Julio del 2021, una época de pandemia y del espejismo de la vuelta a la “normalidad”, si bien el progreso científico nos permite tener esperanza, pero esto tiene un contra y es que se produce el espejismo imperiosamente. Que esto cambiaría lo suficiente en pocos días, no es así y no lo será. Nos toca como civilización: Renacer, renovar, ser resilientes, resucitar a una “nueva vida” que sale del desastre, mantener la fe y la esperanza en medio de un baile con la incertidumbre que genera la pandemia, el confinamiento, estados de alerta y de excepción, se relajan las medidas y las endurecen, se aprueban vacunas que no sabemos su eficacia, podremos viajar, juntarnos con los abuelos o los padres, volver con los amigos, el colapso sanitario y la muerte de conocidos, de familiares o desconocidos, nada cambiará tan pronto, debemos hacernos a la idea que esto en el mejor de los casos durará algunos años. Habrá oasis de días en los que el trabajo presencial será seguro y fingiremos que coger un auto de transporte público no da miedo. Ahora hay vacunas y mascarillas homologadas. Un año y meses después las cifras son terribles, se ha normalizado el horror y la muerte. El coronavirus sigue circulando por el mundo. El progreso científico nos ha permitido tener esperanza. Hay quien lleva un año haciendo planes para cuando vuelva la normalidad, como si esta estuviese ahí al lado, como si fuese verdad que se puede volver atrás, sin secuelas, como si esto solo fuese una mala noche. Esto ha provocado hastío, fatiga e inquietud. La ciencia y la fe nos ha permitido ser lo suficientemente optimistas, debemos tener una espiritualidad en el que debemos llorar, atrevernos a decir lo que sentimos, es un gran coraje, que alimenta el alma y no quedarnos en esa superficie donde todo es una caricatura, cristal, light, desenmascaremos nuestras mentiras y ayudémonos a andar en verdad, seamos responsables de nuestro futuro sin señalar a otros. Vivamos esta pandemia no te escondas, atraviesa con amor esta oscuridad, debemos vivir los problemas no solo resolverlos, no pretendas pasar la página y decir todo ya pasó. Belleza y bondad veo en nosotros también egoísmo y vanidad, pero eso no es todo, veo algo más difícil de gobernar que el bien y el mal y es la paradoja y la contradicción somos un alma poliédrica en la que vivimos acelerada o lentamente y no pactemos, la contradicción es el criterio de lo real.
¡Resurrexit sicut dixit. Alleluja!.
DOI: https://doi.org/10.29166/revfig.v11i1
Publicado: 2021-07-31