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REVISTA KRONOS 3(2), agosto 2022-enero 2023 | pISSN 12631-2840 | eISSN 2631-2859
Ricardo Suntaxi
De los encuestados, el 68,5% con edades uctuantes entre los 19 y 24 años, arman con-
sumir bebidas alcohólicas; el 24,3% corresponde a una población de 16 a 18 años; y por
último el 7,2% son consumidores de 13 a 15 años. Además, se evidenció que el mayor
porcentaje de los encuestados pertenecen a personas de género masculino con el 56,4%
y género femenino con el 40,3%. En referencia a esto, autores como Natera-Rey, Borges,
Medina, Solís, y Tiburcio (2001) indican que existe mayor probabilidad de desarrollar el
síndrome de dependencia al alcohol en jóvenes con historial familiar de alcoholismo. El
43,7% de los encuestados arman haber llegado a un estado de embriaguez en los últimos
30 días previos a su encuesta.
Una de las principales razones por la que los estudiantes consumen alcohol es por pura
curiosidad y por experimentar algo nuevo con el 45,9% según Rice (2000). El segundo
motivo de consumo de alcohol es por causas varias, no sugeridas en la encuesta, con un
porcentaje de 44,8%. Se puede deducir, entonces, que dentro de estas causas varias se
encuentran nuevos sentimientos y necesidades emocionales que aparecen con la llegada de
la adultez, tales como son la búsqueda de la independencia o la emancipación de los padres
lo que ocasiona que ese apoyo que antes era dado por la familia se busque en personas de
su misma edad (usualmente adolescentes) (Rice, 2000).
Se evidenció con un 9,3% que las dos opciones menos comunes para consumir alco-
hol son la presión social y las problemáticas familiares. Este pequeño porcentaje se debe
a que, si el menor de edad cuenta con una buena dinámica familiar acompañado de una
buena comunicación con sus padres, éste no tendrá necesidad de acceder a las demandas
de otros adolescentes consumidores de alcohol, y además será capaz de aceptar las opinio-
nes de sus padres por encima de sus compañeros, al menos en dicha área (Rice, 2000).
Según los encuestados el 80,3% consume alcohol de manera ocasional, siendo las
bebidas fermentadas las más consumidas (49,7%) tales como el vino, cerveza y cham-
pagne; el 21% consume bebidas destiladas como whisky, tequila, vodka y ron; y el 29,3%
consume bebidas de todo tipo.
La mayoría de los encuestados indica que consume alcohol con sus amigos y también
lo suele hacer con sus familiares parar estar en conanza y por sentirse seguros al hacerlo;
y un número reducido declara hacerlo de manera individual (ver Figura 1).
Las tiendas y restaurantes son los lugares preferidos para la compra de bebidas alco-
hólicas, mismas que pueden ir acompañadas con un plato de comida. Otro de los luga-
res atractivos para comprar alcohol son los supermercados, empero la venta en estos
locales es condicionada a la mayoría de edad del consumidor. Se considera a los bares
y discotecas como lugares idóneos para la obtención de estas bebidas; sin embargo, por
el alto costo del ingreso a dichos establecimientos, los estudiantes se frenan de acudir a
estos centros de diversión.
El principal lugar en el que los jóvenes suelen consumir bebidas alcohólicas a menudo
es su propia casa o la casa de los amigos, en donde ellos o ellas sienten mayor seguridad,
por encontrarse en un ambiente íntimo y de conanza (ver Figura 2).
Los adolescentes, en su mayoría, están conscientes que estar bajo los efectos de bebi-
das alcohólicas representa un problema, pues tras su consumo pueden ocasionarse diver-
sos accidentes especialmente de tránsito. Según la Agencia Metropolitana de Tránsito
amt
el abuso de alcohol es el responsable de una de cada cuatro muertes entre jóvenes varo-
nes por la conducción bajo los efectos del alcohol (
amt, 2019). En la encuesta el 42,5%
considera que el consumo de alcohol es muy grave y el 30,4% piensa que es sólo grave.
El 87,8% de los encuestados entienden que al estar en estado de ebriedad pueden
producir o traer consigo problemas sociales, afectando a diferentes personas de una
manera indirecta. Además, el 81,8% de los adolescentes indica que en los últimos seis
meses no han recibido una charla relacionada con los efectos y consecuencias de consu-
mir alcohol, lo cual se debería considerar en el futuro, puesto que estiman que es muy
importante recibir este tipo de charlas.