La reacción a la tuberculina en los niños

Autores/as

  • M. A Echeverria Universidad Central del Ecuador
  • G. Rueda Universidad Central del Ecuador
  • A. Gonzalez Universidad Central del Ecuador

Resumen

Tuberculosis; una palabra más en la Patología.—Una preocupación más para los hombres de ciencia. Una incógnita aún en el campo de las investigaciones. Definirla. Para qué? No acertaríamos a hacerlo. Muchas veces se lo ha hecho pero ninguna define lo que es. Se la conoce tan sólo por sus efectos mientras sus causas y mécanismos se cimentan en hipótesis. Nosotros sólo presenciamos el final de la contienda; mas no conocemos ni al enemigo ni a la forma como éste actúa. Es una de las tantas ideas que se encuentran aún ocultas en la tíníeblaría caverna platoniana. Muchos siglos transcurren viéndola pasar. Muchos investigadores han agotados sus días descifrando el enigma. No pocos han dado grandes pasos en el camino de su conocimiento. Allí está Koch que creyó haber llegado a descubrir la verdad; verdad que va cayendo con las nuevas teorías de Ferrán y Armengol. Estarán en la verdad? Dudamos aún. Pero es que estos nos han dado a conocer toda la verdad? Quizá no. Falta mucho por hacer. Sólo sabemos que la humanidad entera está empeñada en la lucha. Contra quién? Donde está el enemigo? Dónde atacarlo? Nada sabemos. Sólo conocemos una parte; conocemos tan sólo al elemento hombre que fieramente trata de luchar contra un enemigo que se esconde aún tras las barreras de la hipótesis. ¿Qué hay más allá? Nada sabemos. Tuberculosis: palabra que sintetiza una tragedia. Al través de ella vemos desfilar como en el correr de una pantalla cinematográfica, campos sembrados de cruces, niños demacrados que llenan los cementerios, caras pálidas, manos huesosas y por doquier el fúnebre canto de una tos cavítaría. He aquí el dantesco cuadro. Es la tuberculosis. Esos son sus efectos. La humanidad tiene un enemigo, un monstruo con muchas cabezas: la tuberculosis, el cáncer, la sífilis, el alcoholismo, etc. Cómo terminar con ellos? Primero conociéndolos. Sería inútil esforzarnos en luchar contra un enemigo que no conocemos. ¿Dónde atacarlo? ¿Cuáles son sus trincheras? ¿Cuál su plan de ataque y cuál su medio de exterminarlo? Este es el problema de las investigaciones modernas. Todos los pueblos, cual más cual menos tratan de buscar los mejores medios para afrontar la lucha dentro de las mejores condiciones y se siguen haciendo trabajos de gran monta para prevenir y detener el mal. Nosotros hemos pensado también ya en ello y se dice haber iniciado la campaña. Más, por desgracia, todos trabajos se hacen sin previos antecedentes de causa; son campañas que quizá no tienen razón de ser y que, como consecuencia, irán al fracaso. La lucha contra la tuberculosis debemos hacerla a conciencia. Ese es el verdadero patriotismo. El patriotismo de tribuna, él de los campos de batalla, aquel que venía envuelto de leyenda épica, debe ser reemplazado con un patriotismo más humano. El patriotismo moderno no debe ser la destrucción de los hombres sino la defensa de los mismos; no es el odio al vecino sino su ayuda. La humanidad habrá andado mucho cuando el hombre deje de vivir; de quimeras y baje al terreno de las realidades. No desde una oficina se conocen los problemas nacionales; no con frases galantes y mejor escritas se los resuelve, ni menos aún con discursos y decretos inconsultos vamos a hacer del país un paraíso. No, es preciso ser más humanos, descender a los rincones de nuestros campos y entonces, sólo entonces, podremos hacer labor benéfica en favor de los problemas de la humanidad.

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Publicado

2017-07-20

Cómo citar

1.
Echeverria MA, Rueda G, Gonzalez A. La reacción a la tuberculina en los niños. Rev Fac Cien Med (Quito) [Internet]. 20 de julio de 2017 [citado 23 de diciembre de 2024];6(1-4):36-58. Disponible en: https://revistadigital.uce.edu.ec/index.php/CIENCIAS_MEDICAS/article/view/151