La escritura en lo
ausente
Fecha entrega: 2014-01-10 • Fecha aprobaci6n: 2014-02-08
A Ubaldo Gil,
amigo que edifice) los caminos opuestos
a Ia forma.
ientras uno adquiere conciencia del mundo, Inas
fuerte e innegable se hace el hecho de pensar en
M
lo que esta ausente. Recordar lo que parece muerto
y haber muerto tambien en el pensamiento que no fue hecho orali-
dad, escritura o fonema; si acaso la actividad del pensamiento es
dinamica, u otra forma, quizas, de ruido, en nuestra interioridad,
que se manifiesta por la misma carencia del silencio.
Freddy Ayala Plazarte,
(1983) Comunicador Social por la Universidad Central del Ecuador. Magister en Estudios de la Cultura Menci6n Artes y Estudios Visuales
Universidad Andina Simon Bolivar (UASB-Ecuador). Ha publicado los poemarios: Zaratana
(2007); Kamastro de Matuta (2010); Mi padre en las rieles de Sumpa
(2011);
Nomenclatura del Internado (Editorial Mar Abierto, 2013). Los ensayos: La metalica luminosa (K-oz, Retorno, 2011) y Una correspondencia a la memoria (Dadaif Cartonera,
Guayaquil, 2012) acerca de la vanguardia del poeta Hugo Mayo.
Con su poemario Con un manuscrito en el horizonte obtuvo el Segundo Premio en Ia Bienal Nacional de Poesia, luegos Florales, Ambato, 2011. Ha realizado el estudio, selec-
clan y recopilacion del libro; 'Premonici6n a las puertas' Reciente poesia ecuatoriana, que agrupa 17 autores jovenes ecuatorianos (Universidad Central del Ecuador, 2012).
Es profesor en Ia Universidad Central del Ecuador de asignaturas como Teorias de la Cultura, Enfoques Criticos del Arte, Analisis del Discurso. Ha participado en el Encuentro
Internacional de Poetas y Artistas (ULEAM, Manta, 2011, 2012). Encuentro de lOvenes Escritores de America Latina y el Caribe, por Ia )0(1 y XXII Feria Internacional del Libro,
La Habana-Cuba, 2012, 2013, y el
16 Festival Internacional de Poesia, la Habana, 2012. Parte de sus poemas y ensayos sobre literatura ecuatoriana, han sido publicados
en revistas de Mexico y Cuba. Es profesor en la Facultad de Comunicacion Social, UCE.
Caida libre
Freddy Ayala Plazarte
De cierta manera, pensar en un cuerpo ausente, como signo o rasgo de muerte,
implicaria un acto sinergico, por una parte, es una instancia desde la cual se enun-
cia un hecho fisico, reconocer que algo material ha desaparecido, mientras que,
por otra parte, ese hecho ausente, o lo 'clue ya no esta'. No solo deberia ser tornado
desde lo que se niega ante nuestros ojos, o a la mirada, sino en esa ausencia —Ha-
mada, en ocasiones, muerte del pensamiento —que se presenta con imagenes o
evocaciones de lo lejano, y que surgen en medio de un angustioso encuentro con lo
deshabitado.
Esto quiere decir que por nuestra subjetividad se interpelan dos formas de 'muer-
te': la una dada en lo fisico, y la otra la que se elabora en nuestro pensamiento.
Pensar que algo (de nosotros?) murio en el cuerpo ausente, y que por esa expe-
riencia nos sentimos ausentes. Uno cree tener poder y estabilidad en el mundo
mientras no hay algo que atente la sensibilidad o corporeidad, pero 1.como reaccio-
namos cuando nos sucede lo contrario? 1.No sera, mas bien, el hecho de aceptar
que han muerto ideas en lo ausente, acaso, en nuestro pensamiento antes que el
cuerpo?
Desde esta perspectiva, no muere, entonces, solo un cuerpo, pero si es posible
decir que el pensamiento muere sobre lo que se enuncia ante los ojos como ausen-
te. Ante todo, hay una construcciOn, un sentido de muerte, una conciencia de
muerte, a partir de lo que se cree que no volvera, una muerte que, al fin y al cabo,
se ha inscrito en las instituciones ideolOgicas como familia, religion, medios de
comunicaciOn. De hecho, lo que no retorna fisicamente, o lo que se presenta como
irrepetible, es lo que marca el pensamiento humano: la lejania que se edifica luego
de un instante, el alejamiento, no tanto de las cosas o de ciertos escenarios, sino
por parte del pensamiento: un pensamiento se aleja de otro pensamiento, y es
como si dos lineas se dispersan luego de partir de un mismo punto, pues no se
sabe si volveran a unirse, aunque hayan partido del mismo origen.
Esa, precisamente, es la birsqueda del camino ausente, hemos partido de un origen
para adquirir distintas formas de entender o nombrar a lo ausente, de intentar
explicarnos en tomb a lo 'que ya no esta'.
Asi, el tiempo contribuye al distanciamiento de las cosas, de los lugares, y de nos-
otros mismos. Es posible decir que nos hemos alejado de nuestro pensamiento en
el cuerpo, hemos sido tambien cuerpos con pensamientos ausentes, aim no habita-
dos por otras dimensiones de la conciencia. Por tanto, lo que se recuerda es parte
ya de la lejania, de lo que fue un sonido que solo hace ritmo en la memoria, y que,
no obstante, es un rito para manifestar lo incorp6rea que es la lejania, convertida
en imagen, evanescencia.
Un distanciamiento, si se quiere, lo suficiente para conseguir alejarnos con las
cosas (pasadas) de nosotros, de lo que ya fuimos y no deberiamos volver a ser.
Cuando mas bien ha sido nuestro propio pensamiento el que nos ha alejado de las
cosas y de los instanter, las cosas estaran alli, acaso, inmOviles; 1.se han movido las
cosas de nuestra interioridad, mas no en la exterioridad?
La escritura en lo ausente
Caida libre
Distancia necesaria, que hemos torna-
go, la Unica posibilidad es tambien
do para justificar un presente que, en
mirar lo ausente con otros sentidos
ciertas ocasiones, reclama mirar el
(lejanos a una mirada social), pues la
pasado, por el mero hecho de que nos
mirada (social) ha generado muchas
hayamos quedado en las imagenes y
divisiones o clasificaciones que han
las evocaciones. Como una forma de
fragmentado identidades en la socie-
representar lo que como cuerpos ya
dad. En este sentido, la escritura cum-
no creemos posible hacer. Por eso,
ple con uno de esos desafios, que se
tenemos que repetirnos en lo evanes-
han planteado en torno al pensar y
cente, postergarnos al flume de nues-
retomar lo ausente. Es en la escritura
tros propios cinemas de vida, para alli
donde, finalmente, se alcanza una
comprender que los pensamientos
dimension que trasciende el orden
mueren, asumiendo que los instantes
racional.
se fueron, y que, a la vez, nos levanta-
mos entre tantos pensamientos.
La escritura, por supuesto, es un
Asi, mientras se van unas for-
acto de memoria y de imagina-
mas ante nuestros ojos, hay
cion, donde se trata de poner a
La
otras formas que se levan-
prueba las cualidades enig-
tan en ese caj6n de image-
escritura,
maticas del pensamiento,
nes, y que, posiblemente,
emplazamiento que se con-
no alcancen a ser expre-
por supuesto,
juga con otros sentidos
sados con las palabras.
es un acto
sonoros, perceptivos,
Fueron tambien ausen-
foneticos, olfativos, ges-
tes las palabras que no
de memoria
tuales. Es decir, son
fueron escritas o repe-
ausentes los sentidos
y de imaginacion,
tidas en el instante,
menos explorados,
murieron mas pensa-
donde se trata
pero, si se toma en
mientos, se volvieron
cuenta, son mucho mas
imaginarios por no
de poner a prueba
sensibles que lo borro-
haber sido recordados
las cualidades
so de la mirada. No
con el lenguaje.
sera que, en el marco
enigmaticas
de la mirada, privilegia-
Sin duda, he nacido
mos lo figurativo por
del pensamiento,
sujeto al discurso de la
sobre lo no-figurativo,
muerte, el hecho de
emplazamiento
en este Ultimo punto es
teller que aceptar que los
donde el pensamiento se
lugares no mueren, ni des-
que se conjuga
ha ausentado, volver al
aparecen, es el pensamien-
con otros
orden sensible de otros
to el que muere y ahi mue-
sentidos, quizas es una
ren los lugares, los aconteci-
sentidos
manera de reconfigurar lo
mientos, las cosas o las perso-
ausente.
nas. A partir de esto, me atrevo a
decir que no deberiamos pensar en el
Asi, la muerte (he sugerido del pensa-
recuerdo sino recordar que hubo pen-
miento, por la ausencia de otros senti-
samiento en el recuerdo. Y por eso
dos), no solo representa el estado
escribir se convierte en un acto de pen-
ausente de un cuerpo, como se lo
sar en lo ausente, de reconfigurar desde
entiende en un ambito socio-cultural.
un punto de vista metareflexivo lo que
Sino, mas Bien, la muerte tambien
se muestra como un saldo del pasado.
puede ser entendida como una teatrali-
dad que se manifiesta en la memoria o
Disertar sobre la muerte del pensa-
imaginaci6n: alguien ha sido advertido
miento en las cosas que nos rodean, se
de su muerte porque hubo quien song
convierte en una suerte de relato entre
la noche anterior en su ausencia, a par-
el pensar versus el pensar, paradojico
tir de ese suceso el que fue advertido,
puede plantearse esto. Pero, sin embar-
quizas, no tenga un dia tranquilo.
Caida libre
Freddy Ayala Plazarte
twos, In!
otextos 1 v
Entonces, se puede decir que la escritura tambien es una advertencia ante lo impo-
sible, pues adquiere sentido en la medida que se repiten las invocaciones. De ahi
sean mas fuertes las muertes que se muestran en imagenes que las que fueron
cuerpo, porque estaran repitiendose en innumerables ocasiones. Angustia mas lo
repetitivo, pero tambien permite tomar una postura reflexiva e inteligible. De esta
manera, la escritura exige al pensamiento construir una identificacion a partir de
lo que fisicamente es irrepetible. La escritura es la enunciacion de lo que ha muer-
to (en el sujeto), es el paso necesario para activar el mundo de los sentidos, de los
otros rostros que tiene el pensamiento.
Con el pensamiento he muerto tantas veces en el cuerpo, mas muertos tengo en mi
pensamiento que aquellos a los que guardo luto, me habria mimetizado en lo
ausente para entender que la escritura es un acto del pensar, de la prolongacion de
las imagenes, que esperan ser escritas con mas imagenes, necesaria postergacion
en el camino hecho por la lejania. Ann creo que no he alcanzado la lejania de la
escritura, aim no he podido ausentarme de la misma ausencia, para encontrar ese
lejano camino de los sentidos.
La escritura en lo ausente
Caida libre