Serpientes de la américa ecuatorial y árboles y plantas de uso medicinal
Palabras clave:
Serpientes, Árboles, Medicina naturalResumen
Existe una numerosa variedad de serpientes en la América Ecuatorial, particularmente en su parte oriental, donde se encuentra no solamente la boa, tan conocida, cuya longitud pasa de los siete a los ocho metros, sino también la gran serpiente anfibia, conocida con el nombre de yacu-mama (madre de los rios), de momacocha (madre de los lagos), y de sucuriju. Esta especie monstruosa es oriunda de la cuenca amazonica; existen ejemplares cuya longitud alcanza quince metros y la circunferencia del cuerpo, dos metros y medio, más o menos. Se cita también entre las venenosas: la serpiente arco, la bigola, la cachetona, la papagayo, la patacona, la rabo de chucha, la toya, la tigre, la veintecuatro, la verrugosa, y la yarumo; y sus efectos opuestos.
La yerba conocida como machahuanga es uno de los más preciosos antídotos contra el veneno de las serpientes. Cuando la mordedura es reciente, se retira el veneno de la llaga, antes que pase a la circulación, matando a la serpiente inmediatamente y aplicando un pedazo de ella sobre la llaga; ello basta para neutralizar el efecto del veneno. Se echa mano también de la piedra de víbora, que no es sino cuerno de ciervo cortado en pedacitos muy pequeños que se queman sin calcinarlos. Se la aplica sobre la llaga para absorber la sangre envenenada; cuando ya están embebidos y dilatados los fragmentos se los reemplaza por otros, hasta que se note que los pedacitos de piedra de víbora no se adhieren ya a la llaga y dejan de obrar: esta es prueba de que ya no hay veneno.