Cajamarca G. et al
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los entornos de atención médica [3].
Los dispositivos médicos, como marcapasos y bombas de
insulina, ahora están conectados a la red para monitoreo y
ajuste remoto, estos dispositivos son objetivos potenciales
para ataques cibernéticos. Un acceso no autorizado a estos
dispositivos podría causar daño físico real a los pacientes.
La ciberseguridad adecuada es esencial para proteger la
salud y la seguridad de los pacientes que dependen de
estos dispositivos. Las regulaciones, como la Ley de
Portabilidad y Responsabilidad del Seguro de Salud
(HIPAA) en los Estados Unidos, establecen estándares
estrictos para la protección de la información de salud. El
incumplimiento de estas regulaciones puede resultar en
multas significativas y daño a la reputación de las
organizaciones de atención médica [4]. La ciberseguridad
efectiva es esencial para cumplir con estas regulaciones y
evitar consecuencias legales y financieras adversas.
La formación de profesionales de la salud y el personal
administrativo en ciberseguridad es esencial, estos son el
eslabón más débil en la cadena de seguridad. La
capacitación adecuada puede ayudar a prevenir ataques de
ingeniería social y mejorar la seguridad en general. Por
ello, la ciberseguridad en entornos médicos no es un lujo;
es una necesidad crítica. La integridad, confidencialidad y
disponibilidad de la información médica son
fundamentales para la atención de calidad y la protección
de la privacidad del paciente[5]. La interrupción de los
servicios médicos y el daño a dispositivos médicos
conectados a Internet pueden tener consecuencias
mortales. Es imperativo que las organizaciones de
atención médica inviertan en ciberseguridad, implementen
prácticas sólidas y fomenten la educación y la conciencia
en este ámbito. La seguridad cibernética y la atención
médica están inextricablemente entrelazadas en la
sociedad moderna, y solo a través de una protección sólida
se pueden garantizar los beneficios continuos de la
tecnología en la atención médica.
En Ecuador el Hospital de SOLCA(Sociedad de Lucha
contra el cáncer), es una entidad de salud que se dedica a
controlar o mitigar las consecuencias de un tumor en el
cuerpo humano y con esto dar una mejor calidad de vida
al paciente; para este fin adquiere equipos OT médicos de
avanzada tecnología, dispositivos que se alimentan de los
datos que arroje el estado de salud de un paciente[6].
Varios son los procedimientos que se realizan para
estabilizar la salud de un paciente con cáncer, y esto
conlleva a que es una enfermedad costosa
económicamente, de mucha paciencia y voluntad.
En la cama de un paciente puede haber varios equipos OT
médicos emitiendo datos de monitorización continua,
“Como resultado, este típico entorno sanitario moderno
debe soportar decenas de miles de equipos OT que se
conectan a la red” del Sistema Hospitalario (SH)[7].
Administrar la seguridad de un SH, es todo un reto pues
no solo debe velar por la protección de los datos a nivel
empresarial sino también asegurar los datos de los equipos
OT de línea médica y sus redes.
Los equipos OT de línea médica (como un escáner de
resonancia magnética) se deben al mantenimiento y
funcionalidad del fabricante, y los equipos empresariales
(como un computador de escritorio) al Departamento de
informática del SH. Pese a estas diferencias, el SH debe
acoplarse a los requisitos que solicite el dispositivo médico
para su correcto funcionamiento y el Departamento de
informática deberá implementar lo necesario para que estos
equipos médicos trabajen en conjunto dentro de la red con
su equipo empresarial.
La Seguridad informática, se especializa en proteger al
Sistema conectado en red de los ataques cibernéticos
abarcando dos conceptos la seguridad física y lógica de los
dispositivos, ambas custodian los datos de accesos no
autorizados hacia un sistema informático[8]. Hay que
aceptar el hecho de que todo sistema de información es
quebrantable, lo que indica que incluso un Hospital puede
ser severamente atacado en su red, el mismo que dispone
de varios equipos OT de línea médica de diferentes
fabricantes y no todos contienen la seguridad apropiada
para proteger la información que se almacena en su
software, en ciertos casos se trabaja aún con equipos
médicos ya obsoletos sin ningún tipo de seguridad que
fácilmente pueden ser vulnerados [9].
Varios han sido los ataques cibernéticos a nivel mundial en
distintos SH. Sin ir tan atrás en el tiempo, en el 2020 cuando
apareció la infección por COVID-19, aprovechando el caos
que esta enfermedad trajo a varios países, fue atacada
España por un ransomware “Newalquer” que enviaba
correos electrónicos al personal sanitario camuflado con
asunto del COVID-19 para ingresar al SH, inmovilizarlo y
por último pedir dinero a cambio de devolver la
información.
Al inicio de la pandemia en República Checa, un
ransomware inactivó los equipos OT de línea médica del
Hospital Universitario, perjudicando al paciente y al
personal médico en intervenciones quirúrgicas y demás
situaciones que atentaban contra la salud. Algo parecido
sucedió en Estados Unidos, que por medio de un
ciberataque quisieron causar lentitud en la funcionalidad de
los equipos informáticos al Departamento de Salud y
Servicios Humanos, pero no lo lograron. De igual manera
en el Reino Unido, un ransomware WannaCry en el 2017
produjo un ataque a varias instituciones sanitarias en las
que se solicitaba un rescate económico por el acceso al SH,
el personal médico se vio en la necesidad de apagar el
sistema informático junto con los equipos OT médicos [9].
Ante estos ataques a nivel mundial, se realizó un proyecto
de revisión del alcance de los ciberataques contra el SH, lo
que sirvió para varias reuniones, acuerdos y soluciones por
un equipo con diversas disciplinas de profesionales, de
tantos encuentros suscitados, resulta el tema de
ciberseguridad en el SH; esto sucedió en el año 2018 dentro
del foro bianual de salud de Ginebra, teniendo como fin