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Revista Jurídica Crítica y Derecho
2(2), pp. 30-42
(…) en sus estudios observó, además, que muchos alumnos eran capaces
ejecutar las habilidades aprendidas de forma aislada con una gran solvencia, sin
embargo, no eran capaces de transferir lo aprendido, a un contexto de juego real
consecuentemente, las competiciones finales o de aplicación que realizaban,
resultaban poco enriquecedoras a nivel de aprendizaje. En ellas los alumnos con
un nivel alto de habilidad (high skill student) dominaban el juego, mientras que
los de nivel bajo (low skill student), encontraban múltiples ocasiones para pasar
desapercibidos, y no participar verdaderamente. Los autores percibieron que las
experiencias de práctica deportivas que los alumnos vivenciaban en este sentido
se alejaban en gran medida de la realidad deportiva, y no generaban un
verdadero interés ni por el deporte, ni por su práctica, fuera del contexto escolar.
Además, este comportamiento de práctica deportiva observado, según el punto
de vista, difería de forma notable del comportamiento de los deportistas en otro
contexto de práctica deportiva, fundamentalmente a nivel formativo y/o federada
(clubes), o en competiciones nacionales e internacionales. En este otro contexto, el
nivel de entusiasmo e implicación en la práctica se percibe fácilmente, ya que, de
forma general, además de la voluntariedad de la práctica, existen una serie de
objetivos de equipo que motivan y guían a los deportistas en el proceso de
enseñanza-aprendizaje (mejorar el rendimiento del equipo, acudir a los campeonatos
nacionales, mejorar la técnica, etc.).
En esta línea, el deporte, a diferencia de otras formas de práctica de actividad
física, posee determinados rasgos, que le aportan un significado distinto, y se deben
tener en cuenta en la planificación del proceso de enseñanza-aprendizaje entre ellos,
el deporte se desarrolla y practica a lo largo de temporadas, los deportistas,
independientemente del tipo de deporte que practiquen, pertenecen a un equipo o a
un club, y como miembros afiliados, se someten al sistema de competición y práctica
que el reglamento amerite para cada deporte en concreto.
El deporte, que se desarrolla de esta manera, es decir los deportes más
comunes, como por ejemplo el futbol, básquet, posee una naturaleza festiva, que
refuerza la participación y fomenta un contexto favorable para la práctica de los
diferentes deportes que pueden ser competitivos, es preciso señalar, que ninguno de
estos aspectos indicados como característicos del deporte moderno, está muy
presente, en la forma que se enseñan los deportes en las clases a nivel formativo.
Las experiencias deportivas que se generan son un tanto incompletas e inconexas
con la realidad deportiva. Por ejemplo, en Ecuador se tiene los Comités Olímpicos,
Federaciones Ecuatorianas por Deporte, Federaciones Provinciales, las mismas que
son encargadas de buscar y formar los jóvenes talentos en cada disciplina deportiva,
pero que en realidad no tienen los suficientes recursos económicos y así mismo no
cuentan con centros de entrenamiento, pese a que varias Federaciones poseen
infraestructura propia, pero no muy adecuada para los entrenamientos de los
deportistas en las diferentes ramas deportivas.
El ser humano necesita ser influenciado con hábitos de practicar las actividades
físicas como vía para la consecución de los más grandes objetivos plasmados en
acrecentar las funciones que lleva intrínsecamente la práctica de la Cultura Física
promoviendo una salud integral para atender las necesidades sociales. Lo enunciado
anteriormente no cristaliza en la formación y desarrollo de los deportistas, en razón
de que los entrenadores y dirigentes deportivos no colaboran en la construcción de
una sociedad justa y democrática, no hay conciencia de su formación en valores como
la solidaridad, no hay la tenacidad, perseverancia, sentido de pertenencia, generando
profesionales que no les permite potenciar sus capacidades físicas e intelectuales y
mejorar la convivencia, no aprovechan todos los recursos técnicos y tecnológicos a