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José Alejandro León Fernández
El contrato de trabajo en las federaciones deportivas provinciales del Ecuador
Aristóteles
Si buscamos en qué consiste precisamente el mayor de todos los bienes, que debe ser el fin
de todo sistema de legislación encontramos que se reduce a estos dos objetos principales, la
libertad y la igualdad: la libertad, porque toda sujeción particular es otra fuerza quitada al
cuerpo del Estado: la igualdad, porque sin ella no puede haber libertad. Aristóteles (1987)
también trata el tema en su libro de la Ética, así: “Son, pues, tenidos por injustos el transgresor
de la ley, el codicioso y el inocuo o desigual; de donde es claro que el justo será el observante
de la ley y de la igualdad. Lo justo, pues, es lo legal y lo igual; lo injusto lo ilegal y lo desigual”
Aristóteles vuelve a referirse a la igualdad en su libro titulado la Política, así: Estos son pues
los caracteres comunes a las democracias. […] Pero la democracia y el gobierno popular que
se conceptúan más auténticos son el resultado de aplicar el principio de justicia que se
reconoce generalmente como democrático (que es el de la igualdad de todos en razón del
número). Ahora bien, la igualdad consiste en que no gobiernen más los pobres que los ricos,
ni que solo ellos sean señores, sino todos por igual (en razón del número), pues de este modo
sienten todos que la igualdad y la libertad están aseguradas en la república
Es importante acotar lo que indica Santo Tomás de Aquino:
[…] ya que el nombre de justicia comporta igualdad, por su propia esencia la
justicia tiene que referirse a otro. Y, dado que pertenecen a la justicia los actos
humanos […], es necesario que esta igualdad que requiere la justicia sea de individuos
diversos que puedan obrar.
En este sentido, y previo a delimitar las dos facetas que reviste este derecho (igualdad formal
y material), deviene necesario afianzar algunas consideraciones respecto a lo que ha dicho
la Corte sobre el principio de igualdad. El preámbulo de la Constitución del nuevo Estado
constitucional de derechos y justicia, consagró que el pueblo soberano del Ecuador decidió
construir una “nueva sociedad que respeta, en todas sus dimensiones, la dignidad de las
personas y colectividades”, donde impere la justicia y la igualdad; en la que se consoliden
valores de libertad, independencia, paz, solidaridad, el Buen Vivir, la integridad territorial; en
la que se asegure el derecho a la vida, al trabajo, a la cultura, a la educación, a la justicia
social y a la igualdad sin discriminación ni subordinación alguna, tal como lo establece el
artículo 11, numeral 2, de su texto normativo: “todas las personas son iguales y gozarán de
los mismos derechos, deberes y oportunidades”; determinándose en definitiva que no puede
haber distinción personal ni por cualquier diferenciación “temporal o permanente que tenga
por objeto o por resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce y ejercicio de los
derechos”.
La igualdad es un valor y un principio fundamental en todo Estado constitucional y
democrático de derecho. Desde que fue lema revolucionario, todas las constituciones
contemplan a la igualdad explícita o implícitamente como uno de sus valores esenciales y
como un derecho fundamental. (Soberanes, 2013)
Las normas que integran el Derecho del Trabajo han tenido como misión proteger a
los trabajadores contra los excesos de explotación del capital, pero al mismo tiempo han
servido para organizar y legitimar el régimen de dependencia en que el sistema coloca a los
asalariados. La lucha de clases entre el capital y el trabajo es amortiguada por un Derecho
que “sin abolir las relaciones de poder y dominación, asegura un cierto equilibrio entre los
protagonistas de la relación de trabajo” (Lyon, 2002)
La estabilidad en el empleo, es una concepción que está íntimamente ligada con el
principio de la duración de las relaciones laborales, es decir, la permanencia del trabajador
en el puesto que desempeña un individuo, podemos entender entonces, a la estabilidad
laboral, como el Derecho que adquiere el empleado a conservar el puesto durante toda su
vida laboral, no pudiendo ser declarado cesante sino por las causas preestablecidas en el
ordenamiento jurídico.
De esta manera el trabajo, es una de las principales y más brillantes expresiones de
la humanidad, cuando el hombre apareció en la faz de la tierra tuvo que dedicar su actividad
y esfuerzo a la satisfacción de sus necesidades vitales como son la alimentación, vivienda,
vestuario y de esta forma obtener su bienestar y de los que lo rodeaban, le permitió además