INSTITUTO DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS
REVISTA ECONOMÍA
UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR
73(118), noviembre 2021, pp. 23-38
REVISTA ECONOMÍA
Integración del dinero, variables de proporción entre valores y precios:
el problema de la transformación, alcances de los debates
contemporáneos
Antonio Guzmán | Instituto San Lucas (México) resumen Uno de los temas
que más controversia ha generado en la economía es el problema de la
transformación de valores en precios. Actualmente existen avances
importantes, entre ellos se encuentran los coeficientes que relacionan valor-
dinero y los sistemas matriciales monetarios. En este trabajo se estudian las
propuestas de la melt, el coeficiente beta y la matriz de pagos de Benetti y
Cartelier, considerando sus aportes y limitantes; además, se reflexiona
acerca de que el problema de la transformación de valores en precios es un
aspecto que puede ser resuelto proponiendo una adecuada teoría monetaria
—aún inconclusa—, en ese sentido, las críticas neoricardianas y neoclásicas
han sido superadas. El problema actual, para generar una solución general,
está en integrar producción y circulación como Marx lo propone desde el
tomo i de El capital. Se concluye que el tema de la transformación es, en
realidad, un problema relacionado con la falta de una teoría monetaria
adecuada, que no recupera y problematiza las instituciones que Marx
propuso.
palabras clave Valor-trabajo, teoría monetaria, precios, melt, equilibrio de
mercado.
fecha de recepción 06/07/2021 fecha de revisión 23/09/2021 fecha de
aprobación 21/10/2021
Integration of money, variables of proportion between values and
prices: the problem of transformation, scope of contemporary debates
abstract One of the problems that has generated the most controversy in the
economy is the problem of the transformation of values into prices,
currently there have been important advances, among them are the
coefficients that relate value - money and the monetary matrix systems. In
this work the proposals of the melt, the Beta coefficient and the payment
matrix of Benetti and Cartelier are studied, considering their con-tributions
and limitations; Said work considers that the problem of the transformation
of values into prices is an aspect that can be solved considering an adequate
monetary theory, in that sense the neo-Cardinal and neoclassical criticisms
have been overcome. The current problem, to generate a general solution, is
to inte-grate production and circulation, as Marx proposes from volume i of
Capital. It is concluded that the transformation problem is actually a
problem of not having an adequate monetary theory, as Marx proposed it.
key words Value-labor, monetary theory, prices, MELT, markets.
Jel codes i30, d1, q19.
INTRODUCCIÓN
Desde que el economista inglés Ian Stedman (1977) realizara su crítica al
problema de la transformación de valores en precios,1 las respuestas
generadas fueron vigorosas, renovándose la posición de la teoría del valor-
trabajo marxista. Sin embargo, de dicha controversia se generó una especie
de consenso silencioso,
DOI: https://doi.org/10.29166/economa.v73i118.3196
pISSN 2697-3332
CC BY-NC 4.0 —Licencia Creative Commons Reconocimiento-
NoComercial 4.0 Internacional eISSN 2697-3340
© 2021 Universidad Central del Ecuador revistaeconomia@uce.edu.ec
Integración del dinero, variables de proporción entre valores y precios: el
problema de la transformación, alcances de los debates contemporáneos
como un problema añejo, tedioso y zanjado. El aparente fracaso de la teoría
del valor-trabajo (marxista) para explicar los precios de mercado se inclinó
por la posición ricardiana, siendo la teoría de Marx un caso especial dentro
de ésta (Cataño, 1991; Klimovsky, 2014).
Pero dicha apreciación es incompleta, ya que existen saldos positivos que
no se han discutido dentro de la controversia por parte de los críticos, como,
por ejemplo, la respuesta de un análisis integral entre producción y
circulación, lo cual ha llevado a proponer un mecanismo o variable de
proporcionalidad entre valor y precio, y entre ganancia y plusvalía. Dicha
variable se presenta como un coeficiente de proporcionalidad, que se ha
nombrado con distintas letras del alfabeto griego, sobre todo con beta, o que
se ha generalizado como la melt ( monetary expression of labour time, por
sus siglas en inglés) (Moseley, 2016). También, dentro de la controversia
surgió una perspectiva innovadora proponiendo un sistema monetario de
matriz de pagos (Cataño, 2009). Algunos economistas han considerado que
el problema de la transformación se inclina, aparentemente, en favor de la
crítica neoricardiana, pero a su vez los autores de los precios de producción
conjunta no han entendido aspectos cruciales de la concepción de la teoría
monetaria marxista. Por lo cual, se ha optado por reformular la teoría
monetaria marxista, desechando la idea del valor-trabajo; o, mejor dicho,
omi-tiéndola de la discusión monetaria; la moneda sería ex ante a toda
concepción del valor (Benetti y Cartelier, 1980; Cataño 1991).
Por consiguiente, la discusión ha dejado un saldo positivo dentro de los
estudios de la crítica de la economía política. Un balance ecuánime y serio
permite demostrar que, por una parte, la discusión está abierta y, por otro,
que los problemas surgidos en temas específicos, como lo es, por ejemplo,
la forma de integrar el dinero a la teoría del valor, hacen reformular la
manera de teorizar y aplicar la economía; ya que por una parte los
problemas que ha enfrentado el marxismo, con respecto a dicha cuestión,
son problemas a los que las demás escuelas de pensamiento económico
también se enfrentan, pero que pocas veces se han planteado y mucho
menos resuelto (Benetti, 1990).
En este trabajo se hará un análisis de forma general de las respuestas que se
han generado a través de los coeficientes o variables de proporcionalidad
entre valores y precios;2 así como con la propuesta de un modelo sin teoría
del valor, totalmente monetario de estática comparativa, para agentes
descentralizados que generan precios ideales y se ajustan con la regla
Cantillon-Smith.3 Hay que señalar, sin embargo, que tal como se encuentra
la discusión actualmente, ambas posturas consideran aspectos de la teoría
de Marx, pero adolecen, en uno o varios aspectos de suma importancia, de
una integración de los elementos expuestos por Marx de forma general. Sin
embargo, habría que analizar de forma puntual qué se busca con cada
propuesta de modelo, así como resaltar sus aciertos y oportunidades.
Hay que situar está investigación con un enfoque más amplio, como es la
forma misma en la que se ha concebido la ciencia económica en sus
perspectivas de un sentido realista y otro monetario (hipótesis de
nomenclatura).4 Es sabido que Schumpeter (2015) fue una voz importante
al señalar que en el análisis económico debía de priorizarse el análisis
monetario, sin embargo, no propuso una forma de considerar el rol del valor
y la técnica, a pesar que a ésta la consideraba un factor endógeno, con
respecto al sistema económico. En el estudio de la teoría económica, la
escuela marginalista o neoclásica ha acumulado fracasos al inten-tar
integrar el dinero a la teoría del valor. No han podido deducir modelos entre
agentes privados que se conjuguen en un mercado descentralizado que
generen precios competitivos, independientemente de si es posible o no el
equilibrio (Nadal, 2019; Benetti, 1990).
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Antonio Guzmán
La mayoría de los teóricos ha normalizado o aceptado el enfoque de
economía real considerando la economía monetaria una hipótesis especial.5
Las transacciones se realizan en bienes físicos y luego se integra el dinero
para formar los precios de equilibrio. Es así que la escuela neoclásica y
neoricardiana6 parten en sí de la distinción entre economía real y
monetaria.
Los modelos elaborados se inscriben plenamente en la teoría del valor que,
tanto en el marco clásico como neoclásico, determina los precios como
solución de un sistema de ecuaciones construido a partir de la relación entre
individuos y objetos, dejando por lo tanto de lado las transacciones y la
moneda. En este sentido, enfrentan los limites comunes a toda teoría del
valor así formulada, que deja abierto el problema de la formación de los
precios en los distintos mercados, en los cuales los precios no son la
solución de un sistema de ecuaciones, y que supone una organización
centralizada de los intercambios, oponiéndose de esta manera a la
descentralización característica de la sociedad mercantil. (Klimovsky, 2010,
p. 49) El problema de la transformación de valores en precios ha querido
ser enfocada con dicho fundamento, sobre todo por parte de los
neoricardianos, con su concepto de valor incorporado, pero que es ajena a la
teoría del valor de Marx. Éste explicita que la integración entre dinero y
valor se necesita concretar en el análisis teórico y operativo.
Se [suele] pasa[r] por alto que las magnitudes de cosas diferentes solo
pueden compararse cuantitativamente reduciéndolas a la misma unidad.
Solo en cuanto expresiones de la misma unidad tienen un denominador
común y son, por tanto, conmensurables. (Marx, 2014, p. 53) Es tal vez
Marx, junto a J. S. Mill, de los únicos que han salido de dicha dicoto-mía.
Marx plantea, desde las dos primeras secciones de El capital, la necesidad
teórica y, por lo tanto, también lógica, de una integración entre moneda y
mercancía, de ahí su desarrollo de las formas del valor (i, ii, iii y iv). Es
desde dicha perspectiva que se ha dado la crítica a los críticos de Marx.
Dicho aspecto es co-rrecto, sin embargo, hay ambigüedades en la solución
de Marx que ha llevado a algunos economistas a replantear el problema del
dinero en Marx.
La solución propuesta para entender, por ejemplo, el problema de la
transformación de valores en precios, la reducción de trabajo complejo a
simple y de trabajo privado a social, pasa por la teoría monetaria marxista
(Cataño, 2009). En ese sentido, este trabajo expone las soluciones técnicas
que se han dado, así como señala las principales dificultades de dichas
soluciones, para posibles desarrollos más generales dentro del debate de la
teoría del valor-trabajo y la teoría monetaria pura.
El trabajo contiene dos secciones: la primera presenta a los teóricos que
consideran el valor trabajo dentro de la solución de la integración con la
moneda, la segunda sección analiza la propuesta monetaria del modelo
Benetti Cartelier, que considera al dinero ex ante al valor. Se termina con
las conclusiones.
LA RESPUESTA MARXISTA QUE CONSIDERA LA TEORÍA DEL
VALOR
La controversia sobre el valor-trabajo como fundamento de los precios
relativos y de mercado es enorme y tiene diversos matices,7 uno de los
consensos intuiti-vo o explícito es que la integración entre valor y dinero es
fundamental para una posible solución. Se explorará dicha solución, con sus
límites u oportunidades. La discusión sobre si es posible que los precios de
producción se calculen considerando los insumos y el capital fijo en
precios, como si las tasas de plusvalía con-fluyen a igualar las tasas de
ganancia, generadas a través de una tasa media de ganancia en las distintas
ramas industriales con diferente composición de capital, queda
fundamentado principalmente en la relación valor-dinero. Por lo cual, este
trabajo se centrará exclusivamente en dicho aspecto.
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Integración del dinero, variables de proporción entre valores y precios: el
problema de la transformación, alcances de los debates contemporáneos
Antes de comenzar la discusión, es pertinente una breve exposición de las
categorías claves. La relevancia del valor de una mercancía se vuelve
crucial para dar un contenido social a las relaciones económicas. El valor de
una mercancía es el tiempo de trabajo socialmente necesario invertido en su
fabricación. El valor tiene dos elementos que lo constituyen: la sustancia y
la magnitud. La magnitud es el tiempo de trabajo socialmente necesario; la
sustancia es el trabajo abstracto. Trabajo humano objetivado, trabajo social
general. De igual manera, el valor presenta una forma social y natural, valor
de cambio y valor de uso; de tal manera que el valor es y se expresa. De lo
cual se desprende que el valor tiene una forma social, la forma valor que es
el precio. El precio, que es la forma del valor representado en el dinero, se
desprende por el dinero mercancía, que es equivalente y valor relativo. La
dificultad reside en que dichas categorías necesitan expresarse en dos
elementos distintos, teniendo como fundamento el valor: la mercancía y el
dinero (precio).
La crítica reside en la conjugación de que el valor, al tener magnitud y
forma del valor, presenta por base una incongruencia cuantitativa, así Marx
lo expone: Ahora bien, el que el precio, en cuanto exponente de la magnitud
de valor de la mercancía sea el exponente de la relación de cambio entre
ella y el dinero, no significa, por el con-trario, que el exponente de esta
relación de cambio por el dinero sea necesariamente su magnitud de valor.
Supongamos, por ejemplo, 1 quarter de trigo y 2 libras —equivalentes sobre
poco más o menos de 1/2 onza de oro— contengan la misma cantidad de
trabajo socialmente necesario. Las 2 libras serán en este caso la expresión
en dinero de la magnitud de valor de 1 quarter; es decir, su precio. Pues
bien, si las circunstancias permiten cotizar el trigo a razón de 3 libras u
obligan a venderlo a 1 libra, tendremos que estos precios de 1
y 3 libras, aun siendo excesivamente reducido el primero y demasiado alto
el segundo para expresar la magnitud de valor trigo, son, a pesar de ello, los
precios de dicho cereal, por dos razones: porque son la forma de su valor en
dinero y porque sirven, además, de exponentes de la relación en que se
cambia por este. Siempre y cuando no se alteren las condiciones de
producción ni la fuerza productiva del trabajo, la reproducción de un
quarter de trigo seguirá costando el mismo tiempo de trabajo social que
antes. [...] Es decir, que la forma precio entraña ya de por sí la posibilidad
de que medie una incongruencia cuantitativa entre el precio y la magnitud
de valor. (Marx, 2014, p. 97) Dicha situación conlleva a la fundamentación
que se considera con respecto a la gravitación de los precios de mercado
con fundamento en el valor. Lo importante es que de dicho problema se ha
señalado un enfoque de desproporciones entre valores y precios. La crítica
desde Stedman ha puesto especial énfasis en las relaciones entre las
magnitudes de precios (dinero) y valores (trabajo), así, un especialista en
Sraffa señala su crítica a Marx:
El problema viene porque esta teoría [el valor trabajo incorporado a una
mercancía] así considerada no sólo es independiente de los precios, sino
que también lo es de la cantidad producida. Da igual que 100.000 horas de
trabajo al año sean necesarias para producir 50.000
litros de leche que las mismas horas de trabajo produciendo 150.000 litros.
El valor total es el mismo. Cambia, eso sí, su valor unitario. Ello permite la
transformación de valores (unitarios) a precios. De paso hay que considerar
que la teoría contable de Marx del valor trabajo, con los ejemplos en la
mano, en realidad transforma valores en términos de horas de trabajo en
ingresos. Pero […], eso es subsanable dividiendo por la cantidad producida,
para poder comparar valores-trabajo (unitarios) con precios. Este problema
de Marx —el de la independencia de los valores-trabajo de las cantidades
producidas con esas horas—
carece de solución. Con la teoría del valor-contable del trabajo no se puede
revalorizar en sentido literal el trabajo por la mera incorporación de la
tecnología y la productividad que ello conlleva. Las cosas producidas
seguirán valiendo lo mismo, porque sólo puede aumen-tar su valor
mediante la prolongación de la jornada de trabajo. (Mora Plaza, 2010, pp.
6-7) Sin embargo, la posición neoricardiana hoy día está bastante criticada
para to-marla como referente, cabe señalar que los neoricardianos trabajan
en un sistema dual (hipótesis de nomenclatura) donde laboran con matrices
técnicas de 26
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Antonio Guzmán
bienes y solo incorporan el dinero posteriormente o como un bien exógeno.
Sin considerar el salto mortal de la mercancía y la relación trabajo privado-
trabajo social con respecto al dinero.
Sin embargo, se mencionó la cita de Mora Plaza para señalar que uno de los
problemas se presenta entre la magnitud del valor que se contabiliza en
tiempo de trabajo y el precio que se mide en dinero; sin embargo, la crítica
hasta cierto punto es incompleta porque se necesita considerar la función
del dinero con respecto al valor, que es lo que valida los valores de cambio,
lo cual es coherente con la teoría marxista de que el valor producido sea
igual al valor realizado.8 Ante dichas críticas la respuesta marxista se
fragua en considerar un mecanismo de proporcionalidad el cual lo deducen
al exponer una variable, los mecanismos más usados suelen ser dos: un
coeficiente de reducción ß (beta) y la expresión monetaria del tiempo de
trabajo (melt, por sus siglas en inglés). Ambas variables conllevan la
misma función, por su parte la melt es la representación de un factor que
determina cuánto valor dinerario se produce por hora de trabajo socialmente
necesario o, dicho de otra forma, el precio de una mercancía por la
magnitud del valor de una unidad monetaria, siendo:
mi = mpi (1) Donde mi es la magnitud unitaria del valor de la mercancía; pi
el precio de la mercancía y m es la magnitud monetaria del valor de la
moneda. La ecuación se puede poner como
(2)
De lo cual se observa que al disminuir el valor de la moneda ( m) aumentan
los precios pi. Siguiendo una notación más estricta, la cual emplea Moseley,
sería: N = mL (3) Donde: N = precio total de las mercancías, L= tiempo de
trabajo socialmente necesario y m = valor monetario nuevo producido por
hora de trabajo abstracto. En términos más empíricos, deduciendo de la
ecuación (1) a la (3), sería: P*= ($/horas trabajo) (horas trabajo/producto
realizado) (4) Donde P* = precio relativo. Por tanto:
P* = $/producto realizado
(5)
Sin embargo, la igualación algebraica de horas de trabajo, suponen una
proporcionalidad unitaria, que por hipótesis es sostenible, pero que
teóricamente no está del todo sustentada, ya que supone que existe
proporción a modo de una unidad monetaria = a una unidad de hora de
trabajo.
En tanto, otra forma de representar la proporcionalidad, está dada por ß, que
representa «la posición cualitativa y cuantitativa del trabajo abstracto
fisiológico como trabajo abstracto socialmente medido por mediación del
dinero» (Robles y Escorcia, 2014, p. 177). El coeficiente beta, no tiene una
ecuación especial, se inscribe en un esquema de mediaciones, pero que se
relaciona con Zi$, (li ß).
Donde Zi$ = son las unidades monetarias que se relacionan con el precio de
la mercancía; li = monto o cantidad de trabajo fisiológico y ß = coeficiente
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Integración del dinero, variables de proporción entre valores y precios: el
problema de la transformación, alcances de los debates contemporáneos
reducción que expresa la transformación de trabajo fisiólogico li en
unidades monetarias. De tal forma que9
µi = (li ß) (6) donde µi = precios de Ci. Siendo Ci la determinación del
valor social de una mercancía, Ci, por mediación de su forma dineraria o
forma-precio más simple y general.
Ambas expresiones, tanto la melt como el coeficiente beta, son variables
macroeconómicas e intentan representar lo mismo; la relación entre el valor
de la mercancía y la expresión monetaria de la mercancía, aunque el
coeficiente ß se compone de un sistema más complejo de mediaciones.10
Dichas variables se efectúan cuando el dinero es mercancía, el cual sería el
aspecto más complejo de la teoría dentro de un marco de precios
competitivos. Pero ¿qué sucede cuando la moneda es fiduciaria? Moseley
(s. f.) lo concibe así: (7)
Donde M es el dinero fiduciario incorporado a la circulación; V la velocidad
del dinero y L es la cantidad de trabajo abstracto presente.
Con ello, se llega a que Marx, en este sentido, comparte la perspectiva
cuanti-tativista, los precios están relacionados con la cantidad de dinero en
circulación, como Moseley mismo lo reconoce y algunos otros autores
marxistas lo han con-firmado (Rodríguez, 2006). Reformulando de forma
más esquemática quedaría así: P* = ($/horas trabajo) (horas
trabajo/producto realizado); por ende: P*= $/
producto realizado multiplicado por vp*
(8)
Donde P* son precios relativos, V velocidad de la circulación del dinero y R
el producto realizado. Con lo anterior se puede desarrollar el ciclo del
capital d-m-d´, donde d’ > d, siendo opcional desarrollar modelos
matriciales. Una vez expuesto lo anterior, considérese la respuesta de un
enfoque integral, para ello es necesario estudiar, aunque sea someramente,
las propuestas de álgebra lineal con la bien conocida inversa de Leontief.11
Generalmente se han empleado los modelos matriciales para homogeneizar
los distintos trabajos invertidos en la producción en los diversos sectores de
la economía, con condiciones de técnica y distintas mercancías (Guerrero,
2000a). Hay que analizar algunos aspectos. Se tiene la siguiente ecuación:
V = N(1 — A)-1 (9) Donde V es el vector de los valores; el vector de los
trabajos concretos; A es la matriz de insumos intermedios que incluyen la
depreciación de capital fijo e I la matriz identidad, que conlleva la suma de
trabajos directos con la inversa de Leontief. De lo cual, se desprende que A
se puede manejar como nxn a (n+m) (n+m), para que se puedan expresar
los trabajos directos con sus respectivos consumos. Como se sabe, de dicha
matriz se puede desprender una matriz cuadrada nula. Para poder convertir
A en B y obtener: B = acn (10) 28
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Antonio Guzmán
Donde a es un escalar que representa la masa salarial total en el consumo
privado total; c es en vector columna (1xn) que recoge la distribución del
consumo privado entre las n ramas de la economía; n es el vector fila 1xn
que recoge la distribución del empleo.12
Sobre dichos modelos matriciales ha habido una amplia discusión, Por
ejemplo, Klimovsky ha señalado que:
[L]a determinación de las relaciones de cambio entre las mercancías por las
cantidades de trabajo incorporado no tiene un alcance general porque
depende de la composición del capital, lo cual significa que los datos
relativos a los insumos de bienes y trabajo no pueden ser independientes.
Esta hipótesis, conocida como idéntica composición técnica del capital, es
una condición suficiente, pero no necesaria, aún mucho más restrictiva que
la uniformidad de la composición en valor del capital, la cual establece una
relación peculiar entre el precio de los medios de producción y las
cantidades de trabajo. (Klimovsky, 2014, p. 13) Además, agrega:
Si todas las filas de la matriz de trabajos concretos son proporcionales, el
vector de trabajo homogéneo es entonces independiente de la estructura de
los salarios. En este caso, si el vector de trabajo homogéneo obtenido
difiere del vector propio de Perron-Frobenius de la matriz de coeficientes
técnicos, la teoría del valor-trabajo es incompatible con la técnica dada,
cualquiera que sea la estructura de los salarios. En cambio, si la
composición técnica del capital es idéntica en todas las ramas —las
matrices A y N tienen la misma dependencia lineal—, la teoría del valor-
trabajo se verifica indefectiblemente, cualquiera que sea la estructura de los
salarios. (Klimovsky, 2014, p. 15)
Tanto la crítica de Klimovsky como de los marxistas que adoptan la
solución ma-tricial13 en una versión de trabajo incorporado, con la matriz
cuadrada nula, es que aceptan un modelo con una solución aparentemente
sofisticada que empe-queñece la unidad entre producción y circulación, es
decir, la producción sería más importante que la circulación. Lo que hace
inaceptable dicha perspectiva es que se anule la unidad entre producción y
circulación, al considerar N de manera a priori, ya que la expresión (9)
«explica» el producto neto y el producto bru-to, más no la simultaneidad de
V y N ( cf. Benetti y Cartelier, 1998, p. 63). Es decir, los trabajos
heterogéneos se vuelven homogéneos de forma arbitraria, son supuesto y
resultado a la misma vez. De aceptar la solución se estaría optando por
admitir una relación física o técnica y no en valores. Sin embargo, con la
expresión (10) de Guerrero, se matiza dichos aspectos.
Considerándose como válidas las propuestas de Moseley, Guerrero, Robles
y Escorcia, hay un aspecto crucial que sigue sin ser resuelto y que trastoca
de forma transversal la teoría del valor, que es la teoría monetaria de Marx.
Para retomar el enfoque integral entre dinero y valor, los autores que han
defendido la teoría del valor-trabajo han hecho hincapié, como ya se ha
señalado, en la importancia de una perspectiva sobre el dinero y el
problema de la unidad producción-circulación. Revisando dicha
perspectiva, hay problemas no resueltos, por ejemplo, un problema que
comparten las respuestas partiendo de la «expresión monetaria del tiempo
de trabajo», es que en sus esquemas y ejemplos numéricos el dinero se
incrementa arbitrariamente o sin enunciar un postulado de cómo el dinero
aparece de forma final en los sectores económicos.
Para mostrar lo anterior se toma un ejemplo sencillo de Valle Baeza (1978),
que es recurrente en los modelos actuales. Valle Baeza supone un modelo
con tres sectores, donde el sector i produce bienes de producción
(máquinas), el sector ii produce bienes de consumo (maíz), el sector iii
produce oro. Los tres sectores consumen máquinas y trabajo vivo medido
en jornadas, jornadas que no se específica su magnitud, las cuales son
trabajo simple (ver Tabla 1).
Se obtienen los valores:
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Tabla 1. Valor precio en esquema de 3 sectores
Sector
Medios de producción
Trabajo simple
Producto
(máquinas)
(jornadas)
i
225
150
375 máquinas
ii
100
200
3000 kg de maíz
iii
50
150
100 pesos
Fuente: tomado de Valle Baeza (1978, p. 20).
Las magnitudes unitarias de valor son: 1 máquina contiene una jornada
anual (m1 = 1), 1 kilogramo de maíz, tiene un décimo de jornada (m2 = 0,1)
y un peso plata contiene dos jornadas anuales (m = 2). Si las mercancías se
intercambia-ran, de acuerdo a sus magnitudes de valor, el precio de una
máquina debiera ser de 0,50 pesos y un kilogramo de maíz debería valer
0,05 pesos. En el ejemplo de Bortkiewicz, la tasa de explotación es de
66,67%, eso quiere decir, que tan solo 3/5
de la jornada se le retribuyen al trabajador. Si, como ya vimos, 1 peso
contiene dos jornadas, al trabajador no se le paga 0,50 pesos por jornada,
sino 0,30 pesos por jornada anual. Podemos entonces formular un esquema
de la reproducción, en que los valores aparecen bajo la forma de precios,
aun cuando no son todavía los precios de producción (Valle Baeza, 1978, p.
20).
El ejemplo (ver Tabla 2) se mantiene en la abstracción del tomo i y aún no
son los precios de producción, lo que le interesa al autor es ilustrar las
proporciones de desigualdad en la producción, pero de igualdad entre
valores y precios en la circulación como, por ejemplo, al señalar que los
trabajadores en conjunto produjeron 500 jornadas recibiendo $150 pesos
con las cuales pueden adquirir productos equivalentes a 300 jornadas.
De los dos cuadros anteriores no es de sumo interés los ejemplos numéricos
o los cálculos de las proporciones; sino señalar algo crucial ¿cómo se
genera el dinero? El esquema considera al dinero mercancía, que es el
generado por el sector iii el cual produce 100 unidades monetarias ¿cómo es
posible que si se arrojan $100 pesos o unidades monetarias a la circulación,
fruto de la producción de la rama iii, aparezcan al final del ciclo $437,5
unidades?
Dicha inconsistencia es algo común en los modelos que intentan solucionar
el problema de valores y precios. El ejemplo ha sido simple, pero en los
modelos más sofisticados como Ramos (1995), que es comúnmente
aceptado (Kliman, 2020), la falla se repite. Los modelos actuales suelen
usar la proporcionalidad de una hora de trabajo es igual a una unidad
monetaria; de lo cual se desprende que: La expresión monetaria del trabajo
corresponde con el inverso del «valor del dinero» únicamente cuando los
capitales tienen la misma composición o cuando el valor y el precio de
producción del oro son iguales. Una situación similar ocurre respecto al
intento de genera-lizar la expresión monetaria del trabajo mediante un
coeficiente definido como el cociente entre la suma de los ingresos (salarios
y ganancias) con el trabajo vivo. (Ramos, 1995, p. 34) Sin embargo, los
modelos que emplean la melt o proporciones similares, como el sistema
temporal único, siguen sin explicar cómo el dinero se duplica para aparecer
al final del ciclo para formar los precios,14 ya que solo se concentra en la
relación de valor trabajo objetivado, pasado y vivo con relación al salario y
la transferencia al capital constante o medios de producción. El modelo de
Ramos se basa en el dinero mercancía, el cual, al igual que el modelo de
Valle Baeza, propone el sector iii como productor de oro para poder
relacionar los precios proporcionales, así el autor plantea:
Estos valores de uso son la objetivación de trabajo social, son mercancías.
Ha sido dicho que el valor tiene una doble medida. La sustancia del valor
(trabajo social) es la medida interna 30
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Tabla 2. Tasas de ganancia y formación de precios, 3 sectores Sector
Capital
Salario
constante
anticipado
Ganancia
Precio
Tasa de
ganancia
i
112,5
45,0
30,0
187,5
19,0
ii
50,0
60,0
40,0
150,0
36,0
iii
25,0
45,0
30,0
100,0
43,0
Total
187,5
150,0
100
437,5
32,7
Fuente: tomado de Valle Baeza (1978, p. 21).
del valor. Sin embargo, esta sustancia no puede expresarse directamente en
el proceso de intercambio. Debe expresarse mediante una forma dinero, a
decir, el oro como medida extrínseca del valor. (Ramos, 1995, p. 9)
Pero como se señaló con el modelo de Valle Baeza, dicha perspectiva no
explica de dónde surge el dinero que supera su producción en unidades
físicas para formar los demás precios de las demás ramas. Con lo anterior
no se supone que el problema planteado sea irresoluble, pero basta señalar
la falta de no considerar una teoría monetaria más sólida.
Además de lo anterior, una crítica importante para poder tener una
perspectiva más completa de cómo surge el dinero, es fundamentar el
origen del dinero en la circulación mercantil simple (Cataño, 1991;
Guzmán, 2016). Para lo cual, se desa-rrollan algunas cuestiones pendientes
sobre el esquema clásico mercantil simple.
La circulación simple m-d-m trabaja con el supuesto de que el d es una
mercancía socialmente aceptada, su valor es equivalente y es un valor dado;
el dinero se expresa como medio de cambio y expresión del valor. Por lo
cual, Marx señala al respecto del esquema mercantil simple y la
metamorfosis de la mercancía: Las dos fases opuestas [m-d y d-m] en que
se mueve la metamorfosis de las mercancías inte-gran un ciclo: forma
mercancía, abandono de esta forma y retorno a ella. Claro está que la
mercancía, incluso aquí, presenta una determinación antagónica. Si en el
punto de partida es no-valor de uso para su poseedor, en el punto de llegada
es valor de uso para quien la posee. Lo mismo ocurre con el dinero, que
primeramente aparece como la cristalización fija del valor, en la que se
convierte la mercancía, para plasmarse luego como su mera forma de
equivalente. (Marx, 2014, p. 105)
Lo que demuestra que la atracción repulsión de m frente a d es una relación
de valor relativo-valor relativo/equivalente. Aquí resalta una reducción que
es válido preguntar ¿solo se intercambian equivalentes?, de ser positiva la
respuesta,
¿cuál es la necesidad del dinero? Una respuesta analítica necesita ir más allá
de una solución que considere solo elementos sobre las fracciones de las
mercancías físicas como una justificación del uso de dinero para poder
mantener mercancías perecederas, que no se consumirá su valor de uso de
forma inmediata (Guzmán, 2016, pp. 148-149).
Es decir, si el valor de uso de d es ser valor de cambio por considerarse una
mercancía socialmente aceptada y el valor relativo de la mercancía m se
refleja en d, la equivalencia se da en, por ejemplo, 8 horas de trabajo, por
dar un valor arbitrario, por lo cual sería el esquema m-d-m, como 8 horas de
trabajo social - 8 horas de trabajo social - 8 horas de trabajo social; d
vendría a ser superflua para validar los intercambios de forma general, sería
una excepción y el trueque una forma más general o adecuada. Es decir, el
dinero d está inde-terminado, ya que no acepta intercambios fuera de la
equivalencia. La limitante como dinero mercancía es evidente, solo se
justifica contemplando cambios de magnitud, teoría que no ha sido
desarrollada. Aunque la idea central en Marx es que las desviaciones entre
el valor y el dinero son convergentes al conside-REVISTA ECONOMÍA
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Integración del dinero, variables de proporción entre valores y precios: el
problema de la transformación, alcances de los debates contemporáneos
rar un proceso conjunto de reproducción simple. Por lo cual, por hipótesis o
supuesto el intercambio entre mercancías y dinero mercancía es
equivalente.
Aspecto que no ayuda a desarrollar las divergencias entre valor y precio una
vez incorporadas las composiciones distintas de capital.
Para terminar este apartado hay que señalar que Marx, en el tomo ii, con-
sideró que los capitalistas arrojaban a la circulación la masa total de dinero
que recibirían (potencialmente) como clase antes de finalizar el ciclo de
negocios; dicha idea es retomada por Benetti y Cartelier, modelo que se
estudia enseguida.
EL MODELO MONETARIO BENETTI-CARTELIER
¿UN MARX SIN TEORÍA DEL VALOR?
Las dificultades teóricas sobre el dinero han sido señaladas en aspectos
cruciales, más no decisivos, por Benetti y Cartelier en diversos trabajos
(1980, 1990, 1998), sus conclusiones principales consisten en que el dinero
antecede al valor, sin importar de qué tipo de valor se esté hablando. Las
implicaciones, para la teoría de la crítica a la economía política, son que la
circulación mercantil simple ya no sería m-d-m, sino d-m-d. Algunas de las
ideas que se rescatan de la teoría de Marx es el «salto mortal» de la
mercancía, la socialización descentralizada de los productores a través de la
magnitud monetaria y la desigualdad respecto a la forma de acceder al
dinero entre capitalistas y asalariados. Lo cual se expone en una matriz de
pagos para la circulación mercantil simple y para el esquema de economía
capitalista.
Para mostrar la matriz de pagos retomamos el modelo de Benetti y Cartelier
(1998) y el desarrollo de Tobon (2001). Considerando una economía de H
capitalistas, identificados por h siendo h=1,2… H. De lo cual, cada
capitalista produce una mercancía l de tal forma que l= 1, 2… L. El cual
genera una correspondencia l= h. Las especificidades del modelo se
encuentran en Benetti y Cartelier (1998), Cataño (2009) y Tobón (2001);
para este caso solo se expresarán los mecanismos de precios del modelo.
Se conoce la técnica de producción dada por la matriz A, existiendo (se
supone) una ganancia. Los precios son fijados de forma ideal por los
capitalistas en el periodo que aparecerán (precios esperados). Lo anterior
identifica a una economía monetaria donde los precios esperados se
adjudican a una matriz con las distintas mercancías producidas. Con dichos
precios se realizan los gastos en salarios, medios de producción, nuevas
inversiones, consumo e ingreso por las ventas (plusvalía); existe un banco
central que presta a los capitalistas de acuerdo a sus proyectos de inversión,
a lo cual se simplifica el modelo con una tasa de interés nula.
El modelo es un sistema de transacciones entre individuos capitalistas
donde se presentan las distintas ventas y gastos; lo interesante del modelo
es que solo los trabajadores hacen que se generen las ganancias entre los
capitalistas. Siendo que éstos gas-tan todo su salario. De igual forma, la
suma de los gastos totales de la clase capitalista es igual a la suma de todos
los ingresos. De forma individual cada capitalista tiene un saldo entre
ingresos menos gastos. De ahí la posibilidad de superávit o déficit.
La matriz de pagos 15 representa las sanciones ejercidas por individuos
descentralizados en un mercado de carácter monetario, en el cual, se
presenta de forma sincrónica (ver Tabla 3). Las sanciones de las
transacciones generan el mecanismo de precios que los autores retoman de
Cantillon, en el cual los precios efectivos están dados por la suma total del
gasto de las mercancías entre el total de las mercancías dispuestas en el
mercado lo que denomina regla Cantillo-Smith: 32
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Tabla 3. Matriz de pagos monetaria
Mercancías
Capitalistas
1
2
I
L
Gastos
1
d11
d12
d1I
d1L
d1
2
d21
d22
d2I
d2L
d2
:
:
:
:
:
:
:
h
dh1
dh2
dhI
dhL
dh
:
:
:
:
:
:
:
H
dH1
dH2
dHI
dHL
dH
Ingresos
r1
r2
rI
rH
ð
Fuente: a partir de Benetti y Cartelier (1998).
(11)
Siendo Pl los precios relativos; dh el gasto monetario de la mercancía y ql
la mercancía física. De la regla de precios anterior se denota que los
capitalistas no po-drán cambiar sus precios ideales una vez propuestos, por
lo cual se puede tener un déficit o superávit por el mecanismo de precios
entre precios ideales y precios de mercado en las transacciones
descentralizadas.
La valoración del modelo de Benetti y Cartelier respecto a la formación de
los precios, adolece de una explicación de los cambios de precios o de su
fija-ción al momento de tomar los precios ideales; ya que la regla de
Cantillon solo funciona con dichos precios, lo cual es arbitrario o
totalmente absurdo, se vuelve tautológico. Si bien, el modelo expresa un
contenido lógico formal bastante robusto, se necesita de hipótesis bastante
fuertes para poder operar, como que los capitalistas consideren dentro de
sus gastos el consumo de sus bienes, y éste no como un resultado de un
superávit de la producción efectuada; así como la necesidad de comprar sus
propias mercancías no vendidas. Aun así, hay autores que consideran un
avance importante dicho modelo:
Al nivel de los mercados sigue siendo válida la matriz de pagos ya que los
capitalistas no cambian los gastos planeados. El gasto total de cada uno de
ellos, en los diferentes mercados, corresponde exactamente con el gasto
expresado en la matriz de pagos; y en consecuen-cia, el dinero que entra a
cada mercado corresponde exactamente con los ingresos totales de la
misma matriz, siempre y cuando los capitalistas gasten todo el dinero
solicitado al banco.
De esta manera, los saldos monetarios de los mercados no se alteran y los
precios de la regla Cantillon-Smith siguen siendo válidos como una
expresión abstracta de la coherencia de las decisiones individuales, aunque
no sean los precios a los que realmente los agentes efectúan transacciones.
El precio efectivo de una mercancía podría interpretarse como un promedio
ponderado de los diferentes precios efectivos locales, a los cuales se
hicieron las diferentes transacciones de la mercancía. (Tobon, 2001, p. 10)
Es importante señalar que la afectación de los precios de la regla de precios
de Cantillon-Smith solo explica cómo se pueden generar precios en un
mercado descentralizado, pero no explican las condiciones en dónde se
generan dichos precios, aunado a que los agentes no tienen modo de ajustar
sus expectativas, su reacción ante el desequilibrio es nula, idea contraria a
una teoría de base marxista (Ortiz, 1996, p. 233). Otra crítica dentro de la
lógica del modelo es que su justificación queda desdibujada, por lo menos,
al considerar que los precios se expresan de forma efectiva y no ideal, a lo
cual, qué relevancia tiene considerar REVISTA ECONOMÍA 73(118),
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Integración del dinero, variables de proporción entre valores y precios: el
problema de la transformación, alcances de los debates contemporáneos
precios ideales si son ajenos al momento efectivo de realizarse las
transacciones.
Hay que recordar que una de las críticas de Benetti y Cartelier a la
interpretación marxista del valor es la explicación de los precios
gravitatorios. Con lo cual, al existir dos precios en el modelo monetario de
Benetti y Cartelier se podría interpretar desde una perspectiva analógica
entre éste y los precios gravitatorios, es decir, precios de ajuste o realizados.
En síntesis, el modelo es de una lógica formal robusta que permite entender
la relación social en un mercado descentralizado en términos estrictamente
monetarios, con una masa monetaria inicial que será igual a la masa
monetaria final, tal vez este último aspecto sea la parte más potente e
interesante del modelo.
Una vez que se han planteado algunas de las perspectivas más fecundas y
actuales sobre la teoría marxista, la discusión sigue abierta. La enseñanza de
Marx en economía ha llevado a desarrollar de forma general dos posturas,
que pareciesen antagónicas, pero que han intentado recuperar lo mejor de su
teoría.
La teoría del valor y la teoría monetaria en Marx son, sin duda, los
microfunda-mentos de los cuales se levanta toda su interpretación
económica, para lo cual no hay una salida fácil ni atajos. Por un lado, los
autores más serios que proponen mantener la teoría del valor con relación a
la teoría monetaria pareciese que se aproximan cada vez más a una solución
que pueda ser aceptada de forma general; aunque hay problemas aún con la
teoría monetaria. Por otro lado, la solución por negativa, es decir, por
considerar la imposibilidad de integrar dinero y valor ha llevado a
desarrollar respuestas con una lógica y matematización rigurosa y bien
estructurada, pero que deja de lado explicaciones fundamentales dentro de
la teoría de Marx.
En ese sentido, hay que reconocer que el planteamiento teórico de Marx es
complejo y de ahí que se desprendan distintas interpretaciones. Las críticas
al marxismo en lo que respecta a la teoría del valor, han sido en su mayoría
críticas fundadas bajo supuestos ajenos a la concepción de Marx en la
relación dinero y valor, hay que recordar que Marx hasta sus manuscritos
más tardíos mantuvo una idea integral, a lo que se conoce como el tomo iii,
defendía: Cuando estudiamos el dinero dábamos por supuesto que no existe
absolutamente ninguna razón para considerar los precios divergentes del
valor, ya que sólo se trataba de las variacio-nes de forma por las que pasa la
mercancía al convertirse en dinero y al volver a convertirse del dinero en
mercancía. Tan pronto como la mercancía se vende y con el importe de la
venta se compra una nueva mercancía, tenemos ante nosotros la
metamorfosis completa, siendo indiferente en cuanto a ella, considerada
como tal metamorfosis, el que el precio de la mercancía sea superior o
inferior a su valor. El valor de la mercancía como base conserva su
importancia, puesto que el dinero solo puede desarrollarse
comprensiblemente partiendo de este fundamento y el precio solo es
primordialmente, en cuanto a su concepto general, el valor en forma de
dinero. (Marx, 2012, p. 196)
Para terminar este apartado y pasar a las conclusiones hay que recordar que
la teoría de Marx es una teoría fundada y rica en aplicaciones empíricas
(Cockshott, Cottrell y Valle Baeza, 2014). La teoría del valor-trabajo en el
fondo señala, considerando toda su lógica, que la explotación es posible
gracias a un determi-nante social e intangible, como lo es el tiempo. La
apropiación no se genera por medios coercitivos o disuasivos, es más, ni
por una apropiación de los medios de producción, éstos son solo el
dispositivo de realización; si la explotación es rea-lizada por medio del
tiempo, la crítica recae en un medio que hace la mediación posible: el
dinero.
Los críticos más acérrimos y dignos de tomar en serio de la teoría del valor-
trabajo como Schefold (1985, pp. 253-254), Bidard y Klimovsky (2014, p.
70) han señalado que la teoría es aproximativa y rica en aplicaciones de
estudios de caso, sin embargo, dentro del análisis económico, la distinción
crucial es que 34
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Antonio Guzmán
la teoría de los precios de producción moderna, no es una teoría que utilice
las categorías de Marx, de ahí que Marx no sea asimilado a una «economía
política marxista», sino que su fundamento y análisis teórico es una crítica
de la economía política. Si se acepta o rechaza la teoría del valor trabajo de
Marx, tiene que ser aceptada o rechazada dentro de su marco teórico
conceptual; sin embargo, señalar tanto las limitantes y alcances de la teoría
no eximen de ser desarrollados dentro de diversas metodologías que
permitan avanzar en la teoría y resolver problemas generales.
De ahí la importancia de una teoría monetaria que sea congruente con un
postulado de integración producción-circulación, en ese sentido, el trabajo
de la interpretación única, y en particular Moseley, es quien más se acerca a
dichos postulados. Sin embargo, a muchos economistas marxistas y no
marxistas, así como no pocos intelectuales les interesan más las
implicaciones y los aspectos políticos, revolucionarios, propagandísticos,
ideológicos y hasta ateos de la obra de Marx; y poco el análisis mesurado,
crítico y acotado, pero dichas implicaciones ya no es parte de la disciplina
económica.
CONCLUSIONES
Los elementos señalados a lo largo de la investigación permiten mencionar
varios aspectos:
a. No todas las críticas dirigidas a la teoría del valor trabajo son pertinentes,
ya que se mueven en un esquema dual de economía real-economía
monetaria. Además de no emplear las categorías de la teoría del valor como
Marx las desarrolló.
b. La teoría monetaria de Marx es un tema que necesita ser más
desarrollado, sobre todo en su aspecto de circulación mercantil simple,
fundamento de toda pretensión de fundar una variable de proporción entre
trabajo y dinero.
c. La
melt y el coeficiente beta, son propuestas teóricas y operativas suma-mente
prometedoras, pero necesitan integrar una teoría monetaria que haga posible
la aparición del dinero en los distintos sectores económicos; una moneda
endógena proporcionada de forma institucional con respecto a las
expectativas de producción puede proporcionar una hipótesis potencial.
d. En ese sentido, la teoría marxista convencional necesita tomar más en
cuenta los aportes de la economía institucional crítica; no determinar
únicamente aspectos como el dinero y el salario con reglas económicas,
aspectos de ín-dole institucional deben desempeñar un papel más
importante en la teoría.
e. El modelo Benetti-Cartelier es un modelo que aporta una explicación
donde el dinero es, desde los gastos de producción hasta la realización de
venta final, un elemento arrojado por la clase capitalista en conjunto,
aspecto que los modelos de las teorías del valor no consideran. Sin
embargo, una de las principales carencias del modelo monetario es que no
puede explicar la determinación de los precios, en ese sentido son precios
subjetivos o arbitrarios.
f. Ambos modelos, aunque coherentes lógicamente, carecen de elementos
teóricos dentro de la teoría de Marx. El(los) primero(s), por carecer de una
teoría monetaria completa, y el segundo modelo, por no tener un referente
teórico de la producción en qué fundarlos.
g. Cuando Marx habla de las divergencias entre valor y precio, las refiere a
los cambios que experimenta entre m-d, d-m, considerando que el importe
de venta es suficiente para la compra de otra mercancía y así continuar el
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Integración del dinero, variables de proporción entre valores y precios: el
problema de la transformación, alcances de los debates contemporáneos
ceso. Todo lo anterior en un esquema simple, por lo cual, la controversia su-
giere situarse en dicho aspecto, ya que, si es posible la divergencia desde un
esquema simple, con mayor razón en un esquema ampliado de capital. Por
lo cual, necesita reconsiderarse la teoría del trabajo productivo y el proceso
de valorización. En ese sentido, la crítica a la sociedad mercantil es distinta
a la crítica a la sociedad capitalista.
h. La crítica de la economía política sigue esperando una teoría general que
relacione valor y dinero, lo anterior no es un caso único y excepcional de la
«economía marxista», sino es la norma de la ciencia económica. Es paradó-
jico como todos los días se usa y emplea el dinero, y, sin embargo, se utiliza
como un objeto, cuando es un elemento en el que se perpetúan las
relaciones de la sociedad más desarrollada que haya conocido hasta el
momento la humanidad: el capital.
i. El momento actual de la ciencia económica en general presenta una
parado-ja profunda, ¿cómo avanzar en la teoría, se puede generar la misma
sin un fundamento en el valor o su integración al dinero? Quienes han
respondido que desarrollar la teoría sin el valor es lo más pertinente, o los
que consideran el valor sin integrarlo al dinero formador de precios, se
lanzan a una reducción peligrosa y a una falsedad, los primeros por negar
elementos cruciales de la realidad capitalista, los segundos por su falta de
rigor teórico.
¿Se encuentra la economía como la física actual en sus teorías más
importantes, en la incertidumbre? Es decir ¿existen dos leyes
irreconciliables en el mundo económico, el dinero y el valor? o ¿a pesar de
ser un problema muy complicado, tienen solución? Sea la respuesta que se
quiera formular, Marx es quien ensayó una posible solución que sigue
buscando su conclusión.
NOTAS
1 Es evidente que la controversia nació desde la publicación del tomo ii del
libro El capital por Engels, sin embargo, con el enfoque de la teoría de los
precios de producción se reavivó la controversía, dando paso a un cumulo
de publicaciones de crítica y contracrítica que no ha parado hasta bien
entrada la segunda década del siglo xxi.
2 Existen diversos autores que retoman dicho enfoque, que se han agrupado
en distintas escuelas, como la temporalista del sistema único, los nuevos
dia-lécticos, la nueva interpretación, etc. Más adelante se señalan a los
principales exponentes.
3 Dicha escuela es representada por Benetti y Cartelier con diversos
trabajos (1980, 1998); Tobon (2001); Cataño (2009); Castaingts (1985).
4 La hipótesis de nomenclatura se refiere al estudio de las variables
económicas en un aspecto «real» o de bienes donde los agentes
descentralizados intercambian, para después integrar el dinero y formar los
precios competitivos.
5 Véase, por ejemplo, el Manual de teoría monetaria de Harris (2005).
6 Para el caso de la escuela neoricardiana ha habido avances importantes, se
han retomado modelos de una economía real y monetaria (Klimowsky,
2010).
Pero no dentro del marco de la teoría del valor-trabajo en Marx.
7 Para un análisis de la discusión sobre el debate del valor-trabajo el libro
de Castaingts (1985) es un referente imprescindible; así como Robles
(1996).
También la obra de Kliman (2020) y Moseley (2016), este último es un
trabajo que polemiza con los autores temporalistas del sistema único y la
nueva in-36
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terpretación.
8 Aunque dicha igualdad no se ha generalizado de forma teórica
considerando un «salto mortal» de la mercancía.
9 Robles y Escorcia emplean la letra del alfabeto griego lambda, por
cuestiones de notación de este trabajo se empleará mu.
10 Dicho coeficiente está aún por desarrollar aspectos teóricos cruciales,
por ejemplo, cómo entender la reducción de trabajo fisiólogico a términos
monetarios, la mediación es solo física y/o social ¿hay posibilidad de ello
en un marco marxista sin trastocar el fetichsimo de la mercancía? Otro
problema que no queda esclarecido es si las proporciones son unitarias o de
qué tipo.
11 Para un estudio sobre los origenes y desarrollos de dicha ecuación (4)
veáse Pasinetti (1984).
12 Dicho modelo está ampliamente desarrollado en Guerrero (2000b).
13 No todos los marxistas aceptan la solución matricial ya que «los
“valores” de-ducidos de las matrices de Leontief son atributos tecnológicos
de los objetos, que no tienen nada en común con los valores de los que
habla Marx» (Dostaler, 1980, p. 224).
14 En ese sentido, la perspectiva de Moseley (2016) parece reconocer dicha
ca-rencía teórica, pero queda por desarrollarse una teoría monetaria que
conso-lide la unidad producción-circulación.
15 Para el ejemplo numérico véase Tobon (2001).
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