Clima, costumbres y enfermedades predominantes en Guayaquil y Quito
Keywords:
EnfermedadesAbstract
Guayaquil, es muy nombrado por su excesivo calor, sus abundantes lluvias, y por la frecuencia de la terciana, y ofrece un contraste muy grande con Lima. La falta de ejercicio, de movimiento, con el calor y la humedad favorecen el desenvolvimiento del tejido celulario, lo hartan, impregnan de humedad, y favorece la blancura de la epidermis del cutis. Los pelos participan de esta predisposición, y no son generalmente negros, al contrario, tienen una tendencia al rubio, otra disposición favorable a la blancura del cutis.
Las enfermedades siguen el periodo de las dos estaciones en los meses más calientes y más lluviosos: las más comunes son las fiebres intermitentes, llamadas vulgarmente tercianas: los hepatitis; las diarreas, disenterias, las enfermedades biliosas, etc. En la otra estación son los catarros, las flucciones, los reumatismos, el escorbuto, herpes, la gota, los frecuentes males de garganta que sobrevienen particularmente a las mujeres que no se guardan de las vicisitudes atmosféricas, y se exponen a las corrientes del aire estando en sudor, pues se desabrigan imprudentemente, y se abandonan desnudas a dormir en las hamacas.
Las enfermedades de los ojos son también muy comunes, como las cataratas, la ceguera, y también las enfermedades cerebrales y uretrales, etc.
Quito era la más floreciente y opulenta ciudad y provincia de la América meridional a causa de las riquezas que le proporcionaban los diversos ramos de su industria, producciones naturales, y comercio activo: hoy no presenta, sino un triste esqueleto de su anterior opulencia. La distinción de invierno y de verano admitida en aquel clima consiste, en una muy corta diferencia que se nota entre uno y otro. Desde el mes de diciembre hasta el de abril, mayo o junio, es el tiempo que se llama invierno, y los restantes meses componen el verano. En el primero son más comunes las aguas, y en el segundo suelen mediar más días de bonanza entre los de lluvia.
Aunque no se entiende allí en su propio sentido el nombre de contagio ni el de peste, tan vulgar en Lima, Guayaquil y Panamá, porque nunca se ha experimentado en aquella parte de América, con todo, hay fiebres malignas, tabardillos, y pluresías o costados, que en ocasiones causan mortandad.
El mal dicho vulgarmente del Valle o vicho, témese y es tan común, que en los principios de cualquiera enfermedad aplican los medicamentos adecuados para curarlo. Las disenterias, cuyas curaciones son demasiado empíricas. Las enfermedades venéreas son comúnmente excesivas, por no reducirse a cura formal.