agotando sus combinaciones de palabrotas e insultos sobre el Puyoso
y el Chuqui, quienes contestan con igual enjundia y mentadas de madre. Cuando el
marcador marca 8 a 4 a favor de las damas, el Puyoso pide un minuto para reorga-
nizarse. "Pare la bola —grita el arbitro-, un minuto para el Pedro y una guata para
el juez", ordena desde arriba, en medio de la noche, como si ordenara al universo.
Es solo un minuto afiadido a la agonia, no hay nada que hacer. Karina y el Tobi
rien ruidosamente con cada nuevo punto. Mercedes permanece seria. Nada parece
capaz de aflojar las cadenas de sus emociones. Gana 11 a 8. Todo esta dicho, pero
nada esta escrito. Justo en el minuto de las definiciones, el Tobi deja pasar por
mala una bola que golpea justo sobre la linea. El juez se alegra y marca el cambio.
Solo entonces Mercedes Mena, la mejor ecuavoleyvolista profesional de esta ciu-
dad, arranca de sus entrafias una orden larga y vigorosa, que sin que ella lo sepa
en ese momento, resume toda su vida: "Sigan jugando... todavia no ganamos". Y es
verdad, pienso yo mientras se asienta el ultimo punto, aim no ha ganado —aim no
hemos ganado- casi nada.
Mercedes juega su destino en el ecuavoley
En estos dias