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Brenda Viviana Guerrero Vela
Desigualdades económicas y confinamiento: análisis desde una perspectiva de género en América,
Europa y Asia
falta de Unidades de Terapia Intensiva; eso sumando a la pérdidas de vidas de los
médicos y enfermeras de primera línea hace evidente el mal manejo de las redes de
hospitales de salud estatales, acompañadas de procesos de contratación pública,
donde es manifiesto altos niveles de corrupción para el suministro de atención
médica, para la proveeduría de medicamentos, y el tratamiento de la identificación de
los cadáveres hace que la crisis del sistema de salud en varios países colapse.
Los estudios evidencian que la mayoría de mujeres, enfermeras, auxiliares, médicas
del sector de primera línea, son mujeres, tanto en los centros de atención del Estado
como en las clínicas privadas, uno de los principales problemas es la falta de acceso
a la atención prioritaria de los pacientes en las redes de hospitales públicos, se
evidenció que ante la propagación masiva del virus los Hospitales Públicos no podían
proveer la atención de un gran sector de la población, por lo que tuvieron que
improvisarse hospitales móviles para cubrir la atención médica de forma prioritaria,
mucho personal de salud expuestos al contagio no podían retornar a sus hogares
para no infectar a sus familias. Esto evidencia que los reguladores del sector Salud
de los países deben incorporar al sector de salud privado para estas circunstancias,
en cuanto a la falta de atención o de servicios en los hospitales del Estado a fin de
que sea obligatoria la atención como red de asistencia médica complementaria.
A nivel mundial, el 70 % del equipo de respuesta inicial y profesionales de la
salud está integrado por mujeres, y, aun así, no están en pie de igualdad con sus
colegas masculinos. En el 28 % de los casos, la diferencia salarial entre hombres y
mujeres en el sector de la salud es mayor que la diferencia salarial general por razón
de género (16 %) (Naciones Unidas, 2020).
Salud mental en primera línea
Ante los esfuerzos desgastantes del sector salud en cuanto a la atención médica,
control de la pandemia, procurar salvar la vida de los pacientes como objetivo principal
y los esfuerzos a nivel personal, sin embargo, de la perdida alarmante de vidas
humanas, pese a la preparación académica, estudios y experiencia, el impacto
psicológico de los médicos, enfermeras, epidemiólogos, es grave, puesto que, las
cifras son desbordantes y rebasan la capacidad de atención normal en los centros de
salud enfrentando el acompañamiento a estos pacientes, en unos casos para en
forma óptima recuperar la salud y en otros casos lamentablemente para enfrentar las
innumerables pérdidas de los pacientes, se hace necesario la implementación de la
atención psicológica para todo el sector de primera línea, a fin de que pueda irse
fortaleciendo y superando estos cuadros psicológicos que afectaron en forma masiva,
sin considerar que también debían enfrentar problemas a nivel familiar; en cuanto a
la atención de sus familias. Muchos evitaban retornar a sus domicilios por el temor de
ser portadores del virus y contagiar a sus familias, sobre todo a los niños menores de
edad y a los adultos de la tercera edad que eran mayormente afectados ese impacto
negativo y desgastante lo ha vivido la sociedad durante la pandemia en el que
posiblemente en muchos años volveremos a enfrentar una circunstancia de salud de
dimensiones mundiales.
Al respecto podemos decir que la academia, la Universidades implementaron
la atención psicológica para mediante las plataformas virtuales brindar atención a
quienes requerían el servicio, para poder mitigar de alguna manera estos fenómenos
que se presentaron en la pandemia, en cuanto a la atención psicológica. Antes de la
pandemia, la OIT cifraba en 260 millones a los teletrabajadores, es decir,
representaban el 7,9% del empleo a nivel global. De esos trabajadores, el 56%, o 147
millones, eran mujeres. (Naciones Unidas, 2021)