52 REVISTA ECONOMÍA , mayo 2022 | pISSN | eISSN 2697-3332
Políticas laborales y pandemia, cambio de paradigma o profundización: los casos de España y Grecia
en un 50%, con la correspondiente reducción de salario. Por el tiempo que el tra-
bajador no esté trabajando, el Estado pagaba el 60% del salario y las cotizaciones al
seguro correspondientes a ese período (Triantallidou y Koutroukis, 2021, p. 190).
Medida que evitó la destrucción real de más puestos de trabajo en un año en el que
Grecia perdió la mayor cantidad de los ingresos turísticos, provocando pérdidas de
hasta 16.800 millones de euros (Vouloutidou et al., 2021, p. 259).
Como elemento novedoso, se introdujo por primera vez en la legislación griega
el teletrabajo, una gura que se disparó en época pandémica, si bien anteriormente
apenas existían casuísticas concretas y tan solo un 1,1% de todas las empresas con-
taban con acuerdo sobre el mismo. En este sentido, la regulación del teletrabajo ha
introducido, por ejemplo, una tarjeta de empleo electrónica destinada a combatir el
trabajo no declarado, mediante el control de horas y actividades del trabajador online,
pero que también controla los tiempos de descanso (Theodoropoulou, 2022, p. 13).
Además, el teletrabajo ha ahondado en las desigualdades de género, como
muestra una encuesta realizada a trabajadores griegos entre mayo y junio de 2020
(Symeonaki et al., 2020), en la que el 62,7% de los que no tenían hijos menores de
edad declararon estar satisfechos con el teletrabajo; mientras que la proporción de
padres y madres satisfechos con el teletrabajo era mucho menor, con un 48,3%.
Asimismo, más mujeres (33,9%) que hombres (23,6%) admitieron que tuvieron que
dejar de lado sus necesidades personales para hacer frente al encierro pandémico.
Finalmente, como en el caso de España, la pospandemia ha sido aprovechada por las
autoridades gubernamentales para introducir una nueva reforma laboral. Sin embargo,
Grecia ya contaba con un mercado laboral ampliamente desregulado con anterioridad.
Por lo que la nueva reforma de junio de 2021 (Ley 4808/2021) opta por la posibilidad de
aumentar las horas directas de trabajo. La medida más controvertida introducida por el
gobierno conservador de Nueva Democracia es la de abrir la posibilidad a la jornada de
10 horas al día y separar la negociación de los horarios de los convenios.
También se ha aumentado el límite máximo de horas extraordinarias de dos
a tres horas diarias, mientras que se aumenta el límite anual de 120 a 150 horas
extraordinarias de trabajo en todos los sectores, por encima de países como España
que no supera las 80 al año (Álvarez, 2021). Análogamente, se amplían las categorías
de negocios que están exentas de la prohibición de trabajar en domingos y festivos.
Esta última reforma laboral, muestra la tendencia a intensicar la explotación, vía
plusvalor absoluto, de la fuerza de trabajo como método de intentar suplir la baja
composición técnica del capital heleno.
Pese a la falta de datos actuales sobre el alcance real de la pobreza tras la pan-
demia, la población en riesgo de pobreza y exclusión social alcanzaba al 30% de la
población griega en el año 2019 (Hazakis, 2021, p. 11). Sin embargo, la devaluación
salarial y social no han logrado que se cumplan las metas en cuanto al control de
las cuentas scales griegas que las instituciones europeas se jaron a inicios de la
crisis del euro. Para 2019, la deuda griega rozaba el 200% de su , y con el esta-
llido pandémico rebasó holgadamente esta cifra acercándose al 210%. Pese a que
agencias de calicación, como Fitch, elevaron la calicación soberana de Grecia
desde una en 2011 a en 2021, el Gobierno heleno aún depende de la compra
directa de deuda por parte del en los mercados secundarios. Excepcionalidad
sin la que la solvencia del Estado griego estaría en duda, pese a las continuas deva-
luaciones de su clase trabajadora.