REVISTA ECONOA
pISSN 1390-6380
eISSN 2697-3332
revistaeconomia@uce.edu.ec
DOI: 10.29166/economa.v77i126.8196
CC BY-NC 4.0 —Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 4.0 Internacional
© 2025 Universidad Central del Ecuador
Andrés Wainer | Área de Economía y Tecnología, / (Argentina)
Leandro Bona | Área de Economía y Tecnología, / (Argentina)
: El artículo busca contribuir a la literatura sobre la teoría de la dependencia y la nanciarización su-
bordinada en países periféricos, con una breve aplicación para contextualizar los casos de Argentina y Brasil.
Después de relevar las novedades conceptuales que permiten conectar la teoría de la dependencia con las teo-
rías de la nanciarización, seleccionamos un conjunto de indicadores para evaluar la condición subordinada de
ambos países. Argumentamos que Argentina y Brasil presentan características diferenciales de nanciarización
subordinada, relacionadas a su forma de inserción en el mercado mundial.
 : Teoría de la Dependencia, Financiarización, Vulnerabilidad externa, Brasil, Argentina.
   //    //    //
The nancial logic of dependency. Theoretical elements
and a brief application for Argentina and Brazil
: The article aims to contribute to the literature on dependency theory and subordinate nancialization
in peripheral countries, with a brief application to contextualize the cases of Argentina and Brazil. Aer reviewing
the conceptual innovations that allow connecting dependency theory with nancialization theories, we selected a
set of indicators to assess the subordinate condition of both countries. We argue that Argentina and Brazil exhib-
it distinct characteristics of subordinate nancialization, related to their form of insertion into the global market.
 : Dependency Theory, Financialization, External vulnerability, Brazil, Argentina.
  O1; P16; E5.
La lógica nanciera de la dependencia.
Elementos teóricos y una breve aplicación
para caracterizar los casos de Argentina y Brasil
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS REVISTA ECONOMÍA
UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR , noviembre 2025, pp. 
INTRODUCCIÓN
Los distintos mecanismos de dependencia a los que se han visto sometidas las naciones
latinoamericanas han variado a lo largo del tiempo. Los procesos de internacionaliza-
ción y nanciarización que ha venido atravesando la economía mundial en las últimas
décadas han producido cambios en la relación centro-periferia, en algunos pocos casos
La lógica nanciera de la dependencia. Elementos teóricos y una breve aplicación para caracterizar los casos de Argentina y Brasil
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modicando jerarquías a nivel global pero, a su vez, generando nuevos -y reforzando
viejos- mecanismos de subordinación en la mayor parte de la periferia capitalista.
El análisis de las relaciones centro-periferia, esencial para los teóricos de la
dependencia (Marini, 2007; Dos Santos, 2004), ha comenzado a abordar el desafío
de interpretar esta fase del sistema capitalista nanciarizado (Bona y Wainer, 2024).
Al respecto, el concepto de nanciarización subordinada ha sido utilizado para
describir la dinámica, las características y las consecuencias del proceso de nan-
ciarización en los países periféricos. En la literatura se destaca la posición rezagada
de estos países en los mercados nancieros internacionales, lo cual se expresa en
una mayor vulnerabilidad externa que genera mayor propensión a las crisis (banca-
rias, de deuda y nancieras) (Bonizzi et al., 2022).
Esta literatura ha iniciado el examen del rezago estructural de los países perifé-
ricos en materia de liquidez internacional, en lo concerniente a su inserción dentro
de las cadenas globales de valor y, más recientemente, a partir de las consecuencias
ecológicas del proceso de nanciarización para los países en desarrollo (Althouse y
Svartzman, 2022).
En este contexto, este trabajo pretende dar cuenta de los canales que asume la
dependencia en el marco de la etapa nanciarizada del capitalismo, donde los países
periféricos intensican su relación subordinada como consecuencia de los meca-
nismos que impone el sistema nanciero internacional, organizado desde el centro.
Adicionalmente, utilizando el aparato teórico aquí presentado, se examinan breve-
mente las experiencias recientes de las dos mayores economías de América del Sur
para caracterizar y evaluar similitudes y diferencias en su inserción dependiente.
Conceptualmente, este trabajo utiliza nociones de economía política elaborados
por los teóricos marxistas de la dependencia (Dos Santos, Marini), combinados con
nuevos enfoques centrados en los procesos de nanciarización subordinada (Alami
et al., 2021; Alves et al., 2022; Bonizzi et al., 2022). A través del análisis de evidencias
empíricas se pretende demostrar la hipótesis de que las economías de Argentina y
Brasil están sujetas a una lógica de la nanciarización subordinada que refuerza su
condición de dependencia pero que, no obstante ello, el fenómeno presenta carac-
terísticas muy diferentes en cada caso.
El trabajo se organiza como sigue: tras esta introducción, en la primera sección
se denen los rasgos centrales del proceso de nanciarización de la economía mun-
dial. El siguiente apartado analiza las características de la nueva dependencia en el
capitalismo nanciarizado. La tercera sección explora el concepto de subordina-
ción nanciera y lo vincula con los anteriores conceptos, para proponer un enfoque
integral. El último apartado presenta las variables seleccionadas para examinar
la condición de subordinación nanciera y se analizan brevemente las evidencias
empíricas para Argentina y Brasil. El trabajo cierra con unas consideraciones nales.
. FINANZAS Y FINANCIARIZACIÓN
Las nanzas modernas desempeñaron un papel crucial en la consolidación del capi-
talismo industrial durante el siglo XIX. Marx lo reconoció al armar que, si bien las
nanzas no crean directamente nuevo valor, permiten dinamizar el dinero como capital
Andrés Wainer y Leandro Bona
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que, de otro modo, permanecería ocioso. De este modo, las nanzas han contribuido a
acelerar la acumulación de riqueza mediante la centralización del capital1 (Marx, 1992).
Las nanzas capitalistas han sido objeto de análisis político y económico sis-
temático particularmente por autores marxistas. Ya hacia principios del siglo XX,
Hilferding (1981) señalaba que, a medida que la producción y las empresas capitalis-
tas crecían, la tendencia era hacia la creación de monopolios, lo que generaba una
mayor dependencia del crédito bancario. En la medida en que los bancos destina-
ban sumas cada vez más grandes de dinero a préstamos a empresas industriales, se
involucraban crecientemente en la actividad de las mismas. Si en la etapa “compe-
titiva”, el capital a interés sólo se preocupaba por la devolución del dinero prestado
(D) con un aumento (D’) —sin considerar cómo se realizaba la operación—2, en la
nueva fase “monopolista”, los bancos pasaron a supervisar el proceso de produc-
ción y comercialización, garantizándose así que las empresas generaran sucientes
benecios para cubrir los pagos de capital e intereses. Hilferding (1981) denominó
esta fusión entre el capital bancario e industrial como capital nanciero3.
Por su parte, el capital cticio4, que, a diferencia del nanciero, no tiene una
relación directa con el aparato productivo, y por ello es independiente de éste, no es
un fenómeno reciente: ha existido desde la aparición del crédito bancario, los valo-
res públicos y los mercados bursátiles. La capacidad de “autogenerar” benecios
exclusivamente desde los mercados nancieros dotó así al capitalismo de un vector
de rentabilidad adicional a lo largo del siglo XX.
Siguiendo este proceso, la liberalización nanciera iniciada a nales de la década
de 1970 ha dado lugar a la creación de activos nancieros cada vez más grandes, con
una conexión muy débil con los resultados futuros. En este sentido, es fundamental
distinguir el fenómeno de la nanciarización en sí, con respecto al crecimiento y la
complejidad de las nanzas que ha acompañado la evolución de la producción y el
comercio a lo largo de todo el siglo XX.
Las nanzas, como el dios Jano, tienen dos caras: una “virtuosa” que acelera la
acumulación de capital y una “viciosa” que se ha descontrolado con la globalización
nanciera: la nanciarización es el umbral en el que el sector nanciero, más lucrativo
que el sector industrial, comienza a desarrollarse a expensas de este último (Salama,
2018). De esta manera, el concepto de nanciarización, en términos más generales,
reeja la dinámica que ha venido adquiriendo el sistema capitalista desde nales de la
década de 1970 y que se ha profundizado notablemente en los 1990 y los 2000.
LA FINANCIARIZACIÓN COMO ETAPA DEL CAPITALISMO
Si bien no existe consenso sobre su denición, generalmente la literatura heterodoxa
considera a la nanciarización como un fenómeno que incluye una expansión sin
precedentes de las actividades nancieras, un rápido crecimiento de las ganancias
nancieras, la inuencia de las relaciones nancieras en la economía y la sociedad,
y el predominio de los intereses de los acreedores en la política económica. También
implica una preferencia por la liquidez entre las grandes empresas de la “economía
real” (Epstein, 2005; Krippner, 2005; Lapavitsas, 2016; Lazonick y O’Sullivan, 2000).
El fenómeno de la nanciarización responde a la caída de la tasa de ganancia de
los capitales del centro desde nes de los años 1960 (Shaikh, 2003). La disminución
La lógica nanciera de la dependencia. Elementos teóricos y una breve aplicación para caracterizar los casos de Argentina y Brasil
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progresiva de la tasa de benecios generó una redenición del régimen de acumu-
lación a escala global, en donde sería central la fusión de dos procesos: un ataque
al mundo del trabajo para reducir su poder de negociación (que había permitido
una redistribución progresiva del ingreso entre 1945 y 1975) y una promoción de
las nanzas como vector de rentabilidad (Panitch y Gindin, 2012). El neoliberalismo
expresa entonces ese ataque de las clases dominantes contra las asalariadas que
permitió una creciente concentración de la riqueza desde los años 1980 (Duménil y
Lévy, 2007; Picketty, 2019, Harvey, 2007).
Si se mira la dinámica del capitalismo en ondas largas, se trató del inicio del
ciclo descendente de los .  como hegemón mundial (Arrighi, 2015).
En este sentido, los ciclos sistémicos de acumulación, es decir aquellos que
denen las modalidades generales de los procesos de acumulación a escala global,
requieren la dirección de una potencia militar y productiva mundial, y se carac-
terizan por una fase ascendente (cuando la potencia hegemónica ha alcanzado la
supremacía tecnológica y productiva) y otra de declino (cuando su productividad
comienza a ser superada por una potencia en ascenso). Esta etapa de declino, a lo
largo de los distintos ciclos (genovés, holandés, inglés y nalmente estadounidense)
se expresa en la multiplicación de las nanzas como mecanismo compensatorio de
la pérdida de liderazgo en el plano productivo (Arrighi y Silver, 2001).
Se pueden plantear diferentes deniciones de nanciarización según los dis-
tintos niveles de análisis: macro, meso y micro. A nivel macro, el análisis de la
nanciarización se centra en las transformaciones de la acumulación capitalista,
mientras que a nivel meso se examina el papel de las empresas (normalmente no
nancieras) y su evolución en las relaciones con los mercados nancieros. A nivel
micro, se destaca el impacto de la nanciarización en la vida cotidiana de los hoga-
res y las personas (Mader y otros, 2020).
Desde una mirada de economía política, a escala macroeconómica, la nancia-
rización puede entenderse como un régimen de acumulación donde la búsqueda de
benecios en el sector productivo se desplaza cada vez más hacia el sector nan-
ciero (Boyer, 2004).
En los países desarrollados, existen tendencias que han convertido la nan-
ciarización en una fuerza de transformación estructural, incluyendo la creciente
participación de empresas no nancieras en los procesos nancieros, el papel
dominante de los grandes fondos de inversión en la economía mundial, el rol cam-
biante de los bancos como intermediarios en los mercados nancieros abiertos, y la
creciente dependencia de los hogares y las personas del sistema nanciero para el
consumo y el ahorro (Lapavitsas, 2016).
El concepto de capitalismo nanciarizado busca entonces desarrollar una teo-
ría del cambio estructural que abarque las transformaciones en el comercio y la
producción desde los años 1970, cuando irrumpe el neoliberalismo. La noción de
capitalismo nanciarizado se reere a una nueva etapa del capitalismo caracteri-
zada por: 1) la reorganización de la producción mediante Cadenas Globales de Valor
()5, controladas por un número relativamente pequeño de corporaciones trans-
nacionales, principalmente con origen en los países centrales, y 2) la transformación
de las nanzas en un sistema globalizado de mercado basado, hasta el momento, en
el dólar estadounidense (Bonizzi et al., 2022).
Andrés Wainer y Leandro Bona
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Esta nueva etapa del capitalismo es un fenómeno global, pero no homogéneo: se
maniesta de forma desigual en las distintas regiones, lo que resulta en diversas for-
mas de nanciarización en los centros y las periferias.
. NUEVAS FORMAS DE DEPENDENCIA EN EL CAPITALISMO FINANCIARIZADO
El fenómeno de la nanciarización se ha estudiado principalmente en los países
centrales, en particular en Estados Unidos y Europa. Sin embargo, en la medida que
la economía global se encuentra fuertemente interconectada, se reconocen cada
vez más procesos de nanciarización en la periferia capitalista. Algunos autores han
utilizado el concepto de nanciarización subordinada para explicar cómo se mani-
esta este fenómeno en países subdesarrollados, es decir, cómo la actual jerarquía
nanciera mundial genera resultados distintos entre centros y periferias en los pro-
cesos de acumulación (Powell, 2013).
Hasta el momento la mayor parte de las investigaciones se ha centrado en cómo
ha inuido el proceso de nanciarización a través de las presiones externas -impo-
niendo la lógica nanciera originada en los países centrales- o bien a partir de
factores endógenos y singulares de cada país. Sin embargo, en lugar de considerar
la nanciarización como un factor externo o interno, esta puede verse como una
nueva etapa dentro del modo de producción capitalista, como proponen Bonizzi y
otros (2022), que puede tener diferentes expresiones y consecuencias en distintos
contextos nacionales.
La idea de un capitalismo nanciarizado no debe entonces ignorar las diferen-
cias entre las economías centrales y periféricas, sino al contrario, reconocerlas como
el núcleo de análisis. Al respecto, existen diversas variaciones espaciales del capita-
lismo nanciarizado, ya que las economías periféricas se encuentran subordinadas
en los tres circuitos del capital (dinerario, mercantil y productivo). La forma espe-
cíca de articulación entre estos circuitos del capital le otorga un rasgo particular al
capitalismo nanciarizado en estos países, asumiendo el concepto de dependencia
un rol central (Bona y Wainer, 2024).
LA FINANCIARIZACIÓN Y LA TEORÍA DE LA DEPENDENCIA
La Teoría Marxista de la Dependencia () desarrollada, entre otros, por Marini
(2007), destacó cómo los países latinoamericanos se han integrado al mercado mun-
dial en una posición subordinada y dependiente. Esto signica que en la segunda
mitad del siglo XIX su producción no estaba impulsada por el consumo interno sino
por la demanda de materias primas por parte de los países que estaban constitu-
yendo el centro del capitalismo industrial.
Dado que los países latinoamericanos se especializaron en la producción de
materias primas, fueron las relaciones de valor vigentes en los países industrializados
-en los cuales se producían los distintos tipos de mercancías- las que se proyectaron
al mercado mundial. De esta forma, los términos de intercambio quedaron deni-
dos por los precios de producción del país no especializado, dado que son los que
La lógica nanciera de la dependencia. Elementos teóricos y una breve aplicación para caracterizar los casos de Argentina y Brasil
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aseguran a los capitales que operan en las distintas ramas de su economía la obten-
ción de la tasa media de ganancia. La menor productividad relativa en las actividades
industriales en los países periféricos tendió a ser compensada, entonces, con una
mayor explotación del trabajo asalariado (superexplotación), produciéndose de esta
manera una transferencia de valor a través del intercambio desigual.
Si bien la industrialización sustitutiva de importaciones que desarrollaron varios
de los países latinoamericanos hacia mediados del siglo XX propició el surgimiento de
clases medias y, por lo tanto, un mayor nivel de consumo agregado, se trató de un pro-
ceso diferente al que habían atravesado las economías del centro en la medida en que
el desarrollo de las fuerzas productivas locales no estaba impulsado por el consumo
local, sino por los requerimientos de los países centrales, especialmente en lo que hace
a su abastecimiento de materias primas y la exportación de capitales (Amin, 1974).
Dado que los bienes manufacturados sosticados no eran un elemento esencial
del consumo personal de los trabajadores en la periferia, la tendencia fue a perseguir
un aumento de la tasa de plusvalor (Marx, 1992), mediante una mayor explotación
de la fuerza de trabajo -tanto intensiva como extensiva-, así como la reducción de los
salarios más allá de los umbrales de supervivencia. Este fenómeno recibió el nombre
de superexplotación: el pago de la fuerza de trabajo por debajo de su valor, que impli-
caba remuneraciones inferiores a las necesarias para reproducir la masa asalariada
de manera adecuada en un determinado contexto histórico (Marini, 2007).
Con el proceso de industrialización sustitutiva la principal disociación del cir-
cuito de circulación dejó de estar reducido a la producción orientada al mercado
mundial, sino que pasó a darse entre las esferas altas y bajas de circulación dentro de
la economía doméstica6. Es por ello que la economía industrial dependiente repro-
ducía la superexplotación de la fuerza de trabajo como mecanismo competitivo ante
su rezago tecnológico (Marini, 2007), gracias a la auencia de trabajadores rurales
que migraban a las ciudades y contribuían así a deprimir los salarios industriales
(Furtado, 1972). Adicionalmente, la industrialización condujo a una mayor penetra-
ción del capital extranjero en sus diferentes formas (dinero, capital, mercancías), ya
que la acumulación dependía de la tecnología desarrollada en los países centrales.
Con la globalización neoliberal iniciada en los años 1970 surgió una nueva divi-
sión del trabajo: las etapas más básicas de la producción industrial comenzaron a ser
transferidas a países periféricos, mientras que las etapas más avanzadas y el mono-
polio de la tecnología tendieron a permanecer en los países centrales (Harvey, 2007).
EL CICLO DEL CAPITAL DEPENDIENTE
Desde la , el ciclo del capital toma una forma particular en las periferias. Siguiendo
el análisis marxista de tres fases denidas como Dinero-Mercancías-Dinero’ (--’), la
primera de ellas () se caracterizó por inversiones extranjeras en sectores denidos por
ventajas comparativas estáticas, alentando una especialización primario-exportadora.
La fase productiva (), en el marco del mencionado rezago tecnológico, tuvo en la
superexplotación de la fuerza de trabajo su mecanismo de competencia, lo que generó
mercados de trabajo con elevados niveles de precarización, informalidad y salarios bajos.
Finalmente, los benecios y rentas obtenidos (’) completan el ciclo con altos
niveles de dilapidación y exteriorización de la riqueza (fuga de capitales) gracias a la
Andrés Wainer y Leandro Bona
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baja necesidad de reinversión de capitales en sectores generadores de rentas, así como
a la menor relevancia del mercado interno como vector de generación de ganancias.
De este modo, en el marco de una estructura social de niveles de consumo menos
dinámicos que en el centro, buena parte del plusvalor generado en las actividades
productivas en la periferia no se realiza allí donde esta fue creada, sino en los países
centrales, habilitando así nuevas transferencias de valor desde la periferia al centro.
Al respecto, la dicultad en la realización de las mercancías no se limita al
escaso nivel de consumo en los países periféricos, sino también se enfrenta al estan-
camiento de los salarios en el centro —contracara de la concentración de riqueza en
una reducida porción de accionistas de las grandes rmas transnacionales que con-
forman la cúspide empresarial— (Duménil y Lévy, 2007).
Para abordar este problema, se han multiplicado los canales del sistema nan-
ciero para sostener la demanda agregada por encima de los ingresos corrientes de
la población. Esto se tradujo en una importante acumulación de crédito, tanto por
parte de empresas como de hogares, lo cual se vio reejado en el aumento de los
precios de los activos nanciarizados. Con salarios deprimidos, los trabajadores
comenzaron a cubrir sus necesidades de consumo –en aumento debido a la cons-
tante creación de nuevas “necesidades” por parte del capital- con endeudamiento,
en tanto las rmas, ante la creciente necesidad de destinar una mayor porción del
plusvalor a la distribución de dividendos acorde a las exigencias de los accionistas,
también incrementaron sus pasivos, en particular las no nancieras (Lapavitsas,
2016). De este modo, el auge de las nanzas globales y el crecimiento del crédito
para gastos corrientes está estrechamente vinculado a la caída de los ingresos sala-
riales (tanto en el centro como en la periferia) y, como se menciona a continuación,
a la reconguración de las cadenas globales de valor.
En efecto, la implementación y el mantenimiento de las  requirieron el estable-
cimiento de un sistema nanciero de mercado basado en el dólar estadounidense. El
predominio de una moneda a nivel mundial redujo los costos de transacción y minimizó
los riesgos cambiarios para las grandes empresas estadounidenses y para las fracciones
de capital global con fácil acceso a los mercados nancieros dolarizados. Además, al
conectar las  con los accionistas en las economías centrales mediante mecanismos
nancieros, se terminó imponiendo la lógica de rentabilidad a corto plazo por sobre el
retorno a largo plazo que caracterizaba al capital productivo (Bonizzi et al., 2022).
La naturaleza del sistema de mercado basado en el dólar estadounidense llevó a la
concentración de la riqueza en los centros nancieros globales, ya que el valor extraído
de diferentes puntos de las  se canalizó hacia la acumulación nanciera, a menudo
con una tributación mínima. Ante el aumento de la fuga de capitales (muchas veces de
la periferia al centro), esto ha propiciado una importante expansión de las guaridas s-
cales en las últimas décadas (Shaxson, 2012).
La arquitectura nanciera global permitió que el capital nanciero capture una parte
signicativa del valor creado mediante el cobro de comisiones y otros cargos, desempe-
ñando un papel crucial en la movilización del capital dinerario (Bonizzi et al., 2022)7.
La lógica nanciera de la dependencia. Elementos teóricos y una breve aplicación para caracterizar los casos de Argentina y Brasil
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. LA FINANCIARIZACIÓN SUBORDINADA
Desde nuestra perspectiva, la división internacional de la producción y las nanzas
puede considerarse un reejo de las relaciones centro-periferia y, por ende, de la
divergencia entre polos de acumulación y poder. Es ésta una dimensión que debe
ser explorada para conectar la tradición de la dependencia, que pone el foco en
la dimensión productiva, para incorporarle los (nuevos) canales nancieros que
refuerzan esta condición subordinada en los países periféricos.
La dependencia y la dominación entre el centro y la periferia pueden entenderse
de diversas maneras, incluyendo la especialización productiva y el arbitraje nan-
ciero (donde las monedas periféricas, debido a su posición subordinada, ofrecen
altos retornos para atraer capital). Estos dos aspectos resultan en: a) transferencias de
valor de la periferia a los países del centro (Musthaq, 2021), b) pérdida de soberanía
de los estados periféricos debido a restricciones nancieras y estructurales (dejando
menos espacio para las políticas scales y monetarias) (Eradze, 2022), y c) especiali-
zación productiva donde la periferia intensica actividades primario-exportadoras de
mayor impacto ambiental (Althouse y Svartzman, 2022).
Consideramos que en el capitalismo nanciarizado las economías periféri-
cas se encuentran en una posición subordinada tanto en la producción como en
las nanzas: mientras que la subordinación productiva crea valor, la subordinación
nanciera asegura su extracción, transferencia y acumulación como riqueza nan-
ciera, así como su realización (López y Noguera, 2023).
Desde nuestra óptica entonces, el ciclo del capital que caracteriza la depen-
dencia intensica su carácter subordinado a través de los canales nancieros. Las
economías periféricas busquen atraer inversiones con políticas desregulatorias en
las cuentas capital y nanciera del balance de pagos, una condición que permite la
expansión de las nanzas globales.
En la fase inicial de circulación (), los capitales dinerarios uyen del centro
a la periferia para obtener ganancias nancieras de corto plazo, lo que genera una
situación de inestabilidad en las economías subdesarrolladas, creando presiones
hacia la sobrevaluación de la moneda local sin fundamentos en la economía real ni
correlato en los niveles de productividad.
A su vez, el endeudamiento externo soberano condiciona los recursos públicos
para atender los pagos de deuda y presiona sobre los ingresos salariales en la perife-
ria debido a la necesidad de reducir el gasto público, comprimir el consumo interno
para disminuir las importaciones, y aumentar las exportaciones con el propósito de
obtener las divisas necesarias para cumplir con los pagos de los vencimientos en
moneda extranjera.
De este modo, el endeudamiento externo incide en la fase productiva del ciclo
del capital (), pues intensica la superexplotación de la fuerza de trabajo al limi-
tar las mejoras de ingresos directas (salarios) e indirectas (inversiones públicas en
educación, salud, transporte, etc.). En el marco de este fenómeno, los hogares se
endeudan para consumo, transriendo ingresos a empresas nancieras que tienen
altas rentabilidades prestando a los consumidores.
Finalmente, cuando hay episodios de crisis en el centro o se agotan los mecanis-
mos de atracción de inversiones volátiles en la periferia, se produce el retorno de los
capitales al centro en la segunda fase de circulación del ciclo (’). La nanciarización
Andrés Wainer y Leandro Bona
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también facilita los mecanismos para la remisión de utilidades y dividendos de r-
mas extranjeras y la cualquier transferencia de capital a escala global.
Por estas razones, el nanciamiento en moneda extranjera (particularmente
dólares) se convierte en una característica necesaria para participar en los circuitos
de crédito y producción a escala global, dando lugar, hasta el momento, al sosteni-
miento de la hegemonía norteamericana (Bona, 2024).
Si bien el acceso al nanciamiento en dólares estadounidenses reduce los riesgos
operativos para las economías centrales, refuerza aún más la subordinación moneta-
ria y nanciera de las periféricas. Como se señaló, los activos nancieros de los países
periféricos no se utilizan para acumular riqueza a largo plazo, sino para generar altos
rendimientos y/o ganancias especulativas de corto plazo (Bonizzi et al., 2022).
MECANISMOS FINANCIEROS DE TRANSFERENCIA DE VALOR
La mayor rentabilidad de estos activos nancieros ubicados en la periferia consti-
tuye de esta manera otra forma de transferencia de valor al centro, pues los grandes
inversores se localizan en los países desarrollados y generalmente completan el ciclo
recuperando en sus territorios esas ganancias. La “fuga a la calidad” implica que los
actores nancieros globales vuelven a colocar sus activos en las plazas nancieras
más sosticadas, ubicadas en el centro, después de haber obtenido rentabilidades
elevadas en la periferia.
La creciente importancia de los activos transables basados en las ganancias
especulativas y la provisión de liquidez mediante la liberalización nanciera, junto
con la implementación de políticas de atracción de capitales (desregulación de la
cuenta capital y nanciera, jación de tasas de interés elevadas, límites al gasto
público), restringen la capacidad de acción pública y privada en las economías peri-
féricas (Sotelo Valencia, 2021). Estas naciones tienen entonces menos capacidad que
las economías centrales para desplegar políticas scales y monetarias expansivas.
Se refuerza así la dependencia de la periferia, pues la dimensión productiva se
imbrica con la nanciera, restringiendo aún más la capacidad o el interés de las bur-
guesías locales y de sus respectivos Estados para mejorar las condiciones de vida de
las clases trabajadoras. Como teorizó la , no hay espacio así para un verdadero
desarrollo de la periferia, sino que el propio sistema funciona con los dos polos asi-
métricos en sinergia constante.
Como había advertido Marini (2007), la división internacional del trabajo en el
marco neoliberal retrotrae a la región latinoamericana a una situación de depen-
dencia similar a la de nales del siglo . Las exportaciones basadas en ventajas
comparativas y las industrias extractivas limitan signicativamente la demanda
interna impulsada por los salarios. En este contexto, la posición subordinada de
estas economías en las nanzas globales hace que las condiciones para la inversión
interna sean más volátiles y dependientes de los ciclos globales de liquidez.
En este sistema monetario jerárquico se crea entonces una “división interna-
cional de las nanzas”: los cambios en la liquidez global generan movimientos de
capitales desde la periferia al centro, lo que puede presionar contra la acumula-
ción de reservas internacionales de los países subdesarrollados. Ello atenta contra
La lógica nanciera de la dependencia. Elementos teóricos y una breve aplicación para caracterizar los casos de Argentina y Brasil
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la estabilidad del tipo de cambio, que muchas veces se deprecia y altera los precios
relativos, generalmente de manera regresiva.
LAS POLÍTICAS PÚBLICAS EN EL MARCO DE LA FINANCIARIZACIÓN
Estos movimientos limitan el margen de maniobra de las políticas nacionales para
controlar la demanda agregada en espacios de acumulación subordinada. De esta
manera, se constata que los ujos de capitales alteran la capacidad de ejecutar polí-
ticas scales y monetarias, en tanto que las exigencias de los acreedores externos,
claves para obtener divisas, limitan las capacidades redistributivas del Estado8.
Se puede identicar así un conjunto de parámetros que caracterizan la gestión
de la administración nanciera internacional en los países periféricos (Alami, 2021):
- Políticas monetarias: apertura de la cuenta de capital, régimen de metas de
inación, moderación scal.
- Regulaciones nancieras y monetarias: acumulación de reservas de divisas,
intervenciones para esterilizar este proceso, exibilización de los controles de
capital y bancarios.
- Empoderamiento de las instituciones estatales vinculadas al sector nanciero.
- Despolitización y “tecnicación” de las políticas públicas monetaria y scal.
Al mencionar las políticas scales y monetarias, se advierte que el fortalecimiento de
la nanciarización subordinada involucra al Estado como actor clave. Esto se reere
a la implementación de políticas públicas que introducen, promueven o intensi-
can las principales tendencias de la nanciarización a nivel nacional, siendo la
gestión de la deuda soberana un tema clave. Cuando la gestión de la deuda soberana
prioriza los criterios de mercado sobre la nanciación del desarrollo, se genera un
proceso de nanciarización subordinada. Esto, a su vez, resulta en la nanciariza-
ción del Estado, que puede entenderse como la extensión de la lógica nanciera a la
gestión de la deuda pública9 (Fastenrath et al., 2017; Wang, 2015).
El impacto de estos procesos y políticas de nanciarización en las clases subal-
ternas puede observarse a través de diversos canales en los distintos regímenes de
acumulación. Estas tendencias fueron expuestas como características del ciclo del
capital en las economías dependientes.
Se trata de: a) transferencias de valor de deudores (en la periferia) a acreedores
(generalmente localizados en el centro) mediante brechas en las tasas de interés, b)
aumento de la deuda de los hogares como resultado de los bajos salarios (caracte-
rísticos de los mercados de trabajo periféricos), c) devaluaciones de la moneda (por
efecto de los movimientos de capitales hacia el centro), d) inación por presión cam-
biaria (de niveles mayores que en el centro, especialmente en alimentos), e) medidas
de austeridad (como la reducción del gasto público), y f) una redenición regresiva
de la especialización productiva (desindustrialización) (Martínez y Borsari, 2022).
La adopción en las décadas de 1980 y 1990 de políticas de ajuste estructural que
promovieron la apertura comercial y nanciera en muchos países de la periferia
-incluidos los de América Latina- ha favorecido y propiciado la consolidación de la
subordinación nanciera en el presente siglo, tal como lo atestiguan estudios que dan
Andrés Wainer y Leandro Bona
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cuenta de la evolución de algunos de los países periféricos con mayor relevancia en
el  mundial, como Argentina, Brasil, Indonesia, India, México, Polonia, Tailandia,
Turquía y Rusia (De Paula et al., 2024). En general, se ha observado un aumento de la
deuda externa (tanto en moneda local como extranjera) y una acumulación de reser-
vas de divisas en el Banco Central, principalmente debido a la entrada masiva de
inversión extranjera directa e inversiones nancieras (Lane y Milesi Ferretti, 2024).
Esto es resultado de la jerarquía nanciera asimétrica, que establece que los
países periféricos deben contar con mecanismos para atraer capital a sus merca-
dos nancieros mediante rentabilidades extraordinarias sobre las emisiones de
deuda soberana. Durante los períodos de auge del ciclo económico, esto genera una
auencia de inversiones en estos mercados nancieros y un aumento del valor de
sus monedas. Sin embargo, esto también conlleva dos condiciones: los inversores
deben responder rápidamente a las uctuaciones del tipo de cambio (a menudo en
respuesta a devaluaciones o “sudden stops”), y los efectos de salida “en manada”
se amplican fácilmente debido a que un pequeño grupo de inversores domina los
mercados locales.
En este sentido, los países que han logrado superar el “pecado original”10 de la
dependencia nanciera ahora enfrentan un “retorno del pecado original” debido
a la vulnerabilidad generada por las devaluaciones monetarias en la periferia (De
Paula et al., 2024). Argentina y Brasil, los países de interés en este estudio, han expe-
rimentado este período con algunas similitudes y diferencias.
En síntesis, la caracterización aquí presentada del capitalismo nanciari-
zado encuentra en las relaciones centro-periferia un elemento central. Nuestra
perspectiva es que la etapa nanciarizada del capitalismo ha reforzado los cana-
les tradicionales de la dependencia (mayores niveles de superexplotación de la
fuerza de trabajo, intensicación de transferencias de valor de la periferia al cen-
tro, especialización en sectores de ventajas comparativas estáticas, reducción de las
capacidades soberanas para ejecutar políticas scales y monetarias expansivas), a
través de tendencias a la acumulación nanciera en el marco de las estrategias de
los capitales del centro.
Consideramos entonces que la jerarquía monetaria, la extensión de la lógica
nanciera sobre el consumo de los asalariados y las ganancias de las corporacio-
nes, las políticas de nanciarización del estado, el endeudamiento y la centralidad
del dólar; son mecanismos que refuerzan el carácter polarizante del capitalismo,
es decir la intensicación de las relaciones productivas, comerciales y políticas de
subordinación que describió la . De esta manera, se exacerban las transferencias
de riqueza de deudores a acreedores, de capitales menores a grandes monopolios y
de asalariados a capitalistas, en un triple movimiento que exacerba la divergencia
dentro y entre naciones.
La lógica nanciera de la dependencia. Elementos teóricos y una breve aplicación para caracterizar los casos de Argentina y Brasil
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. LAS PARTICULARIDADES DE LA FINANCIARIZACIÓN
SUBORDINADA EN ARGENTINA Y BRASIL EN EL SIGLO XXI
En esta sección trazamos un breve análisis de las experiencias de Argentina y Brasil
a partir de la aplicación del aparato conceptual antes presentado para examinar un
conjunto de variables seleccionadas.
Nuestra perspectiva es que el análisis de estas variables permite constatar aspec-
tos capitales de la : la intensicación de un ciclo económico donde los capitales
uyen de manera volátil y generan vulnerabilidades macroeconómicas, que esos
episodios implican crisis que deprimen los ingresos de las clases subalternas en la
periferia, que esto implica mecanismos de superexplotación de la fuerza de trabajo
y que buena parte del valor generado en la periferia uye hacia el centro.
Al respecto, para comprender los mecanismos de la subordinación nanciera
en los distintos países, tradicionalmente se observan variables como el peso de los
activos externos en el producto (como condicionante de las políticas internas), las
reservas internacionales (necesarias para garantizar la estabilidad en países con
ciclos más volátiles), los activos de cartera (como indicador del peso de los actores
nancieros en la economía y la capacidad de imponer sus intereses en las políticas
públicas), la inversión extranjera directa () y las salidas de capital en relación
con el  (De Paula et al., 2024).
La literatura sobre la nanciarización subordinada destaca además el crédito a
las empresas no nancieras y a los hogares, así como la ratio deuda soberana/PIB.
En la medida en que estas variables tienen niveles más altos, mayor será el grado de
dependencia de las autoridades monetarias y scales para ejecutar políticas sobera-
nas, reforzando la subordinación nanciera.
INDICADORES DE SUBORDINACIÓN FINANCIERA
Aquí proponemos nuestro propio conjunto de variables para examinar los meca-
nismos de nanciarización subordinada en Argentina y Brasil, alineando estos
indicadores con nuestro marco teórico. Distinguimos así tres conjuntos de indicado-
res: a) nanciarización de familias y empresas, b) nanciarización del Estado, y c)
nanciarización condicional (Tabla 1). Los parámetros sugeridos más abajo se pre-
sentan teniendo en cuenta las evidencias relevadas en otros trabajos (Karwowski,
2019; Karwowski y Stockhammer, 2017).
Para medir la nanciarización en hogares y empresas, empleamos tres indica-
dores clave que surgen del contraste con los niveles internacionales:
Relación deuda de los hogares/: si el mismo muestra una tendencia cre-
ciente y niveles elevados internacionalmente (en torno a 30% del ), reeja
la disminución de los salarios reales y la consiguiente dependencia del crédito
como motor del consumo (Lapavitsas, 2016).
Relación deuda corporativa no nanciera/: si este indicador aumenta por
encima del 50% del PBI demuestra la primacía de la lógica nanciera en la ges-
tión de las empresas, donde las estrategias de acumulación dependen cada vez
más de los recursos nancieros (Stockhammer, 2004).
Andrés Wainer y Leandro Bona
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Penetración de los fondos de pensión en el : destaca el papel de los fondos de
pensión como catalizadores de la nanciarización del mercado, dada su capaci-
dad para adquirir y desinvertir activos rápidamente (De Paula y Meyer, 2019). Si
este indicador se ubica por encima del 30% del , marca un registro elevado y
un peso decisivo de este actor en la macroeconomía local.
La nanciarización de hogares y empresas ilustra mecanismos de redistribución
regresiva del ingreso y es compartido tanto por países centrales como periféricos.
La diferencia reside en que en la periferia la rentabilidad que adquieren estos nego-
cios (préstamos a hogares y rmas, fondos de pensión) son mayores a los del centro
como consecuencia de operar en mercados que ofrecen mayores benecios por
tener lugar en economías con mayores riesgos, así como la elevada concentración
oligopólica de los actores nancieros en países periféricos (Claessens y Van Horen,
2014; , 2021; , 2022).
Buscando capturar la nanciarización del Estado, y siguiendo a Karwowski y
Centurión (2018), evaluamos la nanciarización estatal a través de políticas públi-
cas que revelan la dependencia de los procesos de nanciarización para alcanzar los
objetivos de política. Aquí incluimos:
Indicadores de deuda externa: Una métrica convencional para las economías
periféricas, pues muestra el nivel de exposición de la economía al pago de com-
promisos, que reduce la capacidad de realizar gastos o inversiones alternativos.
Incluye el ratio entre reservas y deuda externa, que presenta valores elevados en
torno al 20% del PBI, al indicar la profundidad de la penetración nanciera en
el funcionamiento de la economía. Asimismo, el pecado original (deuda pública
en moneda extranjera/deuda pública total) denota la limitada maniobrabilidad
monetaria de los estados periféricos, que enfrentan iliquidez en monedas fuertes
y deben adoptar políticas desregulatorias de atracción de capital internacional
(Bona y Flores, 2022). Nuevamente, recurriendo a la comparación internacional,
se establece que cuando más de la mitad de la deuda pública se coloca en moneda
extranjera, el grado de vulnerabilidad externa de una economía es signicativo.
Desregulación de la cuenta de capital (medida mediante controles de capital): la
política desregulatoria ha sido una prioridad neoliberal de larga data de las insti-
tuciones internacionales, que, de vericarse, refuerza la dependencia del Estado
Financiación de familias y empresas Financiarización del
Estado
Financiarización
condicional
Deuda de los hogares Indicadores de
deuda externa
Dolarización/
bimonetarismo
Deuda de las sociedades no nancieras Metas de inación Flujos nancieros/
fuga de capitales
Relevancia de los fondos de pensiones Acumulación de reservas
Desregulación de la
cuenta de capitales
Fuente: elaboración propia.
Tabla 1. Indicadores de nanciarización de hogares y empresas.
La lógica nanciera de la dependencia. Elementos teóricos y una breve aplicación para caracterizar los casos de Argentina y Brasil
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de los ujos de capitales volátiles (Toussaint, 2019). Aquí se mide con el índice de
apertura nanciera , donde niveles superiores a 50 muestran una elevada
apertura y desregulación. La fuga de capitales, además, pone de relieve la impor-
tancia de las transferencias de valor de la periferia al centro (Marini, 2007).
Acumulación de reservas y metas de inación: estas políticas indican adhesión
a la ortodoxia macroeconómica (que se mide por el nivel y tendencias de la acu-
mulación de reservas en la economía y la jación de elevadas tasas de interés
reales positivas en relación a parámetros internacionales), lo que restringe el
espacio para medidas expansivas (Loureiro y Panceira, 2019).
Como mencionan teóricos dependentistas, la deuda externa, particularmente
pública en moneda extranjera, es un condicionante central en la ejecución de políti-
cas públicas en la periferia (Ross, 2019). La desregulación de la cuenta capital remite
a la necesidad de la periferia de atraer capitales, que por su volatilidad, intensican
la condición vulnerable de las economías subdesarrolladas y son claves para la pri-
mera fase del ciclo del capital (Bona, 2024). El establecimiento de metas de inación
incide sobre la puja distributiva (Alami, 2021), al restringir los incrementos salaria-
les y las inversiones públicas, entendidas como vectores de los aumentos de precios.
Ello impone límites sobre la remuneración de la fuerza de trabajo en la periferia.
Finalmente, proponemos el concepto de nanciarización condicional. Lo intro-
ducimos para describir cómo fenómenos especícos de las periferias, tales como la
dolarización de la economía y elevados niveles de fuga de capitales, condicionan la
estabilidad macroeconómica. La depreciación de las monedas, fenómeno que ocu-
rre como mecanismo de deación salarial en las naciones subdesarrolladas (Patnaik
y Patnaik, 2016), exacerba estas presiones. Aquí examinamos:
Fuga de capitales: cuando este indicador supera niveles anuales superiores al
1% del PBI, genera una reducción de las reservas y depósitos en los países peri-
féricos, lo que tensiona la estabilidad cambiaria. Cuando el capital abandona la
periferia, tiende a depreciar la moneda local, lo que no sólo reduce el valor de
la fuerza de trabajo en términos internacionales, sino además los efectos ina-
cionarios deprimen el salario real (Bona, 2024).
La dolarización de la economía: este fenómeno conspira contra el crédito interno
y ejerce presiones cambiarias al establecer precios en moneda extranjera. Se
mide la dolarización del ahorro (depósitos en moneda extranjera/depósitos
totales) y de mercados dolarizados (por ejemplo inmuebles) (Erazde, 2022). Si
este indicador supera el 10% será considerado un reejo de la dolarización por
falta de conanza en la moneda local y vulnerabilidad del sistema bancario.
La nanciarización condicionada entonces representa un indicador de falta de sobe-
ranía que caracteriza a los países dependientes, como consecuencia de contar con
una moneda jerárquicamente subordinada en el plano internacional. La dolariza-
ción expresa el carácter limitado de los países periféricos para generar condiciones
de ahorro y reinversión en sus naciones en la primera fase del ciclo del capital ().
Asimismo, la fuga de capitales indica cómo uye la riqueza desde la periferia hacia
plazas estables (centro), una característica central de la tercera fase del ciclo del
capital (’) examinado por los teóricos de la  (Dos Santos, 2004).
Andrés Wainer y Leandro Bona
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LAS DISTINTAS CANALES DE FINANCIARIZACIÓN SUBORDINADA EN ARGENTINA Y BRASIL
En la (Tabla 2) presentamos evidencias de estas variables con el n de capturar las tres
dimensiones de la nanciarización propuestas en este artículo para Argentina y Brasil.
Las evidencias presentadas nos permiten examinar la hipótesis presentada en la
introducción, que señalaba que ambos países son ejemplares en materia de subordi-
nación nanciera, pero por distintos motivos, pues presentan marcadas diferencias.
En lo que se reere a la nanciarización de hogares y empresas no nancie-
ras, Argentina muestra una escasa profundidad en este indicador en la comparativa
internacional (5,4% y 18,8% del  respectivamente). En el país austral el crédito
formal, tanto a hogares como a empresas, no es signicativo y exhibe niveles muy
lejanos respecto de Brasil y otros países periféricos (Karwowski, 2019)11.
Esto se explica porque la inestabilidad macroeconómica de este país, expre-
sada en persistentes y elevados niveles de inación y crisis bancarias, de deuda y
nancieras, ha llevado a un bajo dinamismo del crédito bancario. Los bancos en
Argentina no tienen en este aspecto una fuente de ganancias relevante, en cambio,
lo hacen a través de la nanciarización del estado, pues acumulan títulos públicos
como fuente de rentabilidad. Asimismo, los fondos de pensión dejaron de existir en
2008, cuando el sistema previsional fue re-estatizado, bloqueando la acción de este
sector en la economía local (Basualdo, 2020).
En Brasil el panorama es muy distinto, pues el país muestra una marcada pro-
fundidad nanciera, y la penetración de mecanismos de nanciamiento cobra
mayor fuerza, tanto para corporaciones no nancieras (48,8% del ) como para
familias (29,7% del ). Los fondos de pensión no tienen una profundidad compa-
rable a la de países centrales (13% del PBI, cuando en algunos anglosajones supera
el 100%), pero sí ocupan un espacio en el sistema nanciero local. En esta materia
entonces, Brasil presenta rasgos canónicos de nanciarización de empresas y hoga-
res (De Paula, Fritz y Prates, 2020).
La nanciarización del Estado marca importantes contrastes. Argentina tiene
mayores niveles de endeudamiento externo (47,8% del ), en particular en moneda
Tabla 2. Indicadores de nanciarización. Promedio últimos 10 años (2012-2024)
% Argentina Brazil
Financiarización de
familias y empresas
Fondos de pensión / PBI 0 13
Crédito familias / PBI 5,4 29,7
Crédito corporaciones no nancieras / PBI 18,8 48,9
Financiarización del estado
Deuda externa / PBI 47,8 30,5
Deuda soberana en ME / Deuda soberana total 75 12
Índice de apertura nanciera x 100 26 24
Reservas / PBI 7,3 18,7
Tasa de interés de referencia (real) -11,4 3,6
Financiarización condicionada Depósitos en moneda extranjera / Depósitos 27,9 0
Fuga de capitales / PBI 2 0,7
Fuente: elaboración propia basada en datos de Chin-Itoh Index, Lane y Milesi Ferreti, BIS.
La lógica nanciera de la dependencia. Elementos teóricos y una breve aplicación para caracterizar los casos de Argentina y Brasil
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extranjera (70% del total del stock de deuda pública). El país ha sufrido recurrentes
episodios de cesación de pagos de deuda pública, mayormente por sufrir el pecado ori-
ginal, por esa razón tiene un alto costo de acceso a los mercados internacionales (el alto
riesgo implica elevadas tasas de interés). Esto marca la relevancia del endeudamiento
externo, particularmente soberano, en el régimen de acumulación de este país.
Argentina tiene, desde los años 1970, una dependencia estructural de divisas
para repagar los compromisos asumidos, lo que condiciona decisivamente la polí-
tica pública. El mejor ejemplo al respecto es la relación con el Fondo Monetario
Internacional, un agente que representa el poder estructural de las nanzas, y cuyo
accionar restringe fuertemente los grados de libertad de la política económica en
los países deudores (Ross, 2019).
Por su parte, en lo que concierne a la ortodoxia macroeconómica que procura
a acumular reservas, jar metas de inación y ofrecer elevadas tasas de interés para
atraer capitales, el país ha exhibido dicha lógica solo en lapsos especícos, en donde el
Estado intentó estructurar un régimen de acumulación nanciera (1976-1983, 1991-2001,
2015-2019 y desde 2023). Sin embargo, ese esquema ha encontrado recurrentes límites
por la capacidad organizativa y la tradición combativa de los trabajadores en el país.
Históricamente, tanto productores dependientes del mercado interno como asalaria-
dos han pujado por evitar la consolidación de regímenes de acumulación que socaban
de manera directa sus niveles de vida y sus condiciones de existencia (Wainer, 2021).
Brasil muestra resultados opuestos, pues la deuda externa es relativamente baja
(30% del ) y dentro de la soberana, apenas un 5% está nominada en moneda
extranjera. El gigante sudamericano superó el “pecado original”, pero ello fue a
costa de implementar políticas monetarias ortodoxas que garantizan altos retor-
nos para los acreedores nancieros. Brasil ofrece tasas de referencia internacional
especialmente elevadas (+3,6% en una década en donde hubo varios años de tasa 0
en la Unión Europea y ).
Esto ratica el “retorno del pecado original”, no bajo la forma de endeudamiento
en moneda dura, pero sí en los condicionantes: el país limita sus gastos públicos en
el marco de las metas de inación y garantiza transferencias de valor a los acree-
dores externos a través de altas tasas de interés (De Paula, Fritz y Prates, 2020). El
llamado trípode macroeconómico, común a gobiernos progresistas y conservadores
en el siglo , consiste en un límite del gasto público, régimen de metas de ina-
ción y tipo de cambio otante. Estas políticas restringen la capacidad de redistribuir
progresivamente ingresos, sosteniendo un mercado de trabajo donde la superexplo-
tación teorizada por Marini guarda plena vigencia.
El índice de apertura nanciera (24 y 26 para cada país), muestra que ambos paí-
ses se han caracterizado por establecer controles de capitales y medidas arancelarias
y paraarancelarias para regular el comercio y así proteger estructuras industriales
que presentan, en promedio, una importante dependencia tecnológica y un rezago
productivo respecto a los principales centros manufactureros a nivel mundial.
Finalmente, es en el indicador de nanciarización condicionada donde Argentina
muestra los niveles de mayor profundidad. La dolarización de los depósitos marca la
dependencia de la divisa norteamericana para el ahorro y ciertas transacciones en el
país (por ejemplo, la compra-venta de inmuebles). La dolarización de las ganancias
se expresa en su extranjerización: la fuga de capitales extrae recursos potencial-
mente invertibles y reduce el crecimiento económico (Basualdo, 2020). Estos factores
Andrés Wainer y Leandro Bona
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denen un régimen de acumulación en donde el país no encuentra salida a su recu-
rrente escasez relativa de dólares.
Al respecto, Brasil muestra indicadores opuestos: los ahorros no se dolarizan ni
tampoco la fuga de capitales asume los niveles que en su país vecino. Estas no son dimen-
siones de la subordinación nanciera que se veriquen en el gigante sudamericano.
CONSIDERACIONES FINALES
Consideramos necesario recuperar y reactualizar las ideas centrales de la Teoría
Marxista de la Dependencia, toda vez que las tendencias señaladas por los teóri-
cos de esta corriente parecen profundizarse y adquirir nuevas formas en América
Latina: divergencia con el centro, polarización, superexplotación de la fuerza de
trabajo, transferencias de valor hacia el centro y especialización productiva en sec-
tores con ventajas comparativas estáticas, sin mayor valor agregado.
El argumento central de este trabajo es que esas dimensiones se refuerzan por
los canales nancieros aquí examinados. De esta manera, el poder nanciero inter-
nacional opera como un factor adicional que contribuye a generar regímenes de
acumulación extrovertidos, con concentración de la riqueza y estados donde las clases
dominantes denen contornos estrechos para la implementación de políticas públicas.
Argentina, según nuestros resultados, exhibe patrones de periferización acele-
rada, pues la capacidad para operar en su propia moneda es cuestionada por la propia
población y los agentes foráneos. A su vez, los bancos e instituciones nancieras
locales parecen desempeñar un rol más bien secundario en el régimen de acumu-
lación. De este modo, los mecanismos nancieros que refuerzan la dependencia
se advierten en las distintas fases del ciclo del capital, a través de políticas públicas
de ajuste estructural para atender vencimientos de deuda externa que refuerzan la
superexplotación del trabajo y a partir de la exteriorización de la riqueza.
Ello no solo reduce la capacidad de reinversión y así la posibilidad de reiniciar el
ciclo de forma ampliada y diversicada, sino que, además, genera presiones adicio-
nales por políticas de ajuste que permitan obtener un saldo comercial superavitario
para poder nanciar la dolarización del excedente o, en su defecto, profundizar el
endeudamiento externo, lo cual a la larga termina llevando al mismo resultado pero
agravado por el peso de los intereses.
En cambio, como se mostró aquí, Brasil muestra rasgos canónicos de nancia-
rización. No obstante, la mayor estabilidad alcanzada por el gigante sudamericano
se paga al costo de limitar sus capacidades de realizar políticas públicas expansivas/
redistributivas. Por este motivo, donde mayor incidencia tiene la nanciarización
es en la segunda fase del ciclo del capital, que garantiza la superexplotación de la
fuerza de trabajo, pero no por efectos de la condicionalidad de la deuda externa
como en Argentina, sino por el establecimiento de políticas macroeconómicas de
atracción de capitales basadas en desregulación y liberalización de la cuenta capital.
Estas últimas desincentivan la inversión productiva en sectores que no cuenten con
ventajas comparativas naturales o institucionales.
A partir de este análisis y de las evidencias presentadas para examinar la subor-
dinación nanciera y las formas actuales de la dependencia en Argentina y Brasil,
La lógica nanciera de la dependencia. Elementos teóricos y una breve aplicación para caracterizar los casos de Argentina y Brasil
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consideramos que estos dos países muestran distintas variedades de capitalismo
nanciarizado, aunque en ambos casos se ve reforzada su situación de dependencia.
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1
La centralización del capital reere a la concentración de capitales existentes en menos rmas, a través de procesos de
fusiones, adquisiciones y quiebras. Se trata, como señalaba Marx, de la expropiación de un capitalista por otro.
2
El ciclo tradicional del capital se compone del dinero adelantado por el capitalista (D), que adquiere un conjunto de
mercancías (M) para realizar un proceso productivo (P) que le permita obtener nuevas mercancías por un valor mayor a
las adquiridas (M’) y así poder intercambiarlas por una suma de dinero mayor a la invertida (D’). En el caso del capital a
interés, el prestamista en principio se desentiende del proceso real mediante el cual se valoriza su capital dinerario, ya que
este pasa a ser un “problema” del capital productivo que utiliza el dinero bajo la forma de crédito.
3 Hilferding denió al capital nanciero como el capital controlado por los bancos y utilizado por los industriales. Los bancos
abandonarían su rol originario como intermediarios para la circulación del dinero y pasarían, de este modo, a tener un rol
decisivo en las decisiones de producción de los capitales que producen mercancías.
4 Marx consideró al capital cticio como aquel expresado en los valores de títulos, sin conexión con la dinámica productiva.
Su cotización no responde entonces a la evolución de la producción de un bien o servicio, sino que representa una promesa
de pago futura cuyo valor puede uctuar por factores –especulativos- ajenos al campo de la generación de mercancías y
transformarse así en una fuente de benecios adicional.
5 El concepto de cadenas globales de valor ha sido desarrollado para dar cuenta de los procesos de producción en el mercado
mundial, donde distintas regiones espaciales (países, ciudades, estados, provincias) concentran actividades especícas para
completar la elaboración de una mercancía. De esta manera, se generan especializaciones en eslabones más o menos sosticados
de las cadenas, lo que determina formas de inserción con diverso grado de éxito en términos de desarrollo (Gere, 2001).
6
Siguiendo a Marini (2007), en países con una fuerte desigualdad y fragmentación social, el circuito de circulación de
mercancías se encuentra escindido en diferentes esferas de consumo y, por lo tanto, hay una cantidad importante de bienes
de consumo que en los países centrales suelen formar parte de la canasta de consumo de las clases trabajadoras –como,
por ejemplo, el automóvil- que en los países latinoamericanos solo son adquiridos por los sectores de más altos ingresos.
7
Esta dependencia de la existencia de un mercado global basado en el dólar estadounidense plantea desafíos a futuro dados
los recientes conictos comerciales entre  y China. El gigante asiático ha progresado en el establecimiento de redes
de comercio e intercambio en yuanes, en lo que signica un desafío concreto a la hegemonía nanciera norteamericana
desde los 2020.
Andrés Wainer y Leandro Bona
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8 La estabilidad del tipo de cambio es crucial para la importación de bienes esenciales y el servicio de la deuda externa, lo
que refuerza la dependencia de las economías periféricas de las condiciones de liquidez global. Esto condiciona la política
monetaria a adherirse a la ortodoxia económica, que protege los intereses de los prestamistas a expensas de los deudores.
9
Esto conduce a la sustitución de la gestión macroeconómica tradicional de la deuda —que busca estabilizar la economía—
por criterios de mercado en la emisión y cancelación de deuda, así como a la adopción de una ideología nanciera como
“sentido común”
10 Se reere a la incapacidad de un país de emitir deuda en moneda doméstica, debido a su iliquidez a nivel internacional.
Esto presiona las cuentas externas porque el país periférico necesita generar cada vez más divisas para poder cumplir con
sus obligaciones externas, muchas veces dependientes de exportaciones que provienen de ventajas comparativas estáticas
(commodities), caracterizadas por su volatilidad en los mercados externos.
11
Ciertamente los sectores de menores ingresos han tenido mayores dicultades para acceder a créditos del sistema bancario
formal debido a la creciente peso de la informalidad en la estructura ocupacional de la Argentina, lo cual ha impulsado
alternativas crediticias que se encuentran por fuera del circuito bancario tradicional y que, como tales, son difícilmente
captables por las estadísticas ociales, lo que puede llevar a subestimar la profundidad del endeudamiento de los hogares,
pero no ocurre lo mismo en el caso de las empresas.