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Revista Jurídica Crítica y Derecho
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penalmente de sus acciones. En estos casos, el psiquiatra forense ofrece un análisis
detallado de la condición mental del acusado, lo que puede llevar a su absolución o a su
internamiento en un centro psiquiátrico en lugar de una prisión. Además, los peritos pueden
ser llamados a testificar como expertos en juicios penales, proporcionando testimonios que
expliquen el estado mental del acusado y cómo este pudo haber influido en su
comportamiento. Estos testimonios pueden ser determinantes para el resultado de un juicio,
influyendo en la decisión del juez. (Soto, 2022)
Peritajes de salud mental en el contexto de la rehabilitación social
La Constitución de la República del Ecuador en su sección decimotercera correspondiente a
la rehabilitación social, artículo 203, numeral 2, señala que; “En los centros de rehabilitación
social y en los de detención provisional se promoverán y ejecutarán planes educativos, de
capacitación laboral, de producción agrícola, artesanal, industrial o cualquier otra forma
ocupacional, de salud mental y física, y de cultura y recreación”. Así mismo, en el numeral 5
del mismo artículo, señala que: “El Estado establecerá condiciones de inserción social y
económica real de las personas después de haber estado privadas de la libertad”
(Constitución de la República del Ecuador, 2008). Por su parte, el Código Orgánico Integral
Penal, en su artículo 1, referente a su finalidad, indica dentro de la misma “promover la
rehabilitación social de las personas sentenciadas”, lo que a su vez se corresponde con su
artículo 12, numeral 1, de su capítulo segundo, referente a los derechos y garantías de las
personas privadas de libertad, que nos dice: “la persona privada de libertad tiene derecho a
la integridad física, psíquica, moral y sexual” (COIP, 2014). Por último, pero no menos
importante, se señala al Reglamento del Sistema de Rehabilitación Social, publicado por el
SNAI en agosto del año 2020, que en su capítulo tercero, correspondiente a la “Evaluación
de la Ejecución del Plan Individualizado de Cumplimiento de la Pena”, cita como objetivo que,
la participación y el comportamiento de las personas privadas de libertad en los programas
de tratamiento, en relación con el cumplimiento del plan individualizado de la pena, serán
evaluados y calificados para determinar su acceso al sistema progresivo o regresivo,
dependiendo del nivel de seguridad y cambio de régimen. Es llamativo que dicho reglamento
en su artículo 233 señale que los parámetros para la puntuación del plan individualizado de
la pena, aborda los ejes: laboral, de educación, cultura, deporte, vinculación familiar y social,
mientras que el eje de tratamiento de salud no recibe calificación, aduciendo que la atención
integral es un derecho irrenunciable y transversal de las personas privadas de libertad durante
el cumplimiento de la pena. (SNAI, 2020) Se concluye que, la atención en salud mental dentro
del contexto penitenciario únicamente es vista desde el punto de vista médico asistencial,
más no como en el caso de los peritajes, una herramienta fundamental para evaluar el estado
psicológico de los reclusos durante su proceso de reinserción social.
Los peritajes psicológicos y psiquiátricos juegan un papel crucial en la evaluación de
una posible reintegración de individuos que han estado involucrados en el sistema de justicia
penal, o que presentan conductas antisociales. Estos peritajes son evaluaciones realizadas
por psicólogos y psiquiatras forenses, con el fin de determinar el estado mental de una
persona, su capacidad para entender y participar en procedimientos legales, y principalmente,
su riesgo de reincidencia. (Saldarriaga, 2023) Los principales ámbitos que dichos peritajes
deben abordar de manera completa para considerar la posible rehabilitación son:
a) Evaluación integral de la salud mental: Los peritajes psiquiátricos incluyen una
evaluación exhaustiva de la salud mental de la persona. Esto abarca diagnósticos de
trastornos mentales, como esquizofrenia, trastornos de personalidad, depresión, o
trastornos de ansiedad, que podrían influir en su comportamiento delictivo futuro. A
veces se debe considerar también la posibilidad de un deterioro progresivo de la salud
mental del individuo, por la misma exposición a la violencia institucionalizada y
normalizada dentro de los centros de privación de la libertad, así como un inadecuado
sistema de rehabilitación penitenciario que no cumple con los estándares básicos para
lograr sus objetivos.