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Revista Jurídica Crítica y Derecho
4(7), pp. 43-57.
para el país receptor y sus habitantes que enfrentan los necesarios cuestionamientos
que el contacto con la diversidad estimula.
La diferenciación entre los países desde los cuales las personas se mueven y
aquellos a los que se dirigen no es absoluta, pues si bien, los movimientos más
importantes de personas se producen desde las zonas más pobres, desde aquellas
en situaciones de guerra o de hambruna, muchos países han servido al mismo tiempo
como puerto de partida y de llegada, o como trampolín de emigración hacia los países
que eligen como residencia.
La perspectiva del mundo globalizado ha hecho que el movimiento migratorio no
esté relacionado ni caracterizado sólo con necesidades económicas, sino también
con deseos y proyectos personales que potencialmente podrían desarrollarse
favorablemente en otro país. Los procesos migratorios actuales ya no solo se
relacionan a factores de guerra o políticos, como acontecía en la antigüedad, sino por
esos sueños y metas por cumplir, reunificaciones familiares, un mejor clima
dependiendo de los gustos de cada cual, mejores ofertas de trabajo, superación
personal, intereses culturales, entre otros.
Actualmente, todos los países están involucrados en los desplazamientos de
personas, bien como países de origen, o como países de tránsito o de destino. Sin
embargo, las políticas restrictivas de extranjería han conducido a un incremento de la
inmigración ilegal, donde se en vulnerados e incapacitados de reivindicar o adquirir
sus derechos.
Las causas principales de la migración se desglosan en varios contextos, los
cuales pueden resumirse en circunstancias económicas, tales como la distribución
desigual de recursos y la pobreza, así como la crisis económica en las regiones de
origen. En las causas políticas, como las guerras, la violación sistemática de los
derechos humanos, la violación y persecución por las ideas políticas, las creencias
religiosas. En las ambientales, debido a los cambios climáticos bruscos que está
sufriendo el planeta por las constantes agresiones que sufre por el propio actuar del
hombre. Y por circunstancias personales, volcadas a sueños y proyectos que se
desean alcanzar.
Independientemente de los convenios, tratados, leyes que intentan suplir y llenar
las migraciones internacionales en el Derecho Marítimo, se observa cómo se rompe
la dinámica de la teoría con la práctica, pues muchos se convierten en figuras
decorativas del derecho y la justicia basados en la inaplicación y obsolescencia de
estos Convenios. Inoperancia que se manifiesta toda vez que los Estados olvidan que
todos forman parte en este proceso, pues si bien, la migración internacional no es
uniforme en el mundo entero, sí responde a disimiles factores que producen patrones
migratorios, y que deben ser vigilados y aplicados por los Estados.
Se hace urgente e inevitable empezar a tratar la situación como un problema
global que se agrava exponencialmente en el actual contexto, que requiere de
soluciones ágiles, efectivas y adoptadas de forma coordinada por todos los actores
nacionales e internacionales implicados, una verdadera cooperación internacional,
capaz de lograr acuerdos efectivos, convenios eficaces, normas eficientes que logren
proteger el Derecho Marítimo Internacional.
Con el fin de favorecer la plena incorporación de las personas migrantes, se
requiere profundizar el conocimiento que se tiene de ellos, conocer quiénes son, de
dónde vienen, las razones por las cuales emigran, cuáles son sus aspiraciones,
motivaciones y expectativas. Así como también un acercamiento al proceso mismo
de la migración y las etapas que han marcado este proceso, tanto en su preparación,
el acto migratorio, el asentamiento y la integración al nuevo país.